Año nuevo, vida nueva… y ¿qué mejor momento para adquirir hábitos alimenticios más saludables, luego de las comilonas y los excesos que has cometido durante las fiestas? Si has aumentado de peso o tienes molestias en el estómago, propias de haber comido de más, no te preocupes. Aquí te contamos como recuperar la sensación de bienestar y te damos algunas recomendaciones para que descubras cómo comer bien para vivir mejor.
Las fiestas han pasado, las reuniones terminaron y ha comenzado un nuevo año. ¿Ya sacaste la cuenta de cuántas libras o kilos has aumentado? A pesar de las repetidas sugerencias que se difunden por distintos medios, sobre cómo cuidarse durante las épocas festivas, en las que no sólo comes más sino que también consumes comidas con más grasas y calorías, es común que muchos no logren superar la tentación y luego lleguen a la consulta decepcionados porque necesitan comprar ropa nueva, de una talla más grande a la que estaban usando antes de las fiestas.
Si éste es tu caso, no te desanimes. ¡Año nuevo, vida nueva! Este es el momento ideal para poner en práctica nuevos hábitos alimenticios, más sanos, que no sólo te permitan volver a tu peso sino también perder otros kilos o libras de más que puedas tener. Y, lo más importante, una vez que hayas modificado la manera de alimentarte podrás mantenerte en forma y recuperar la buena salud (inclusive, no es necesario que gastes de más para concretarlo).
¿Te parece una misión imposible? Créeme que es un error y un prejuicio para contigo mismo. Una de las primeras sugerencias antes de empezar a cuidarte es que te olvides de que estás haciendo dieta y te lo tomes como un juego de descubrimientos en el que conocerás nuevos sabores y combinaciones de alimentos que posiblemente hoy no figuren entre los que usas para armar tu menú cotidiano.
La sola palabra dieta hace que muchas personas fracasen en su intento por adelgazar, incluso antes de empezar, ya que creen que tendrán que limitarse, que pasarán hambre y que será terrible. Pero esto no es tan así, nadie debe quedarse con hambre ni dejar de comer, sólo hay que tener en cuenta calidad y cantidad. Pero vamos poco a poco.
La cantidad es importante ya que en general estamos acostumbrados a comer más de lo que nuestro cuerpo necesita. Para empezar, basta con que te sirvas una sola porción mediana o pequeña del plato que hayas elegido para cada comida. Esto es muy importante ya que te permitirá comer casi de todo pero poco.
Ahora que ya sabes que la cantidad es importante, una de las tareas más difíciles es pensar en la calidad de los alimentos que elijas a la hora de preparar tus comidas. En este caso sí será necesario que limites los carbohidratos, los alimentos azucarados y las grasas. Si bien puede ayudarte que aprendas a leer las etiquetas de los productos, no es imprescindible ni tienes que ser un experto en nutrición para elegir los alimentos apropiados.
Piensa que los vegetales siempre son bienvenidos. Las frutas y las verduras en su estado natural son aliados perfectos a la hora de planear tu menú. Incluso, puedes reemplazar las donas de la tarde o los bocadillos envasados por una sabrosa manzana, una banana, la fruta que tu prefieras o, por qué no, algunas frutas secas – ¡con moderación! – como nueces, almendras o castañas.
Luego, recuerda limitar todo tipo de dulces, pastas, panes y galletas (que contienen muchos carbohidratos) y la carne de res o de cerdo (en su lugar, es preferible que consumas pollo o pavo). Además, recuerda incorporar pescados una o dos veces por semana.
Para reemplazar el pan y las pastas puedes elegir productos elaborados con harinas integrales, incluso es mejor optar por arroz integral en vez del refinado, ya que contienen más fibra, que es importante porque ayuda al funcionamiento del intestino (y disminuye el riesgo de sufrir hemorroides), reduce el nivel del colesterol, ayuda a regular el nivel del azúcar en la sangre y podría ayudarte a perder peso.
Ten en cuenta que estas sugerencias son para las personas sanas, pero si tienes alguna condición especial, como los diabéticos, los celíacos o las personas con problemas del corazón, deberás considerar e incorporar los otros cuidados que te haya indicado tu médico, para mantener una dieta apropiada para ti.
Asimismo, si estás excedido de peso, también es recomendable que te hagas un control de salud general para descartar otro tipo de enfermedades asociadas, como presión arterial alta o diabetes, ya que si tienes alguna de estas condiciones deberás ajustar tus comidas de acuerdo a ella.
Mientras tanto, ya puedes ir poniendo en práctica tus nuevos hábitos alimenticios. Recuerda lo curioso que eras de niño y vuelve a explorar el variado mundo de sabores y colores que la naturaleza pone a disposición de nuestro paladar.
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