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Para la mayoría, el término orgánico significa mejor. Como los alimentos clasificados así se suponen que deben estar libres de aditivos, pesticidas, hormonas y otros productos químicos, se consideran  más sanos, más nutritivos, de mejor calidad, y por ende, mejores para la salud. Pero una ojeada a los precios del supermercado basta para darnos cuenta de que están fuera del alcance de la mayoría de los presupuestos familiares, y más aún, en medio de una crisis económica. ¿Vale la pena sacrificarse y comprar alimentos orgánicos? No es una pregunta fácil, pero intentaremos buscarle respuesta.

Es hermoso ver crecer a los animales y a las plantas. Y gratificante contribuir a su desarrollo y prosperidad. Pero empujados por la vida moderna que aglomera a la población en torno a las grandes ciudades y la rodea de cemento, automóviles y carreteras, la vida rural y las tareas agrícolas son cada vez cosas más lejanas y desconocidas ¿Cuántos niños han visto crecer a una gallina, poner un huevo u  ordeñar una vaca? Quizás nunca hayan visto a un animal de granja “real” y los conozcan sólo a través de las imágenes en los libros o en la televisión. ¿Cuántas personas han sembrado o recogido no ya una cosecha, sino el fruto de una sola plantita? Y sin embargo, hoy más que nunca, la población está más consciente de lo que se lleva a la boca y más al tanto del uso de los pesticidas, las hormonas y los aditivos que se agregan a los alimentos, y que pueden tener una repercusión directa en su salud.

Las personas que compran productos orgánicos buscan fundamentalmente dos cosas: que la producción del alimento sea más ecológica y que éste sea más seguro de consumir.  Pero con los costos cada vez más altos, ¿se justifica el precio de los alimentos orgánicos?

Cada vez que visitas el supermercado y planeas tus menús, tienes la opción de adquirir un producto  orgánico y el mismo tipo pero cultivado de manera convencional. ¿Por qué la diferencia de precio? En primer lugar, el cultivo de los alimentos orgánicos está regulado. Los agricultores necesitan certificaciones especiales para vender sus productos como orgánicos, y para obtenerlas tienen que mantener registros de producción, usar tierras que no han sido tratadas químicamente durante al menos tres años, usar semillas orgánicas, así como cumplir con regulaciones que evitan la contaminación de las cosechas.

Un mayor control de la forma de producción, implica mayor costo para el productor que se extiende entonces al consumidor, pero a cambio éste recibe las siguientes ventajas:

  • En lugar de usar fungicidas, herbicidas y fertilizantes sintéticos para combatir las plagas, los agricultores deben usar métodos naturales como trampas, barreras e insectos predadores (que se alimente de la plaga que se quiere combatir). Por lo tanto, no tienes que preocuparte que haya residuos químicos en la cáscara, en las hojas y en otras partes de las frutas, las hortalizas y los vegetales.
  • Además, tampoco tienes que preocuparte porque el producto haya sido obtenido mediante  la ingeniería genética. (Que esto, de acuerdo a muchos expertos es polémico, ya que piensan que no causa daños a la salud).
  • Los animales de la ganadería que han crecido de manera convencional, por lo general han recibido hormonas y antibióticos que se pueden pasar a la carne (de res, cerdo o pollo), a los huevos o a la leche que consumes diariamente. El uso de hormonas y de antibióticos no se permite cuando se trata de la cría del ganado orgánico.
  • Muchos afirman que los productos orgánicos son más nutritivos y más saludables que los convencionales, pero no hay ninguna evidencia científica de que esto sea cierto. El Departamento de Agricultura estadounidense (USDA), tampoco respalda esta creencia, limitándose tan sólo a certificar a un producto como orgánico o no, y a mantener los niveles del uso de pesticidas dentro de los límites considerados seguros, así como los residuos que quedan en los alimentos.

