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La relación entre el ejercicio y la inflamación es uno de los temas más fascinantes en el ámbito de la salud. Si bien es conocido que el ejercicio es una piedra angular para mantenernos saludables, pocas personas comprenden el complejo balance entre la inflamación que este provoca y sus beneficios antiinflamatorios a largo plazo. Desde fortalecer nuestro corazón hasta mejorar el estado de ánimo, el ejercicio impacta cada célula de nuestro cuerpo, incluyendo el sistema inmunológico, que, aunque puede parecer contradictorio, el ejercicio al principio causa la inflamación, y a largo plazo la combate. Entender este balance es esencial para optimizar sus efectos en la salud y poder entender de mejor manera nuestro propio cuerpo, así como la forma en que funciona.

Importancia del ejercicio en la salud general

El ejercicio es universalmente recomendado por los profesionales de la salud debido a sus beneficios holísticos. Ayuda a regular el peso corporal, fortalece los músculos y huesos, y mejora la salud cardiovascular. Además, reduce el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. No obstante, el impacto del ejercicio va más allá de lo físico, mejorando también la salud mental al reducir el estrés, la ansiedad y la depresión.

Inflamación: un mecanismo vital

La inflamación es la forma en que nuestro cuerpo responde a lesiones, infecciones o cualquier agresión percibida, incluso en las enfermedades autoinmunes. Este proceso involucra el envío de glóbulos blancos y otras células para reparar el daño, combatir invasores, como microbios o toxinas y limpiar los desechos.

Este proceso es vital para restaurar la salud y, una vez completado, la inflamación debería disminuir. Por eso es crucial distinguir entre los dos tipos principales de inflamación: la inflamación aguda, que es temporal y beneficiosa, y la inflamación crónica, que es persistente y dañina.

Relación entre ejercicio e inflamación

Cuando hacemos ejercicio, especialmente de alta intensidad, nuestro cuerpo experimenta una inflamación aguda. Este proceso es parte del daño temporal que sufre el músculo, lo que desencadena una serie de respuestas inflamatorias. Los músculos liberan moléculas de comunicación, llamadas citoquinas, que inicialmente tienen un rol en el inicio de la inflamación. Sin embargo, en poco tiempo, estas mismas citocinas promueven una respuesta antiinflamatoria, ayudando en la reparación muscular, lo que hace la magia del crecimiento y fortaleza general.

Este tipo de inflamación, aunque pueda causar molestias a corto plazo como dolor muscular, es fundamental para la adaptación y fortalecimiento del cuerpo ante futuras demandas físicas. Es decir, que los músculos crecen y se desarrollan para prepararse. Así, el ejercicio es una herramienta poderosa para el desarrollo y mantenimiento de la salud de todo el cuerpo.

Ejercicio regular: Un escudo contra la inflamación crónica

A diferencia de la inflamación aguda, descrita previamente, la inflamación crónica está vinculada a diversas enfermedades. Aquí es donde el ejercicio regular juega un papel crucial. Las actividades aeróbicas, como caminar o nadar, ayudan a mantener un equilibrio saludable entre la grasa  y el músculo corporal, lo que a la larga significa que se reduzca la grasa visceral, que es de por sí una fuente clave de sustancias inflamatorias.

Beneficios a largo plazo

El impacto del ejercicio en la inflamación va más allá del alivio temporal. Un estilo de vida activo mejora el perfil inflamatorio del cuerpo, lo que reduce significativamente el riesgo de enfermedades crónicas. Grandes estudios poblacionales muestran consistentemente una relación inversa entre la actividad física y los marcadores de inflamación sistémica, como la proteína C reactiva (PCR), el cual es muy común encontrarlo en exámenes rutinarios de sangre.

Alimentos antiinflamatorios para complementar el ejercicio

Además del ejercicio, la dieta desempeña un papel crucial en la gestión de la inflamación. La cúrcuma, con su compuesto activo curcumina, es bien conocida por sus potentes propiedades antiinflamatorias. Otros alimentos clave incluyen:

  • Frutas ricas en antioxidantes, como las bayas y los cítricos, que ayudan a neutralizar los radicales libres.
  • Hojas verdes, como las espinacas, kale o acelgas además de antioxidantes tienen magnesio, clave para los músculos y nervios.
  • Grasas saludables, como los ácidos grasos omega-3 presentes en pescados grasos, semillas de lino y chía, conocidos por sus efectos antiinflamatorios.
  • Frutos secos y semillas, que aportan vitamina E, un antioxidante esencial para combatir la inflamación.
  • Té verde, que contiene catequinas, conocidas por sus propiedades antiinflamatorias.
  • Especias como el jengibre y la canela, también tienen efectos antiinflamatorios y analgésico.

Consejos para maximizar los beneficios del ejercicio

Para optimizar los beneficios del ejercicio y minimizar la inflamación negativa, es esencial adoptar algunas prácticas clave:

  • Mantener la regularidad: Hacer ejercicio al menos 150 minutos a la semana.
  • Variar las actividades físicas: Alternar entre diferentes tipos de ejercicios ayuda a prevenir el aburrimiento y reduce el riesgo de lesiones.
  • Escuchar al cuerpo: Si experimentas fatiga extrema o dolor persistente, reduce la intensidad o frecuencia. También debes descansar e incluso recurrir a masajes.
  • Consultar a un profesional: Especialmente si tienes condiciones médicas preexistentes, asegúrate de que tu rutina sea adecuada para ti.

Encontrar el equilibrio en el ejercicio

El ejercicio es un potente modulador de la inflamación en el cuerpo. Al equilibrar la intensidad del ejercicio y asegurarse de incorporar descansos adecuados, se pueden aprovechar sus beneficios antiinflamatorios sin caer en el riesgo de lesiones o inflamación crónica.

FAQs

  • ¿El ejercicio intenso causa inflamación crónica?
    No, aunque el ejercicio intenso puede causar inflamación aguda, esta es temporal y beneficiosa para la reparación muscular.
  • Cómo puedo reducir la inflamación crónica?
    A través de una combinación de ejercicio regular, una dieta rica en alimentos antiinflamatorios y un estilo de vida saludable.
  • ¿La cúrcuma realmente ayuda con la inflamación post-ejercicio?
    Sí, la curcumina en la cúrcuma tiene propiedades antiinflamatorias que pueden reducir el dolor muscular después del ejercicio.
  • ¿Cuántas veces a la semana debo hacer ejercicio para combatir la inflamación crónica?
    Se recomienda al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado a la semana.
  • ¿Qué tipo de grasas son mejores para combatir la inflamación?
    Los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados grasos, semillas de chía y lino, son altamente beneficiosos.
  • ¿El té verde es realmente efectivo contra la inflamación?
    Sí, las catequinas en el té verde tienen propiedades antiinflamatorias y pueden ayudar en la recuperación muscular.
  • ¿Qué otras cosas puedo hacer para reducir la inflamación?
    Varía las actividades, escucha tu cuerpo, descansa y ten una alimentación equilibrada. En caso de ser necesario, consulta con un profesional.

Por Carlos Diego Ibáñez
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