El tener diabetes no significa que automáticamente sufras de depresión. Sin embargo, está comprobado que las personas diabéticas están más predispuestas a sentirse deprimidas que quienes no padecen de diabetes. ¿Por qué? Aquí te contamos las posibles causas.
Luego de que te diagnostican diabetes, sientes que el mundo se te viene encima con todos sus cambios: ejercicio, dieta, exámenes médicos. Sientes que debes controlar cada aspecto de tu vida: lo que comes, a qué horas, en qué cantidad, el ejercicio que haces, cómo viajas, qué debes hacer cuando sales a cenar afuera, etc. Además, ahora que eres diabético tienes que establecer una relación muy cercana con tu médico y debes marcar en tu calendario las fechas para tus visitas de control. Las palabras glucosa, sangre, azúcar, dieta, carbohidratos, complicaciones, peso, rondan todo el tiempo en tu cabeza. Además de todo, te estarás preguntando “¿por qué yo?” Definitivamente, el tener diabetes no es algo fácil de asimilar.
Sin embargo, recuerda que el shock del diagnóstico, es normal. Luego, cuando te informas y entiendes de qué se trata el tener diabetes y el papel tan importante que juegas tú en controlarla, vas a sentirte más aliviado o aliviada. Pero esto no quita que haya factores que incrementen tu riesgo de sufrir de depresión. ¿Qué relación hay entre la diabetes y la depresión? Aún no hay estudios que la definan a ciencia cierta, pero sí hay maneras de entender por qué te sientes triste:
- El manejo diario de la diabetes puede estresarte (lo que comes, a qué hora, el medir los niveles de glucosa, la necesidad de bajar de peso, el tener que estar visitando al médico, etc.)
- La diabetes, cuando no se controla cuidadosamente, causa complicaciones que pueden generar tensión y disparar los síntomas de la depresión.
- La depresión puede causar que tomes decisiones que no son buenas para tu diabetes como llevar una dieta poco saludable, hacer menos ejercicio, subir de peso, fumar… todos estos son factores que incrementan el riesgo de complicaciones de la diabetes.
- Si estás deprimido o deprimida, pierdes la habilidad de comunicarte y pensar con claridad. Esto puede interferir en tu manejo de la enfermedad.
Como ves, la diabetes y la depresión no son una buena combinación. Pero lo bueno, es que hay solución. Los cambios en tu estilo de vida, así como los medicamentos pueden beneficiarte para tratar las dos condiciones. ¿Has escuchado que el ejercicio es bueno para el estado de ánimo? ¡Así es! Esto hace que ejercitarte sea ideal para combatir tanto la diabetes como la depresión.
Si tienes diabetes o alguno de tus seres queridos es diabético, abre bien los ojos para identificar los síntomas de la depresión y para poder hablar con tu médico al respecto. Estos incluyen:
- Pérdida de interés en las cosas que disfrutabas hacer anteriormente.
- Te despiertas más temprano de lo normal y no puedes volverte a dormir (cambios en los patrones de sueño o problemas para conciliar el sueño).
- Tristeza y desesperanza, en especial cuando te despiertas por la mañana.
- Dificultad para concentrarte y tomar decisiones.
- Cambios en el apetito que pueden llevar a una rápida pérdida o aumento de peso.
- Sensación de cansancio todo el tiempo.
- Dolores de cabeza y de espalda que no tienen explicación aparente.
- Pensamientos suicidas.
Si notas estos síntomas, no permanezcas en silencio. Recuerda que puede haber causas físicas para tu depresión y que el mal manejo de la diabetes también afecta tu estado de ánimo. Durante el día, el aumento del azúcar en la sangre puede hacerte sentir cansado y ansioso. La glucosa baja puede darte mucha hambre y hace que comas en exceso. Durante la noche, si tienes la glucosa en niveles altos, puede que te levantes muchas veces para orinar y te sientas muy cansado al día siguiente.
¡Busca ayuda! La depresión y la diabetes no hacen una buena pareja, pero esto se puede solucionar si hablas con tu médico.
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