Entre el quinto y el sexto mes de gestación completas la semana 20 de estar embarazada. Eso quiere decir que ya estás llegando a la mitad de tu embarazo. Tu barriga crece sin parar y lo va a seguir haciendo inevitablemente. ¡Es tu bebé que está creciendo!
Tu cuerpo también cambia al ritmo de tu bebé. Estos son los síntomas físicos y emocionales durante el quinto mes de embarazo.
Cambios en tu cuerpo
- Empezarás a aumentar de peso más rápido que antes y te podrán aparecer nuevas estrías en el vientre y los brazos.
- El peso de tu barriga podría hacer que la inclinación de tu columna y tus hombros sea un poco más marcada y podrías llegar a tener dolor de espalda.
- Podrías tener dolorcitos en el cuerpo pues adoptas malas posiciones al dormir.
- Podrías sentir que te falta un poco el aire.
- Quizá sientas que se te duermen los brazos y las piernas, y tus manos y pies se te sigan hinchando, y veas tus venas dilatadas o las várices prominentes.
- La vagina empieza a producir más flujo del habitual, espeso y blanco. Pero, si cambia de color o empieza a oler fuerte, consulta a tu médico pues podrías tener una infección.
- Podrías empezar a sentir cambios bruscos de temperatura y a sudar más de lo normal.
- Podrías sentir dolor de cabeza, dolores de pelvis o palpitaciones.
Cambios emocionales
El estado de ánimo probablemente te habrá mejorado, pero quizá siguas un poco ansiosa, irritable e impaciente. Sin embargo ya te habrás adaptado bastante a los cambios de tu cuerpo, e incluso quizá empieces a sentir que te hace falta hacer un poco más de ejercicio.
Por otro lado, es posible que siguas preocupada por el desarrollo de tu bebé y si está bien de salud. Este es un buen momento para empezar a informarte sobre el parto, si no lo has hecho antes, para que leas algunos libros y para que te inscribas en un curso psicoprofiláctico.
Sobre todo, aprovecha ahora que tu estado de ánimo y tus malestares han mejorado, para ponerte activa y para empezar a organizar la habitación de tu futuro bebé. Cada vez estás más cerca de cargarlo entre tus brazos, y el alimentar esa linda ilusión les puede sentar bien a los dos.
Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2009.
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