Si estás embarazada, estoy segura de que ya estarás tomando las vitaminas prenatales por recomendación de tu médico. Si aún no las has empezado a tomar, no dudes en hacerlo lo más pronto posible. Las vitaminas prenatales no sustituyen una dieta saludable, pero ayudan a complementar tu nutrición y a prevenir malformaciones de nacimiento. Sigue leyendo si esperas un bebé o inclusive, si planeas embarazarte.
Llevar una dieta variada que te proporcione todas las vitaminas y minerales necesarios es uno de los puntos clave para tener un embarazo sano. También lo es si es que estás planeando encargar un bebé. No obstante y por más de que lleves una dieta sana, hay días en que quizá no comas como deberías. O quizás no estás acostumbrada a comer bien y podrías estar privando a tu cuerpo de los nutrientes esenciales para el desarrollo óptimo de tu bebé.
De cualquier modo, se recomienda que tomes vitaminas prenatales. Estas complementan a una dieta rica en nutrientes y llenan cualquier vacío nutricional. Son especialmente importantes para proporcionar el ácido fólico, hierro y calcio que tanto se necesitan durante el embarazo y que ayudan a la prevención de malformaciones congénitas (malformaciones al nacimiento).
El ácido fólico previene defectos en el tubo neural de los bebés, los cuales incluyen anormalidades en el cerebro y la espina dorsal que pueden ser serias. Se recomienda que las mujeres que están en edad de concebir, tomen ácido fólico de 400 microgramos diariamente si están pensando en quedar embarazadas (mínimo 3 meses antes de intentar quedar embarazadas) y que lo sigan tomando por al menos las primeras 12 semanas del embarazo, pero idealmente hasta el parto.
Por su parte, el hierro, es indispensable para el crecimiento y el desarrollo del bebé, además de que previene la anemia (que disminuye el aporte de oxígeno a las células).
El calcio es muy importante, ya que durante el embarazo el bebé usa el calcio de la mamá para el crecimiento de sus huesos y es importante que la mamá tenga una buena fuente de calcio. Tomar las vitaminas prenatales ayuda a que la futura madre también mantenga sus huesos fuertes en el futuro (o sea, que no pierda densidad ósea).
Las vitaminas prenatales contienen una dosis más alta de vitaminas y minerales que los suplementos vitamínicos en general. Las vitaminas prenatales típicamente incluyen:
- Ácido fólico: 400 a 800 microgramos
- Calcio: 250 a 300 miligramos
- Hierro: 30 miligramos
- Vitamina C: 15 miligramos
- Vitamina B6: 2 miligramos
- Vitamina D: 400 unidades internacionales
- Vitamina E: 10 miligramos
- Cobre: 2 miligramos
- Zinc: 15 miligramos
Algunas mujeres tienen náuseas cuando toman las vitaminas prenatales en cápsula. Si es tu caso, consulta con tu médico para que te recomiende otra marca o presentación de las vitaminas. En ocasiones, las vitaminas masticables o líquidas se toleran mejor. Y siempre tómalas con alimentos, nunca con el estómago vacío.
Recuerda que una buena nutrición es esencial para llevar a feliz término tu embarazo y para cuidar de tu salud y la de tu bebé.
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