El vitiligo es una enfermedad crónica en la que algunas áreas de la piel pierden su color natural. Estas áreas descoloridas normalmente se agrandan con el paso del tiempo y esta afectación puede producirse en cualquier parte del cuerpo, incluyendo el cabello y la parte interior de la boca. Se calcula que esta enfermedad la sufre un 2% de la población y entre el 20 y el 30% de los casos comienzan en la infancia. De hecho, la mayoría de los pacientes presentan la enfermedad antes de cumplir los 40 años.
Las manchas sin color características del vitiligo se deben a la ausencia en ellas de células productoras de melanina, el pigmento que da el color moreno a la piel, también conocidas como melanocitos. Se cree que hay una mayor prevalencia en mujeres y es más frecuente en aquellas etnias que tienen mayor cantidad de pigmentación en la piel.
Aunque no es una enfermedad contagiosa ni que afecte gravemente a la salud de quien lo padece, todavía existe mucho estigma social. La modelo afroamericana Winnie Harlow es un ejemplo de cómo se está intentando normalizar esta patología, pero como indica Luis Ponce de León, presidente de la Asociación de Pacientes de Vitiligo en España, todavía queda mucho camino por delante.
“El vitiligo es mucho más que una cuestión estética, ya que casi el total de los pacientes padecen problemas psicológicos: hay quien solo sale a la calle por la noche, se enmascaran sus máculas con tratamientos cosméticos, se las tapan con mangas largas, etc. El paciente, en general, lo vive muy mal por el desconocimiento de los demás de la patología, por la desesperación ante la eficacia relativa de los tratamientos y por la marginalidad a la hora de encontrar trabajo”, explica Luis Ponce de León, quien incide en cómo entre los adolescentes, la exclusión social es especialmente grave.
¿Cómo se presenta el vitiligo?
Las manchas blancas o decoloradas de la piel que caracterizan el vitiligo son más frecuentes en las zonas del cuerpo que están más expuestas al solo, como las manos, los brazos, la cara o los labios. No obstante, también pueden aparecer en otras zonas como el ombligo, la axilas o la ingle. También es habitual una coloración blanca o gris prematura del cabello en el cuero cabelludo, las pestañas, las cejas o la barba.
Aunque en ocasiones no sucede así, es frecuente que las manchas aparezcan sucesivamente en diferentes áreas del cuerpo, en unos casos de forma muy lenta y en otros muy rápida, sin que se conozca la razón de que esto ocurra de una forma o de la otra, si bien cabe la posibilidad de que el estrés físico y/o emocional pueda contribuir a acelerar el proceso.
Las manchas tienen siempre los bordes bien delimitados y en ocasiones éstos se muestran con una coloración más oscura y en algunos casos un poco inflamados y rojizos. Otra característica frecuente del vitiligo es la aparición temprana de canas, especialmente en las zonas donde hay manchas.
Tipos de vitiligo
Existen diferentes tipo de vitiligo, atendiendo su clasificación principalmente a cómo se presenta la enfermedad:
- Generalizado: Es el tipo más común. Aquí las manchas se distribuyen por todo el cuerpo y están dispuestas de forma simétrica, sobre todo en las articulaciones de los dedos de las manos, codos y rodillas. Pueden localizarse también alrededor de los ojos, la nariz, las orejas, la boca y el ano.
- Focal: Manchas pequeñas y aisladas, que pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo.
- Segmentario: Manchas unilaterales que suelen seguir una distribución concreta. Tiende a aparecer a edades más tempranas.
- Universal: La práctica totalidad del cuerpo está despigmentada.
Origen desconocido de la enfermedad
No se sabe de forma segura cuál es el origen de esta enfermedad, aunque la mayoría de las hipótesis apuntan a un posible origen autoinmune, siendo las propias células del sistema inmunitario del paciente las que destruirían por error a las células que producen la melatonina.
Sin embargo, no es la única teoría, y otros investigadores defienden que una sustancias segregadas en las terminaciones nerviosas podrían tener un efecto tóxico para las células productoras de pigmento. En todo caso, se admite como segura una influencia genética al encontrarse entre un 30 y un 40% de casos en los que hay familiares también afectados por esta enfermedad.
Tratamiento del vitiligo
Muchos especialistas consideran que no hay tratamiento eficaz y solo recomiendan utilizar un filtro protector para evitar que la enfermedad se agrave debido a quemaduras solares, según el Dr. Agustín Alomar. Él, que lleva treinta años dedicado a la enfermedad, considera que sí existe tratamiento. “Sin poder garantizar la curación a nadie, a menudo se consiguen buenas mejorías y que se tolere mucho mejor”, explica el dermatólogo. “Es un proceso dermatológico sin garantía de curación y con una perspectiva de tratamiento prolongado aunque sencillo, sin efectos secundarios pero incómodo, hay que tener fe en el dermatólogo y mucha constancia”, añade.
El tratamiento que se ha mostrado más efectivo consiste en la activación de los melanocitos que aún funcionan mediante la fotoquimioterapia, más conocida como PUVA, en la que se combina el uso de psoralenos con la exposición a rayos UVA dos horas después de haberlos tomado (2-3 sesiones por semana durante 6-18 meses).
De este modo se ha logrado repigmentar la piel hasta en un 50% de los casos. Se suele añadir un tratamiento de fotoprotección por vía oral para evitar que se produzcan quemaduras y para prevenir la aparición de un posible melanoma como consecuencia de una exposición continuada a la radiación ultravioleta.
Otra posibilidad de tratamiento, especialmente en pacientes con un vitíligo muy extendido y en los que ha fracasado el uso de PUVA, es la despigmentación de la piel mediante cremas blanqueadoras, con el fin de unificar su color, si bien, se trata de un proceso irreversible y conlleva una serie de efectos adversos: sequedad de la piel, picor, enrojecimiento o dermatitis.
La aplicación de fotoprotectores es siempre recomendable. También se pueden utilizar autobronceadores o maquillaje para camuflar las manchas.
Recientemente se ha añadido al tratamiento del vitiligo -solo en casos en que éste no se extiende y permanece estable- el procedimiento quirúrgico, por el que se trasplantan a las áreas afectadas melanocitos activos procedentes de otras zonas del cuerpo, pero están aun en fase de experimentación. Ocasionalmente algún centro sanitario los puede ofrecer cuando otras técnicas han fracasado.
Recomendaciones especiales para el verano
Con la llegada del verano nuestra piel se ve expuesta a una mayor radiación solar. Tanto por el incremento de esta como por llevar menos ropa o realizar más actividad al aire libre. Aunque tomar el sol con moderación conlleva ciertos beneficios, como la síntesis de la vitamina D, su exceso tiene consecuencias que a largo plazo pueden ser graves. Por eso es importante una adecuada protección. Y más si la piel es especialmente sensible, bien por sus propias características como el tono o la edad, bien por el consumo de algunos medicamentos que incrementan la fotosensibilidad. También hay determinadas enfermedades de la piel que incrementan esta sensibilidad y una de ellas es precisamente el vitiligo.
Marta Alcalde, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, así lo explica. “En este caso hay que incidir en evitar al máximo la exposición solar y recalcar la necesidad de extender la protección tanto a las zonas pigmentadas como no pigmentadas. Estas últimas no tienen protección solar natural, pero hay que recalcar la necesidad de proteger la piel pigmentada también, tanto porque se puede quemar como porque al broncearse destacará mucho más la diferencia con las zonas claras”.
Por Miguel Ramudo
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