¡Ya tienes ocho meses de embarazo! El parto está cada vez más cerca, pero es prudente esperar hasta que tu bebé y tú estén completamente preparados. Este es un tiempo para descansar y esperar. ¡Aprovéchalo al máximo!
En el octavo mes de embarazo, tu bebé ya tiene todo lo que necesita para nacer. Incluso, desde hace unas semanas ya puede respirar. Lo que está haciendo ahora en tu vientre es terminar de crecer y de madurar sus órganos para cuando llegue el momento. Mientras tanto, tu cuerpo necesita cada vez más tranquilidad y reposo para sobrellevar los síntomas de ese crecimiento.
Cambios en tu cuerpo
- Muchos de los malestares ocasionados por el aumento en peso y tamaño de tu bebé podrían continuar, como el dolor de espalda, el dolor en las articulaciones, los trastornos digestivos y la hinchazón de pies y tobillos.
- Podrías sentir mucho sueño y cansancio, pero podrías empezar a tener problemas para dormir ya que podrías tener dificultad para acomodarte bien en una posición.
- Podrías sentir molestias y tirantez en la ingle y la pelvis.
- El tamaño del útero aumenta tanto que llega a comprimir el diafragma provocándote molestias abdominales o haciendo que tu ombligo sobresalga.
- Tu ritmo cardíaco aumentará.
- El flujo vaginal sigue siendo abundante.
- La necesidad de orinar aumenta cada vez más por la presión del útero sobre la vejiga. Puedes llegar al punto de no poder contener la orina en momentos específicos como cuando toses, ríes o haces fuerza.
- Podrías sentir falta de aire.
- Es probable que empieces a sentir las Contracciones de Braxton-Hicks, que suceden cuando tu barriga de un momento a otro se pone tensa y luego se relaja nuevamente. Estas contracciones son ejercicios de calentamiento de los músculos del útero como preparación para el parto. No las debes confundir con las contracciones del parto, pues éstas no siempre son dolorosas e incluso muchas veces ni las notas hasta que llegas al octavo o noveno mes.
Cambios emocionales
En el octavo mes de embarazo ya estás entrando en la recta final. Tu cuerpo lo siente y tu mente lo presiente.
Aunque temes por el parto, pues no sabes cuán doloroso puede ser o qué puede pasar si se complica, de todos modos ya empiezas a sentir deseos porque el embarazo termine y puedas empezar a disfrutar de tu hijo.
El crecimiento de tu bebé y la sobrecarga de tu cuerpo consumen tanta energía, que te sientes más bien en un permanente estado de cansancio y sueño. Aún así podrías estar todavía trabajando, haciendo todo lo posible por estar tranquila y relajada, es posible que te sientas hasta despreocupada por las cosas que hasta hace poco te tenían estresada.
¡Aprovecha! Este es el momento de descansar, pues pronto llegarán largas noches de insomnio y muchos meses de aprendizaje cuando llegue el nuevo habitante de tu casa.
Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2009.
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