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¿Hambriento y con diabetes? Tienes opciones – aún en los restaurantes de comida rápida

Cuando la diabetes aparece en tu vida, lo primero que debes ajustar es la forma en la que te alimentas. Si tienes diabetes, sabrás que con el tiempo, estos ajustes no son complicados y que además, traen inmensos beneficios para tu salud. Sin embargo, vives en un mundo lleno de restaurantes de comida rápida, que en ocasiones, son la única opción que encuentras para comer en determinados momentos. ¿Qué comida rápida puede comer una persona con diabetes? En este artículo te damos unos tips para que puedas sortear esta situación…

Si antes de que te diagnosticaran la diabetes, eras un fanático de la comida rápida, puede ser que te haya costado mucho trabajo dejarla a un lado. Ya sabrás que el cambio más importante y radical cuando se establece el diagnóstico de diabetes, tiene que ver con tu alimentación. Ahora figuran en tu plato más frutas y verduras, más fibra, más proteínas bajas en grasa. Por primera vez, estás consciente de que debes de consumir una dieta sana para que puedas mantener los niveles de tu glucosa (azúcar) en la sangre dentro de los rangos normales. De esa forma, evitarás complicaciones. Sin embargo, como te he mencionado anteriormente, el tener diabetes no significa que jamás podrás disfrutar las cosas que te gustaban antes.

Y si bien la comida rápida no es buena para nadie, hay ocasiones en las que no podemos escapar de ella, ya sea porque no hay más opciones a la mano o porque simplemente, tienes un antojo de hamburguesa contra el que no puedes luchar.

¿Qué puedes hacer cuando tienes diabetes para salir bien librado de un restaurante de comida rápida?  Se me viene a la mente lo que hace mi tío que tiene diabetes: pide una hamburguesa y sólo se come la carne, o por lo menos, le quita uno de los panes.

A continuación encontrarás recomendaciones para que la diabetes no sea del todo incompatible con una comida rápida, de vez en cuando:

  • Cuando estés frente al menú, busca estas palabras: a la parrilla, hervido, horneado o rostizado. Frito no debe figurar en tu vocabulario.
  • Presta atención al tamaño de las porciones: cuando te pregunten si quieres todo agrandado, di “no, ¡gracias!”
  • No dejes de lado a las frutas y a los vegetales. Pide una ensalada, un sándwich de vegetales o pizza de vegetales. Que la bebida sea jugo natural o agua.
  • Las papas fritas, los panes y los anillos de cebolla que sirven pueden ser exagerados en sus porciones. Así que considera compartir con alguien o pide el tamaño pequeño.
  • Pide que los aderezos y las salsas te los pongan a un lado de tu sándwich o de la hamburguesa.
  • Si desayunas en un lugar de comida rápida, selecciona del menú del cereal, frutas, pan integral y leche baja en grasa o sin grasa.
  • Y si no puedes resistir la tentación de un postre, elije el yogurt bajo en grasa o de las malteadas bajas en grasa.
  • Pregunta si te pueden proporcionar la información calórica y nutricional de lo que hay en el menú. Muchos de los restaurantes de comida rápida ahora lo tienen.

Afortunadamente, cada vez más restaurantes de comida rápida ofrecen opciones un poco más saludables para las personas que quieren comer más sano. Si tienes dudas sobre este tema, puedes siempre consultar a tu médico y a su equipo para que te orienten.

Pero recuerda, la diabetes no tiene por qué significar el fin de las cosas que te gustan. Puedes disfrutar hasta de la comida rápida, siempre y cuando sea con moderación y teniendo los ojos bien abiertos a la forma como preparan los alimentos.

 

Imagen © Thinkstock / matthew ennis photography

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