Tan sólo en Estados Unidos anualmente hay casi un millón de casos de herpes zóster, conocido también como culebrilla, y se calcula que un tercio de todos los adultos sufre esta afección hacia los 80 años de edad. Pese a la prevalencia, especialmente entre los 50 y 59 años, no se sabe por qué algunas personas desarrollan el herpes zóster y otras no. En un estudio poblacional publicado en la Revista de Alergias e Inmunología Clínica (JACI, por sus siglas en inglés), los científicos de la Mayo Clinic elaboraron más sobre sus investigaciones anteriores del 2013 que vinculaban al asma durante la infancia con mayor riesgo para el herpes zóster.
“El asma es una de las cinco enfermedades crónicas más agobiantes en Estados Unidos y afecta hasta a 17 por ciento de la población”, comenta el autor principal del trabajo, Dr. Young Juhn, académico en pediatría general y epidemiólogo en asma del Centro para Investigación Pediátrica de la Mayo Clinic. “El efecto del asma sobre el riesgo para infección o disfunción inmunitaria muy bien podría ir más allá de las vías respiratorias”, añade.
La investigación revisó los expedientes médicos de los pacientes con posible herpes zóster en el condado de Olmsted, Minnesota, y durante el período del estudio se identificaron 371 casos de la afección (con una edad promedio de 67 años), que luego se compararon frente a 742 sujetos de control. El 23 por ciento de los 371 casos de herpes zóster (87 personas) tuvo asma, comparado frente a solo 15 por ciento en el grupo de control (114 de 742 personas). Los autores descubrieron que los adultos con asma corrían un riesgo 70 por ciento mayor de desarrollar herpes zóster que quienes no la padecían.
Después de considerar el asma y otras afecciones atópicas, los científicos también observaron una vinculación independiente tanto del asma como de la dermatitis atópica con mayor riesgo para herpes zóster. La tasa de ocurrencia del herpes zóster fue de 12 por ciento en los pacientes con dermatitis atópica (45 de 317 casos), frente a 8 por ciento en los sujetos de control (58 de 742).
A pesar de que no se sepa con claridad cuáles son los mecanismos subyacentes, el defecto en las funciones inmunitarias innatas de la piel y de las vías respiratorias está bien documentado en los pacientes con asma o dermatitis atópica. Los científicos creen que debido a que el asma ayuda a suprimir la inmunidad adaptativa, también puede aumentar el riesgo de reactivación del virus varicela zóster.
“Debido a que el asma es un factor de riesgo no reconocido para herpes zóster en los adultos, se debe considerar vacunar a las personas con asma o dermatitis atópica a partir de los 50 años, como un grupo hacia el que se debe dirigir la inmunización contra el herpes zóster”, concluye el Dr. Juhn.
Los científicos también anotan que ni los corticosteroides inhalados ni las vacunas se vinculan con mayor riesgo para el herpes zóster, sino que más bien la vacunación contra el virus se relaciona con menor riesgo para el herpes zóster.
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Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2011.