El hacer ejercicio en bicicleta es una de las formas más divertidas de mantenerte en forma. Además, la bicicleta es un medio de transporte que no contamina el ambiente y trae muchos beneficios para la salud. Pero ten cuidado: para proteger tu cabeza de un posible accidente, no dejes de usar un casco.
La bicicleta es la reina del transporte ecológico. No contamina (no emite gas carbónico), es mucho más barata que andar en coche o en camión (bus), y de paso, ayuda a mantener una buena salud. Si eres de los que están entrando en la onda de transportarte en bicicleta, te felicito. Estás haciendo mucho por el ambiente y por tu bienestar.
El montar en bicicleta es una actividad de bajo impacto que quema muchas calorías, fortalece tu corazón, tonifica las piernas, las caderas, los glúteos; aumenta tu resistencia y además, te lleva a donde quieras.
Se dice que quienes deciden transportarse regularmente en bicicleta, pueden perder más de 13 libras de peso en promedio, en el transcurso de un año, sin necesidad de hacer una dieta restrictiva.
Además de ser una buena actividad para la salud física, andar en bicicleta, también ayuda a despejar la mente. Es relajante y divertido. En resumidas cuentas, puede ser el ejercicio ideal. Sin embargo, debes tener en cuenta que andar en bicicleta también conlleva peligros. Y para eso, debes prepararte y protegerte con el equipo adecuado. El casco, es un elemento fundamental, porque protege tu cabeza de las graves lesiones que puede causar un golpe.
Una paciente me contaba hace poco que se cayó de su bicicleta y que de no haber sido por el casco, tal vez estaría en el hospital. Desde entonces, nunca sale sin su casco. Si no tienes casco, ¿qué esperas? El casco es el que absorberá el golpe en la eventualidad de un accidente y te protege de lesiones o heridas serias incluso si es una caída a baja velocidad.
¿Qué debes tener en cuenta a la hora de comprar un casco para andar en tu bicicleta?
- Para empezar, que sea seguro: fíjate si está aprobado por organizaciones que avalan su calidad. En el caso de Estados Unidos: Consumer Product Safety Commission, American National Standards o Snell Memorial Foundation.
- Segundo: asegúrate de que te quede ajustado, pero no apretado. La clave es que cuando te lo pongas no puedas moverlo más de 2 centímetros, o una pulgada hacia delante o hacia atrás. Ajústalo y amárralo debajo de tu quijada. Es importante también que no obstruya tu visibilidad y que elijas uno de color brillante o incluso, puedes considerar comprar uno con luces incorporadas.
Los cascos hoy en día son mucho más livianos y divertidos que antes, así que no hay excusa para no comprarte uno: ¡Podría salvarte la vida!