Tanto las mujeres como los hombres pueden beneficiarse y mejorar sus relaciones sexuales si fortalecen los músculos del llamado suelo pélvico, que es el que sostienen el intestino delgado, el colon y la vejiga. Y el sexo no es el único aspecto que puede mejorar. Sigue leyendo y descubre por qué es tan importante mantener el piso pélvico fortalecido.
Hacer ejercicios con regularidad y mantenerse en forma no sólo ayuda a mantener la flexibilidad y la fortaleza de todos los músculos en general, también ayuda a tener mejores relaciones sexuales. Hay una serie de músculos que pueden ser algo difíciles de ubicar, pero que cuando se detectan y se mantienen fuertes pueden tener un rol clave para lograr más placer.
Se trata de un grupo de músculos y ligamentos que forman el llamado suelo pélvico y que sostienen al intestino delgado, al colon y a la vejiga en ambos sexos, y además al útero en el caso de la mujer y a la próstata en el caso del hombre. Aunque nunca hayas oído hablar de ellos, los usas continuamente. Cuando los contraes o los relajas, controlas tus deposiciones fecales o evacuaciones y tus micciones (cuando vas a orinar). Y por supuesto, mientras más fuertes estén, mucho mejor. Cuando estos músculos están en forma, ayudan a mejorar la calidad de las relaciones sexuales ya que, además de la función de la que hablábamos antes, forman parte del mecanismo de la erección y control de la eyaculación en el hombre y de la calidad del orgasmo en la mujer.
El fortalecimiento del suelo pélvico es importante por otras razones además de las ventajas que brinda a la actividad sexual. Mira lo que sucede cuando el suelo pélvico de la mujer es débil:
- Los órganos pueden descender y cuando eso ocurre, hacen presión hacia la vagina.
- La presión excesiva sobre la vagina provoca los llamados prolapsos, es decir, la caída de las paredes vaginales hacia el interior y hacia abajo.
- Se dificulta controlar la orina, así como las heces fecales (las evacuaciones o defecaciones).
Por estas razones los ejercicios para mantener fuerte el suelo pélvico son cada vez más recomendados y necesarios, y si bien hay algunos que son relativamente sencillos y puedes aprenderlos y practicarlos en cualquier lugar, a veces es mejor que te asesores con un o una fisioterapeuta especializada que te indique cómo sacarles el mejor provecho a los ejercicios, sin lesionarte y sin causar efectos negativos.
En detalle, un suelo pélvico en forma te ayudará a eliminar las disfunciones sexuales y mejorar tus relaciones íntimas. También puede ayudarte a controlar o evitar la incontinencia urinaria y fecal y, en el caso de las mujeres, facilita también el trabajo de parto y la recuperación después del mismo.
Además de los beneficios anteriores, el entrenamiento y el fortalecimiento del suelo pélvico puede ayudar a mejorar la postura de todo el cuerpo, a mantener el abdomen firme e incluso a disminuir los síntomas de distintas condiciones de la columna vertebral, como la escoliosis. Asimismo, el trabajo del suelo pélvico se vuelve muy eficaz en las personas obesas y en las mujeres deportistas que se dedican a disciplinas en las que abundan los saltos o el levantamiento de peso.
Estos ejercicios se recomiendan principalmente en las mujeres (quienes deberían aprenderlos aun cuando no tengan ningún síntoma o molestia), pero también pueden ser benéficos para los hombres y hasta pueden practicarlos los niños y las niñas, a partir de los 5 años de edad. Lo bueno es que algunos de estos ejercicios se pueden practicar en cualquier lugar y no hay contraindicaciones ni tampoco límite de edad para hacerlos.
Existen distintos ejercicios para fortalecer el suelo pélvico, como cierto tipo de abdominales, y tal vez los más conocidos sean los denominados ejercicios de Kegel, que justamente se recomiendan para las mujeres que sufren de incontinencia urinaria, aunque lo ideal es comenzar a ejercitar y trabajar estos músculos antes de que aparezcan los problemas.
¿Cómo se hacen los ejercicios de Kegel? Resulta sencillo aprender esta técnica, aunque a veces puede ser difícil identificar los músculos de soporte ubicados en la pelvis. Una forma de detectarlos es intentando parar la orina mientras está saliendo. Si lo logras, has aprendido el movimiento básico.
Una vez que hayas identificado los músculos, contráelos y sostén la posición por 3 segundos, luego relájalos otros 3 segundos y repite esta secuencia 10 veces, tres o cuatro veces por día. Mientras haces eso, es importante que mantengas relajados los músculos del abdomen, los glúteos (el músculo más profundo del esfínter anal se debe contraer) y el muslo.
Además, ten en cuenta que no debes acostumbrarte a detener el chorro de orina mientras vas al baño (eso sólo es para detectar cuáles son los músculos). De lo contrario, puedes obtener el efecto contrario y debilitar los músculos. Además, practicar estas técnicas con la vejiga llena puede hacer que no la vacíes por completo y esto aumenta el riesgo de que desarrolles infecciones urinarias.
Tampoco te excedas. Algunas personas creen que pueden acelerar el progreso de fortalecimiento si aumentan el número de repeticiones y la frecuencia del ejercicio. Sin embargo, hacer los ejercicios en exceso también puede provocar el efecto contrario al deseado ya que puede causar fatiga muscular y, por ejemplo, aumentar el escape de orina.
Ahora que conoces lo básico, ya puedes comenzar a practicar estos ejercicios que pueden mejorar la calidad de tus relaciones sexuales y más. Ten paciencia porque los resultados pueden tomar un tiempo hasta que empieces a notar la mejoría. Mientras tanto, sigue disfrutando tus relaciones sexuales y, si tienes otras dudas sobre este tema, si tienes molestias durante tus relaciones sexuales o si notas que te cuesta contener la orina, consulta con tu médico para que pueda asesorarte.
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