Ya los estudios han demostrado que el consumo de alcohol está relacionado con varios tipos de cáncer, pero no se sabía cómo. Pues bien, una investigación detectó precisamente la forma en que el alcohol podría aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Para estar bien informada(o), y para recibir consejos saludables para evitar el cáncer, sigue leyendo.
Con seguridad que ya has leído o escuchado, a través de Vida y Salud y de otros medios de información, que el consumo del alcohol aumenta el riesgo de desarrollar distintas enfermedades, entre ellas muchos tipos de cáncer. El alcohol es uno de los factores de riesgo para el desarrollo de algunos tipos de cáncer como el de mama, boca, laringe y faringe, y esófago, así como el cáncer del hígado, de los ovarios, del estómago y el cáncer colorrectal. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Minnesota en Minneapolis, Estados Unidos, ha encontrado el dato que podría explicar por qué sucede.
Según el hallazgo, presentado en una reunión anual de la Sociedad Química Americana, cuando el cuerpo metaboliza (o descompone) el alcohol, se forma una sustancia llamada acetaldehído, que tiene una composición química similar a la del formaldehído, que es un conocido carcinógeno que puede dañar el ADN.
¿Cómo llegaron a esas conclusiones? Pues los investigadores les dieron dosis crecientes de vodka una vez a la semana a diez voluntarios, durante tres semanas. Y encontraron que los niveles de aductos de ADN (que son formas de ADN que resultan de una exposición a sustancias carcinogénicas), aumentaron hasta cien veces en las células orales (de la boca) de los participantes, horas después de cada dosis, aunque los niveles bajaron luego de 24 horas.
Los investigadores explicaron que la mayoría de las personas que beben socialmente no desarrollan cáncer porque tienen una enzima llamada alcohol deshidrogenasa, que convierte al acetaldehído en una sustancia llamada acetato, que no hace daño.
El problema es que algunas personas no pueden convertir el acetaldehído en acetato porque tienen una variante del gen del alcohol deshidrogenasa y, por eso, tienen más probabilidades de desarrollar cáncer del esófago por beber alcohol.
Por ejemplo, detallaron que alrededor del 30 por ciento de las personas de ascendencia asiática tienen esta variante y que los indígenas de las américas también tienen una deficiencia en la producción de esta enzima.
Como estas conclusiones fueron presentadas en un congreso, deben ser consideradas como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales. Mientras tanto, recuerda que hay distintos hábitos saludables que pueden ayudarte a disminuir el riesgo de desarrollar cáncer. Toma nota:
- Haz ejercicio regularmente.
- Mantén un peso saludable.
- Lleva una dieta sana, a base de frutas y verduras.
- Reduce el consumo de carnes rojas y evita quemarlas al cocinarlas.
- Evita el tabaco en todas sus formas (cigarrillos, habanos o puros, tabaco de mascar).
Por último, si te gusta beber ocasionalmente, en reuniones sociales o cuando sales con amigos, recuerda que la clave es tomar con moderación, es decir: máximo, dos copas o tragos al día si eres un hombre de 65 años o menor y una copa o trago al día si eres una mujer o si eres un hombre de 66 años o más. Ten en cuenta que una copa o un trago equivale a 12 onzas o 35 mililitros de cerveza, 5 onzas o 148 mililitros de vino o 1,5 onzas o 44 mililitros de bebida destilada.
Aunque hay estudios que apoyan el consumo moderado de alcohol (y específicamente las ventajas del vino tinto sobre la salud, sobre todo la del corazón), el exceso del alcohol puede convertirse en una enfermedad y puede causar varios problemas de salud, algunos graves como pancreatitis, cáncer del hígado y cirrosis, que hasta pueden poner en riesgo la vida. Si tomas bebidas alcohólicas, hazlo con moderación poniendo en primer lugar tu salud para que puedas brindar durante muchos años con tu familia y tus amigos.
Ultima revisión: 2020
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