Si estás cansado(a) de probar dietas y de privarte de comer cosas sabrosas para perder peso, aquí te damos ocho recomendaciones que te ayudaran a perderlo de manera gradual, sin sacrificios y disfrutando del buen gusto. No esperes resultados mágicos, mejor piensa que comenzarás una nueva aventura que te ayudará a verte mejor y a estar más sano(a) durante el resto de tu vida.
Qué sencillo sería si uno pudiera perder el peso sobrante como por arte de magia ¿verdad? Sin embargo, cualquiera que esté pasado de peso y haya intentado hacer una o varias dietas alguna vez, sabe lo difícil que puede resultar, no sólo evitar los alimentos que a uno le gustan, sino también controlarse en situaciones en las que tomar una decisión alimenticia saludable puede ser complicado. Imagínate evitar caer en la tentación en alguna fiesta o reunión de amigos en donde abundan los bocadillos, las bebidas azucaradas y el alcohol… Una tortura, ¿no es cierto?
¿Cómo puedes hacer para cuidarte, perder peso y seguir teniendo una vida social y laboral común y corriente? Es la gran pregunta. Y para ayudarte a realizarla, aquí te proponemos algunas estrategias:
1. Planifica tus comidas. Así sabrás qué comerás día a día y evitarás diferentes situaciones que pueden atentar contra tu plan para perder peso, como llegar con hambre a la casa sin saber qué vas comer. También sabrás si debes llevar algo preparado al trabajo o si tendrás un día agitado y necesitas un plan especial para no caer en la tentación. Y si vas a una reunión con tus amigos o surge algo inesperado, simplemente come una porción reducida de lo que estén sirviendo y asegúrate de elegir agua o bebidas sin azúcar.
2. A la hora de planificar tus comidas, piensa en frutas y verduras que le agreguen color a tu plato e inclúyelas en cada comida como la porción más importante. Reemplaza las harinas refinadas por productos integrales y agrega proteínas a tu plato. Si son de procedencia animal, pueden ser carnes, pescados, huevo, queso y lácteos en general, los últimos de preferencia bajos en grasa o descremados. Recuerda que es muy importante que tengas presente si tienes algún otro problema de salud como el colesterol o la presión elevados, diabetes o problemas del corazón, entre otros. En esos casos, lo mejor es consultar con tu médico sobre qué alimentos debes evitar y cómo elaborar una dieta apropiada para ti.
3. ¿Muchas comidas pequeñas a lo largo del día o pocas que te satisfagan? Depende. Deberías probar el método que más se adapte a ti. Algunos especialistas recomiendan comer bocadillos pequeños varias veces a lo largo del día para evitar que te dé mucha hambre. Sin embargo, hay estudios que demuestran que algunas personas que siguen dietas bajas en calorías se sienten más satisfechas y tienen menos hambre cuando comen tres veces al día únicamente. Lo que si es importante es que no comas menos de tres veces al día y que no te saltes el desayuno.
4. A la hora de los bocadillos, puedes elegir frutas o cereales sin azúcar. También hay una opción deliciosa y saludable: las frutas secas, como nueces y almendras, en lo posible sin sal, crudas o tostadas en seco. Aportan ácidos grasos y otros nutrientes saludables. Pero ten cuidado porque contienen muchas calorías. Lo ideal es comer alrededor de 15 unidades por porción, no más.
5. Las porciones son importantes: mide lo que comes. En general estamos acostumbrados a servirnos porciones más grandes de las que realmente necesitamos. Para evaluarlo, puedes ayudarte con las indicaciones en las etiquetas de los productos. Sírvete normalmente y luego pésalo. Al principio, necesitaras medir los alimentos pero con el tiempo tus ojos se acostumbrarán a los tamaños apropiados y ya no necesitarás básculas, tazas ni cucharas especiales. De todos modos, mantenlas siempre a mano para calcular cuando lo necesites.
6. Para comer esas porciones de alimentos variados y medidos, apaga la televisión y elimina otros estímulos que puedan desviar tu atención. Entonces, concéntrate y piensa en lo que estás comiendo: algunos estudios indican que concentrarse en la comida puede provocar más sensación de saciedad. Asimismo, mastica lentamente y come despacio, cuanto más tiempo duren tus comidas mejor, así el estómago podrá enviarle la señal de alerta al cerebro para que sepa cuándo detenerse. Esto puede ser realmente un desafío para algunas personas. Para lograrlo, tomate el tiempo, por ejemplo, si ves que tardas dos minutos en desayunar, mañana trata de hacerlo en 5, luego 10 y así. Como ves, aquí también será necesario que te organices, pues es posible que debas levantarte más temprano para poder desayunar más tranquilo.
7. Haz que tus comidas tengan buen gusto. Uno de los mayores problemas a la hora de la dieta para perder peso es esa sensación que tienen muchas personas de que no pueden comer cosas sabrosas y terminan comiendo siempre lo mismo, algo que se vuelve aburrido y desabrido. ¿Pero quién decide qué es más sabroso? Muchas veces tiene que ver con las costumbres, ¿sabías que es posible comer más y adelgazar? Para eso, debes abrirte a nuevos sabores, probar nuevos alimentos, buscar recetas saludables… en definitiva, dedicarle un tiempo a pensar qué, cómo y cuándo comerás. Y esta es la mejor parte de esta aventura en la que habrás entrado, el descubrir y crear cosas nuevas. Y recuerda que además de la sal y el aceite hay un mundo de especias y condimentos saludables que pueden hacer que tu plato de arroz integral sea totalmente diferente en combinación con unos o con otros, incluso, un poco de picante que hasta puede ayudarte a comer menos.
8. Por último, para acompañar el proceso de perder peso y mantenerse en un peso saludable, algunas personas tienen buenos resultados si llevan un control cercano de su cuerpo y de sus hábitos. Pésate con frecuencia y toma nota de lo que comes, cuándo, cuánto, dónde y por qué (incluso, cuánta hambre tenías o cuál era tu estado de ánimo mientras comías). Luego de una semana revisa tus notas y comienza a descubrir tu verdadera relación con los alimentos, sin engaños ni justificaciones. Así podrás modificar algunas conductas de las que posiblemente no te habías dado cuenta y que están atentando contra tu peso y tu salud.
Y si estás por darte por vencido(a), ten presente que los verdaderos logros se cosechan con el tiempo. Algunos especialistas consideran que se necesitan al menos tres meses para que tu cerebro se adapte a nuevos hábitos de consumo.
Por eso, no esperes adelgazar mucho y perder peso rápidamente, ya que en esos casos lo más probable es que también recuperes el peso perdido rápidamente ni bien dejes los nuevos hábitos, lo cual puede ser muy desalentador.
Por el contrario, la propuesta es que tu nuevo plan nutricional se convierta en un estilo de vida más saludable que perdure en el tiempo. Por eso, lo más importante es ir incorporando éstos hábitos saludables poco a poco, seguir de cerca tus logros, reconfortarte con ellos y no frustrarte ante los posibles retrocesos. ¡Anímate a sumergirte en esta aventura de sabores, aromas y colores!
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