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El ser diagnosticado con diabetes siempre causa un impacto emocional. Pero de una forma o de otra, cuando se es adulto, uno se ajusta a los cambios, por más que cuesten. Sin embargo, la historia es diferente cuando es un niño menor de 11 años el que recibe la noticia de que tiene diabetes tipo 1. Tal vez no entienda bien de qué se trata la diabetes y son sus padres y los médicos los que en ocasiones cargan con toda la responsabilidad de cuidarlo y de enseñarle cómo controlar su enfermedad. Acá te cuento un poco más sobre la diabetes tipo 1 en los niños.

Durante la niñez generalmente uno está ocupado jugando, aprendiendo y disfrutando. El mundo es un gran campo de juegos y de descubrimientos alegres. Sin embargo, no siempre es color de rosa. Todo puede cambiar en el mundo infantil cuando se tiene diabetes tipo 1, también conocida como diabetes juvenil o diabetes insulinodependiente.

Si bien la noticia de que se tiene diabetes tipo 1 en los niños, no es el fin del mundo, sí significa un cambio importante en la rutina diaria: de ahora en adelante tu hijo(a) tendrá que aprender a comer mejor, a incorporar al ejercicio en su vida habitual y además tendrá que conocer de cerca a una amiga: la insulina.

La diabetes tipo 1 se produce debido a la incapacidad del páncreas de producir insulina. La insulina es como una llave que abre las células para permitir el paso de la glucosa (el azúcar), que es la que le da energía a las células. Si no hay insulina, la glucosa no puede entrar a las células y se queda en la sangre, lo cual ocasiona que se acumule y se eleven sus niveles en la sangre. La elevación del azúcar en la sangre si no se mantiene controlada, causa complicaciones en la salud que pueden incluir problemas en los riñones, los ojos, el corazón y los nervios, a medida que pasa el tiempo. El costo en sufrimiento puede ser muy alto, y a veces, el daño es irreversible.

¿Cómo puedes darte cuenta de si tu hijo(a) tiene diabetes tipo 1?

La diabetes tipo 1 en los niños se desarrolla rápidamente. Puede tardar unas cuantas semanas. Si tienes un hijo(a) de 11 años o menor, estos podrían ser algunos síntomas que deberían alertarte:

  • Hambre excesiva
  • Mucha sed acompañada de visitas frecuentes al baño para orinar
  • Cansancio
  • Pérdida de peso (a pesar de comer más porque le da más hambre)
  • Irritabilidad o cambios en su comportamiento
  • Visión borrosa
  • Infección por hongos en la vagina (este podría ser el primer síntoma de diabetes tipo 1 en las niñas)
  • Irritación en la piel por hongos (podría ser un síntoma en los bebés)

¿Qué tiene que aprender un niño que tiene diabetes tipo 1?

La clave cuando un niño tiene diabetes tipo 1, es aprender a controlar la enfermedad para evitar las complicaciones y para poder tener una vida larga y feliz. ¿Cómo? Con tu apoyo y el apoyo del equipo médico a su cargo. Tu hijo(a) debe entender que lo importante es procurar mantener los niveles de glucosa en su sangre dentro de los límites saludables. Dependiendo de su edad, el médico y tú tendrán que explicarle cuál es el papel de la insulina, y qué sucede en el cuerpo luego de cada comida. Puedes decirle algo como: el nivel de la glucosa (azúcar)  en la sangre se eleva ya que el cuerpo digiere los alimentos que tienen que pasar del estómago y el intestino a la sangre para que se absorban y puedan aprovecharse para que nos den la energía que necesitamos. Al elevarse, el organismo necesita de la insulina para que esta glucosa entre a las células, que la necesitan para tener energía y así el nivel de azúcar en la sangre se normaliza. Pero, como el organismo de una persona con diabetes tipo 1 no produce la insulina, es necesario que te la inyectes en las cantidades que te indique tu médico.

En una persona con diabetes tipo 1, su páncreas no funciona bien.  El páncreas es el órgano que se encuentra debajo del estómago y que se encarga de producir la insulina, de ahí que se la tiene que inyectar, porque no se puede tomar. El ácido del estómago destruye a la insulina.

De ahí que tu hijo(a) que tiene diabetes tipo 1 tiene que aprender a aplicarse la insulina, a entender que es clave comer la misma cantidad de carbohidratos con cada comida, que no se puede saltar ningún alimento y que el ejercicio es un excelente aliado. Además, de acuerdo a lo que te indique el médico, tu hijo(a) también debe aprender a revisar sus niveles de glucosa en la sangre a lo largo del día. Y aprenderá que la cantidad de insulina que se aplica, dependerá de lo que come y de la actividad física que realiza.

Parece demasiado, pero con el tiempo, la práctica, la ayuda de la tecnología, tu apoyo y el del equipo médico, tu hijo(a) con diabetes tipo 1, saldrá adelante y disfrutará de la vida, porque aunque no te lo creas, puede tener una vida larga y feliz.

No dejes que la diabetes interfiera en la infancia feliz de tu hijo(a). Mantente informado(a) sobre la diabetes tipo 1. Colaborando con tu médico y su equipo de apoyo la mantendrán bajo control.

Imagen © iStockphoto.com / Richard Cano

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