Aunque te parezca difícil eliminarlas de tu dieta, no es imposible, especialmente cuando sobran motivos para hacerlo. Me refiero a las sodas y a las bebidas azucaradas, que los diabéticos en particular deben evitar, aun cuando sean endulzadas de manera artificial. Aquí encontrarás algunas razones para evitar estas bebidas. A cambio te ofrecemos varias alternativas naturales, deliciosas y saludables.
¿Te imaginas la vida sin bebidas azucaradas ni sodas? Tal vez te resulte imposible, pues muchas personas están tan acostumbradas que hasta pueden ponerse de mal humor si no tienen su soda (refresco) preferida. ¿Has pensado cuántos vasos tomas al día? ¿O cuánto hace que no bebes agua pura? No tomes las respuestas a la ligera: si las sodas ocupan un lugar principal entre las bebidas que consumes a diario, puedes estar poniendo en riesgo tu salud.
Por ejemplo, ¿usarías 22 sobrecitos de azúcar todos juntos? Seguramente no. Sin embargo, al beber un vaso grande de soda de 20 onzas (590 ml) lo estás haciendo y con una porción más pequeña, de 12 onzas (355 ml), estarás tomando el equivalente a 9 cucharas de azúcar. ¿Has calculado cuánto consumes por día, por semana? Ahora tal vez estés empezando a verlo con claridad.
El consumo de azúcar hace que tengas más posibilidades de subir de peso, y con el exceso de peso se aumentan tus posibilidades de desarrollar otras enfermedades como la diabetes tipo 2. Y si bien las sodas no van a provocarte diabetes directamente, pueden ser de gran ayuda para que ocurra, sobre todo cuando las bebes de manera frecuente.
Más aún, un estudio reciente desarrollado por unos investigadores del Colegio Imperial de Londres, en Inglaterra, encontró que el consumo diario de apenas una lata de estas bebidas (de 340 mililitros o 12 onzas) aumenta un 22 por ciento el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Esto no significa que sólo cuidando el consumo de sodas podrás evitar la diabetes tipo 2, ya que hay factores genéticos que juegan un rol importante en el desarrollo de esta enfermedad. Sin embargo, se ha comprobado que el tipo de alimentación y el ejercicio juegan un papel importantísimo cuando se trata de prevenir la diabetes tipo 2 que, cuando no se controla, puede provocar complicaciones más graves como pérdida de la visión, aumento en la frecuencia de infecciones, problemas con la circulación de la sangre, lo que puede terminar –en casos extremos- en amputaciones, por ejemplo.
¿Y qué hay de las bebidas endulzadas de manera artificial? En las etiquetas figura que contienen 0 azúcar, por lo que podrías pensar que no afectan el control de los niveles de glucosa en la sangre y que incluso los diabéticos pueden consumirlas sin peligro. Sin embargo, hay estudios que prueban que estas bebidas también pueden promover la aparición de diabetes tipo 2.
Tal es el caso, por ejemplo, de un estudio desarrollado por unos investigadores franceses, que fue publicado a principios de este año 2013 en el American Journal of Clinical Nutrition. Según este estudio, ambos tipos de sodas, ya sean endulzadas de manera artificial o no, aumentan las posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2.
Una explicación posible de este riesgo se ha dado con el aspartame, uno de los endulzantes artificiales principales que se utilizan actualmente en la industria alimenticia. Al parecer, el aspartame puede provocar un aumento en la glucemia (del azúcar en la sangre) y de ese modo aumentar los niveles de insulina, comparables a los que provoca el azúcar común o sacarosa.
¿Quieres más motivos para evitar las sodas? Presta atención, ya que éstas pueden:
- provocar aumento de peso,
- dañar los dientes,
- aumentar la tensión arterial,
- modificar el estado de ánimo y causar depresión, y más…
Por todo esto, lo ideal es volver al agua, que no aporta calorías y es la mejor fuente para mantenerse hidratado. Recuerda que, en general, se recomienda que tomes entre dos y tres litros por día (de 8 a 10 vasos), dependiendo de tu estilo de vida: tu actividad física, tu dieta y otros factores ambientales como el clima y la altitud del lugar en el que vives.
Ahora bien, ya sabes que debes moderar o evitar el consumo de sodas y bebidas endulzadas pero te cuesta trabajo pensar cómo hacerlo y te imaginas una rutina nueva con almuerzos y cenas desabridas acompañados por agua. No tiene que ser así. Toma nota de las siguientes ideas que son nutritivas, saludables y ¡deliciosas!:
- Ponle un toque de sabor al agua de manera natural. Para eso puedes agregarle cubitos de fruta fresca (como naranja, uvas o mango) o una frutilla (fresa) congelada, así como ramitas de menta o una rodaja de lima, limón o pepino.
- Los jugos de fruta natural, de los exprimidos en casa, son una rica fuente de minerales y vitaminas pero ten cuidado con la cantidad que bebes y, desde luego, no les agregues azúcar.
- Té de cualquier tipo: negro, verde, de hierbas… Todos han demostrado tener niveles elevados de antioxidantes que protegen al cuerpo. Si además estas buscando eliminar la cafeína de tu dieta, lee bien las etiquetas y elige productos sin cafeína.
- Café simple, sin agregarle leche, crema ni almíbar. Asegúrate de que no incluyan azúcar agregada y, al igual que con el té, también puedes buscar productos sin cafeína.
- Leche descremada (o baja en grasa) y de soja (soya). La primera es una buena fuente de calcio y ambos tipos son saludables, aunque al igual que con los jugos, es importante que tengas cuidado con la cantidad y las calorías que puedan aportarle a tu dieta.
¡Anímate! No tienes nada que perder y mucho por ganar.
Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2013.
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