No te alarmes. Aunque te sientas culpable y no entiendas por qué aún no sientes gran apego emocional a tu nuevo bebé, va a suceder. Date tiempo para ajustarte a ese pedacito de vida que llegó para cambiar la tuya definitivamente. Aquí te cuento más acerca del apego o vínculo con tu bebé.
Luisa estaba ansiosa por dar a luz y cuando por fin llegó el día y tuvo a su bebé en brazos, se sorprendió porque no sintió un gran apego hacia esa nueva vida. “Me resultaba extraño”, dijo Luisa, quien se sintió culpable por mucho tiempo y no quería admitir que le costó tiempo conectarse con su nuevo bebé. Como Luisa, el 20% de las madres y de los padres reportan que el vínculo emocional con su bebé no sucede en el instante en que lo vieron nacer.
Para Isabel, en cambio, fue muy diferente. Ella se enamoró perdidamente de su bebé desde que lo vio en el primer ultrasonido. Cuando por fin tuvo a su bebita en brazos, no pudo contener las lágrimas de emoción y un sentimiento visceral se apoderó de ella. Sin embargo, para el esposo de Isabel, sentir el apego o crear un vínculo tardó unas semanas más. “Yo era el que me sentía extraño, como un intruso entre la bebé e Isabel”. De alguna manera, también cuenta que sintió celos porque su esposa dejó de prestarle atención para enfocar todo su cariño en su bebé.
De cualquier manera y en la circunstancia que sea, el apego o conexión emocional al bebé es un instinto humano que hace que la mamá y el papá hagan todo para que ese nuevo ser esté bien en todos sentidos. Es lo que hace que las mamás puedan pasar horas sin dormir y a pesar del cansancio no dudar en levantarse de la cama si su bebé llora. Es aquello que produce una sensación de que no hay nada más importante en el mundo y que harías lo que fuera por esa personita. Hasta dar la vida.
El apego también es algo que los bebés necesitan para sentirse seguros, amados y desarrollar una autoestima sana. En la mayoría de los casos, el vínculo emocional se presenta desde antes de que nazca el bebé: cuando lo sientes por primera vez en tu vientre o quizás, cuando escuchas su corazón y lo ves en un ultrasonido o ecografía. En otras ocasiones, aparece cuando nace y puedes tenerlo en tus brazos, acariciarlo y mirarlo a los ojos. Las madres que amamantan experimentan el apego desde el primer momento, pues la alimentación se hace un ritual íntimo entre los dos.
Si tu caso es como el de Luisa, y aún te sientes desconectada de tu bebé, te estarás preguntando qué sucede. Es probable que algunas circunstancias influyan, como el hecho de haber tenido una cesárea y haber estado separada de tu bebé por varias horas. También puede ser difícil sentirte apegada si tu bebé nació prematuro y tuvo que pasar varios días o meses en una unidad de cuidados intensivos para recién nacidos. Algunas madres desarrollan depresión post parto, y puede pasar que luego de tener un parto difícil cueste un poco sentir ese apego.
¡Pero no te desanimes! Cada día que pasas junto a tu bebé cuidándolo, abrazándolo y observándolo es un día en el que la conexión se fortalece.
Otras posibles causas de que el desarrollo de el vínculo afectivo con tu bebé no suceda de inmediato, pueden incluir:
- Problemas con tu pareja
- Haber tenido una imagen negativa de tus padres durante tu infancia
- Falta de apoyo de tu familia o de personas cercanas
- Problemas financieros o haber perdido tu trabajo
- Haber perdido un bebé anteriormente
- Tener antecedentes de depresión o de otras enfermedades mentales
Algunos consejos que pueden ayudar a que tu vínculo se fortalezca son:
- Amamanta
- Carga a tu bebé estilo canguro para que esté muy cerca de ti
- Hazle masajes a tu bebé
- Mécelo para que se duerma y cántale canciones
- Practica tenerlo piel a piel (sin ropa)
- Duerme con tu bebé lo más cerca posible
- Si diste a luz en el hospital pide que tu bebé esté contigo en todo momento
- Si tu bebé es prematuro exige poder tenerlo contigo el mayor tiempo posible en contacto piel a piel
En el caso de los papás, quienes en ocasiones tardan más en establecer un vínculo fuerte con su bebé, les aconsejo que empiecen a relacionarse con él o ella antes de que nazca: por ejemplo hablándole y tocándolos a través de la panza de la mamá. Una vez que haya nacido, pueden ayudar a cambiarlo de ropa, bañarlo, cambiar sus pañales, tomar siestas con el bebé o ayudar con su alimentación en caso de que la madre se haya sacado leche y quiera descansar.
No temas admitir que tienes problemas para conectar con tu bebé. Tal vez haya alguna otra causa que sería bueno analizar. Habla con el pediatra y busca el apoyo de los tuyos.
Recuerda que tu bebé necesita de tu afecto y tu calor para crecer sano física y emocionalmente.
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