Aunque el control del dolor es una de las razones más comunes por las que las personas reportan el uso de marihuana medicinal en los Estados Unidos, no se sabe a ciencia cierta si sus beneficios son reales para el tratamiento de la mayoría de los tipos de dolor agudo o crónico.
Como ya hemos dicho en los artículos anteriores, algunos estudios científicos han concluido que el cannabis puede ser útil para tratar el dolor neuropático (un tipo específico de dolor crónico causado por daño en los nervios). Sin embargo, se necesita más investigación para saber si la marihuana funciona mejor que otras opciones para controlar el dolor.
Según un estudio liderado desde la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá, Colombia y publicado en la revista científica Brazilian Journal of Anesthesiology, se desconocen tanto los posibles beneficios como la vía de administración y la dosis ideales para el uso del cannabis como tratamiento para el dolor.
Este estudio consistió en una revisión más de 111 estudios de investigación que se han realizado en diferentes países del mundo. Los autores, dirigidos por el Dr. Diego Rosselli explican que actualmente existen tres medicamentos aprobados que se pueden comprar en algunos países y que su mecanismo de acción consiste en activar el sistema cannabinoide del organismo. Son Cesamet® (nabilona), Marinol® (THC+dronabinol) y Sativex® (THC+CBD).
Sativex® (o Nabiximols® en EE. UU.) es un spray a base de cannabis que combina THC con CBD y ha sido aprobado para la espasticidad en la esclerosis múltiple en algunos países europeos y en Canadá, donde también ha sido aprobado para el dolor neuropático y oncológico. El Marinol© (Dronabinol) es una forma sintética de THC aprobada por la FDA para el tratamiento de náuseas y vómitos resultantes de la quimioterapia. Por su parte, la nabilona (Cesamet®) es un análogo sintético del THC, aprobado en los EE. UU. y el Reino Unido para quimioterapia o vómitos relacionados con el dolor del cáncer.
Los autores de esta investigación concluyen que los medicamentos a base de cannabis “parecen ser en su mayoría seguros y tienen efectos adversos leves comunes, como mareos y euforia; sin embargo, existe una importante necesidad de investigación sobre su seguridad, especialmente en poblaciones vulnerables como los pacientes de edad avanzada. Es importante enfatizar que la seguridad solo se ha abordado para los riesgos a corto plazo y la evidencia es insuficiente con respecto a los riesgos a largo plazo”.
Dos falsas creencias sobre la marihuana y sus usos “medicinales”
Así como en otros países, en España se aprobó recientemente el cannabis para uso medicinal, mediante una autorización que impulsa la posibilidad de adquirir medicamentos derivados de cannabis para su uso terapéutico con control médico y farmacéutico, incluso su dispensación en farmacias.
Pero los expertos opinan que, con esto, “la desinformación está servida”. Han detectado que hay dos mitos extendidos que pueden reforzar el mensaje de que el cannabis “es bueno” o “es medicinal”, aunque esto no es exactamente así.
La Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR), sociedad científica de dolor con un enfoque multidisciplinar, en la cual, médicos, farmacéuticos, psicólogos, fisioterapeutas, enfermeros y otros especialistas de la salud interesados en dolor se integran para constituir una sociedad en lucha contra el dolor, envió un comunicado con el objetivo de poner de manifiesto dos errores comunes que podrían fomentar un uso equivocado del cannabis.
1.- Confundir el cannabis con el CDB. Como ya comentamos en artículos previos, es fundamental tener claro que el CDB que es la molécula con propiedades analgésicas que contiene el cannabis y que se puede usar como medicamento.
“La primera confusión es que las personas puedan creer que fumarse un cigarrillo de marihuana es un medicamento y eso no tienen ningún tipo de sentido ni de control. Por tanto, conviene distinguir el uso recreativo del cannabis fumado sin control médico, del uso de un medicamento, que será regulado, que será formulado por un laboratorio, y que es el CBD”, explica el Dr. Luis Miguel Torres, Presidente de SEMDOR.
2.- El segundo error consiste en pensar que el CBD es seguro. Aún no existe suficiente evidencia científica al respecto.
“Sí sabemos, por las publicaciones que hay, que el CBD es eficaz para el control de las náuseas y los vómitos en los pacientes oncológicos, para mejorar también el estado de ánimo de algunos de estos pacientes, y con algunas propiedades analgésicas que están por definir. Pero reitero que no hay evidencia científica robusta de que los cannabinoides en ninguna dosis ni por ninguna ruta reporte una analgesia importante” declara este experto.
“Ahora mismo lo que sabemos es que el uso de cannabinoides, cannabis o CBD su eficacia como analgésico potente es baja o muy baja. Incluso en muchos artículos se demuestra un efecto negativo. En estos momentos no tenemos datos para decir que el CBD es un analgésico potente, ni mucho menos el cannabis natural sea un analgésico y que se pueda recomendar a los pacientes con dolor. Y menos si se compara con otros analgésicos como el paracetamol, los AINEs o los opioides que sí tienen un efecto adecuado para mitigar el dolor e indicaciones y dosificaciones precisas”.
Desde SEMDOR piden prudencia “para evitar llevar a la sociedad un mensaje equivocado sobre el nuevo medicamento y su capacidad para resolver el dolor en general, o el dolor oncológico en particular. Sin olvidar el valor de cualquier nuevo medicamento analgésico, que puede ser eficaz en algunas patologías, el uso de los cannabinoides como analgésico potente está aún por demostrar”.
Por Karla Islas Pieck
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