La decisión de pagar el precio adicional, que en los Estados Unidos puede oscilar entre un 50% y un 100% más que el producto convencional, queda a la discreción del consumidor.  Para contrarrestar el efecto en el total de la compra, los expertos aconsejan que el presupuesto que puedas destinar a la compra de los productos orgánicos lo inviertas en aquéllos que consumes con más frecuencia, o en únicamente en los que tengan la mayor concentración de pesticidas. También se recomienda seleccionar productos orgánicos para la alimentación de las mujeres embarazadas, de los bebés, de los ancianos y, en general, de las personas cuyos sistemas inmunológicos estén comprometidos o en desarrollo y puedan ser más susceptibles a los aditivos y a los residuos de los pesticidas.

El Environmental Working Group (EWG por sus siglas en inglés), una organización no lucrativa con sede en Washington, Estados Unidos, dedicada a la información y protección del consumidor, recomienda precisamente la compra de productos orgánicos en el caso de las verduras o las frutas que se consuman con más frecuencia. También ha preparado una lista con aquellos productos con mayor cantidad de residuos de pesticidas para que el consumidor pueda optar por la versión orgánica siempre que pueda. Según el EWG, las frutas y los vegetales clasificados según el mayor o menor cantidad de insecticidas en los mercados estadounidenses son los siguientes:

  • Con mayor cantidad de residuos de insecticidas: manzana, apio, fresa (frutillas), melocotones (duraznos), espinaca, nectarinas (importadas), uvas (importadas), pimientos, papas, arándanos azules (domésticos) y lechuga.  Siempre que puedas, la recomendación es que los compres orgánicos.
  • Los de nivel más bajo de insecticidas: cebolla, maíz dulce, piña (ananás), aguacate (palta), espárrago, ejotes (habichuelas verdes, vainitas), mango, berenjena, betabel, cantalupo (doméstico), kiwi, acelga, sandía, toronja, hongos (setas).

Busca el sello original

Para que tengas la seguridad de que un producto sea realmente orgánico en Estados Unidos, busca el sello de Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés), un círculo con la inscripción USDA ORGANIC (o el equivalente en tu país) que garantiza que el producto se ha cultivado/crecido según los estándares de esa agencia. Si dice “Natural”, “Libre de hormonas”, “Free-range” (quiere decir que el animal no ha crecido en jaulas y ha podido deambular), significa solamente eso, no que se trate de un producto orgánico.  Para que puedas entender bien la terminología “orgánica”, aquí te damos una pequeña lista que puede resultarte útil al seleccionar los alimentos:

  • 100% orgánico: significa que no contiene ingredientes sintéticos y puede llevar el sello de la USDA
  • Orgánico: significa que el alimento tiene un mínimo de 95% de ingredientes orgánicos. También puede llevar el sello de la USDA.
  • Preparado con ingredientes orgánicos: significa que el producto contiene  por lo menos un 70% de ingredientes orgánicos. Estos productos no pueden usar el sello de la USDA.
  • La carne, los huevos, las aves y los productos lácteos con la etiqueta de “Orgánicos” deben provenir de animales que nunca han recibido ni antibióticos ni hormonas de crecimiento.

No te sientas mal si el presupuesto familiar no te permite adquirir estos productos. Hay medidas que puedes tomar para limitar la exposición a los pesticidas y otros productos químicos.

  • Lava con un cepillito de cocina la superficie de las peras y las manzanas antes de comerlas, incluso si vas a pelarlos.
  • Cepilla también bajo el agua del grifo la superficie de las papas y otros tubérculos, para eliminar cualquier tierra, suciedad y restos de pesticidas
  • Enjuaga cuidadosamente bajo el agua del grifo (puede ser agua caliente), las hojas del apio, la lechuga y de otros vegetales. No uses jabón. Además de los pesticidas, eliminarás también los residuos de tierra o piedrecitas.
  • Compra productos locales que se obtienen más frescos
  • Compra también los productos de la estación, son más económicos y no han necesitado conservarse en refrigeración

Usa toda esta información la próxima vez que vayas de compras al supermercado para tomar tus decisiones y prepares todas tus comidas con la mayor calidad y seguridad posibles.

Imágen © iStockphoto.com / Jasmina

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