La FDA advierte sobre reacciones adversas en la piel, algunas de ellas muy riesgosas, que puede producir el acetaminofén, un analgésico de uso común que se conoce comercialmente como Tylenol, entre otras marcas. Lo importante no es que te angusties y dejes de usarlo, sino que conozcas estos efectos no deseados para que puedas actuar rápidamente en caso de una emergencia.
Puede que ni lo pienses dos veces al buscar alivio para ese constante dolor de cabeza o de las articulaciones y que tomes cualquier analgésico (pastilla para el dolor) que tengas en el botiquín de la casa. Un par de cápsulas de Tylenol, por ejemplo, y el dolor se va, al menos por el momento. Pero no lo tomes a la ligera, pues aunque sean de venta libre, los analgésicos pueden tener efectos no deseados y hasta peligrosos.
En el caso del Tylenol, cuyo nombre genérico es Acetaminofeno o Acetaminofén (el mismo ingrediente activo de otros analgésicos de venta libre como Panadol y Paracetamol), hace unos años se ha probado que su uso excesivo puede tener efectos no deseados en el hígado y en los riñones. Además, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus iniciales en inglés), ha advertido en un comunicado reciente que el Acetaminofeno puede producir reacciones en la piel, que aunque son raras, pueden ser peligrosas. Por eso, la agencia recomienda que a partir de ahora las empresas que lo fabrican agreguen esa advertencia en los envases y las etiquetas.
Específicamente, la FDA detalla que el acetaminofén puede provocar tres reacciones serias en la piel. Una es la denominada pustulosis exantemática generalizada aguda, (producida en la mayoría de los casos como reacción a los antibióticos).Se caracteriza por fiebre y la aparición de pequeñas pústulas en la piel que generalmente desaparecen dentro de las dos semanas luego de que la persona ha dejado de tomar la medicina. Las otras dos reacciones, en cambio, requieren hospitalización y pueden ser mortales.
Se trata del llamado Síndrome de Stevens-Johnson y de la necrólisis epidérmica tóxica, cuyas reacciones suelen comenzar con síntomas similares a la gripe seguidos por erupciones o sarpullidos, ampollas y daño extenso en la superficie de la piel. La recuperación, en estos casos, puede tomar semanas o meses. Además, puede provocar otras complicaciones como cicatrices, cambios en el color de piel, ceguera y lesiones en los órganos internos.
Con esta advertencia, la FDA no pretende atemorizar a los pacientes ni a los médicos sino prevenirlos para que puedan actuar con rapidez, en caso de notar alguno de esos síntomas. Por eso, suspende el tratamiento y consulta con tu médico o con un dermatólogo, si notas alguna reacción en la piel mientras estas tomando acetaminofén (Tylenol, Panadol o Paracetamol, pero también otros productos que puedan contenerlo, lee las etiquetas para saberlo).
Además, debes tener cuidado de no tomarlo de forma continua ni en dosis muy altas (no se deben tomar más de 4 gramos al día), porque puede causar daños en el hígado y en los riñones. Tampoco se recomienda que lo uses si padeces de una enfermedad en el hígado o los riñones.
A pesar de lo anterior, el Acetaminofeno es uno de los analgésicos contra el dolor más seguros (para que te des una idea, se ha probado que la Aspirina o el Ibuprofeno son aún más riesgosos), Pueden tomarlo las personas que tienen úlceras, varicela, influenza (también conocido como flu o gripe) o gota, así como las mujeres embarazadas y durante la lactancia (siempre con la aprobación del médico), ya que no tiene efectos dañinos conocidos en la madre, el feto o el bebé.
El acetaminofén funciona afectando el cerebro y la médula espinal, lo que altera la percepción del dolor. Es similar a las endorfinas (unas hormonas que produce el cerebro y que impiden que la sensación de dolor se transmita de célula a célula) y limita la producción de prostaglandina, que le avisa al cerebro dónde hay dolor. Por eso, no reduce la inflamación pero es efectivo para bajar la fiebre y aliviar los dolores de cabeza, de dientes, los efectos de la vacuna contra la varicela y la influenza (gripe).
En conclusión: Cada vez que tomes un medicamento, revisa la etiqueta para saber si contienen Acetaminofén y calcula la dosis máxima diaria para que no te excedas, especialmente si vas a combinar productos. Como con cualquier medicamento o suplemento, no lo mezcles con bebidas alcohólicas. Y si tienes un dolor que requiere que tomes algo, recetado o no regularmente, consulta a tu médico para determinar qué te lo está causando. El Acetaminofén puede ser de gran ayuda, pero debes tomarlo con precaución.
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