Un niño con diabetes debe cuidarse y mantener el control sobre su alimentación en todo momento. Eso incluye las horas que pasa en el colegio o la escuela, donde la tentación puede ser mayor al ver a otros niños que consumen alimentos que para él o ella pueden ser perjudiciales. Además, debe realizarse controles o quizás tenga que medicarse en ese período de tiempo. ¿Cómo puedes ayudarlo a sobrellevar estas tareas de una manera más amena?
Un niño con diabetes — ya sea la diabetes tipo 1 o la diabetes tipo 2 — debe tener cuidados especiales para controlar su enfermedad en todo momento, tanto en la casa como en el colegio. Esto no sólo implica aprender a seleccionar las comidas más apropiadas, sin saltarse ninguna, sino también otros cuidados, como controlar sus niveles de azúcar en la sangre o aplicarse insulina en los momentos adecuados (considera una bomba de insulina en vez de las inyecciones), saber qué cuidados debe tomar al hacer ejercicios y a quién recurrir en caso de que se sienta mal.
Como primera medida, es útil organizar y planificar cómo resolvería situaciones que podrían ser riesgosas mientras el niño está en el colegio y compartir con él la información que, acorde a su edad, esté capacitado para comprender.
Por ejemplo, las mediciones durante el horario escolar podría realizarlas solo o con ayuda de algún adulto, al igual que las aplicaciones de insulina. En este segundo caso, es importante que tu hijo sepa cuándo y a quién debe recurrir cuando llegue el momento. Del mismo modo, si detecta que tiene un nivel alto o bajo de azúcar en la sangre, debe tener muy claro adónde o a quién pedir ayuda.
Otra de las principales preocupaciones que probablemente tengas si tu hijo tiene diabetes es el tema de la alimentación. Cuando el niño o la niña están en casa, tú puedes controlar qué y cuánto come, pero en el colegio es distinto. Allí, además, hay máquinas expendedoras que pueden proveer botanas y golosinas en cualquier momento, mientras que la oferta de la cafetería también puede resultar una tentación nociva. ¿Qué puedes hacer al respecto?
Una posibilidad es preparar la comida en casa para que tu hijo la lleve al colegio. Si ese es el caso, recuerda consultarle a él o ella qué prefiere comer y qué quisiera llevar: la mejor manera de hacerlo es armar el menú en conjunto, para que tenga la posibilidad de elegir y opinar sobre lo que más le gusta.
De todos modos, no hace falta que esto se repita a diario. En general, las cafeterías tienen varias selecciones y seguramente incluyan alimentos apropiados para quienes padecen diabetes. Para que estés tranquilo(a), consulta en el colegio cuál será el menú (muchos los publican en sus páginas del Internet) y en base a eso puedes decidir y explicarle a tu hijo(a) cuáles son las mejores opciones para él o ella y decidir juntos.
En todo momento, estimúlalo(a) a comer frutas y cereales en lugar de botanas y golosinas y transmítele la importancia de que sus almuerzos sean variados y bajos en grasas. Del mismo modo, las bebidas deben ser sin azúcar y la leche descremada. Durante el almuerzo, incluso, es preferible que elija agua en vez de jugos o gaseosas (sodas).
Todas estas sugerencias alimenticias se aplican tanto en el colegio como en la casa, así que promuévelas también en el hogar. Si tienes otros hijos explícales de qué se trata la diabetes y las ventajas que tiene una alimentación más sana para todos . Pero especialmente con tu hijo o hija que padece de diabetes, no dudes en hablar abiertamente del tema y dejarlo que se exprese libremente en cuanto a sus temores y a sus sensaciones con respecto a la enfermedad.
Recuerda que la alimentación para él es parte del tratamiento (como si fuera medicina) y debe ser sana y respetando los horarios. Pero esta idea puede transmitírsela con metáforas que un niño pueda comprender mejor. Por ejemplo, puedes decirle que el alimento para él es como el combustible para un vehículo, que le dará energía y fuerzas para realizar las actividades que desee, pero si elige un combustible que no es el adecuado, el vehículo puede descomponerse y eso mismo puede ocurrirle a su cuerpo.
Siguiendo estos consejos, no hay motivo para que el niño no pueda llevar una vida saludable y disfrutar el colegio, sus amistades y actividades cotidianas.
Recuerda que la diabetes no se puede curar, pero es una condición que se puede controlar.
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