Las bacterias que están presentes en el tracto cérvico-vaginal durante el segundo y principios del tercer trimestre del embarazo, son diferentes en las mujeres que dan a luz antes de tiempo. Un estudio nuevo así lo afirma y podría dar claves para crear tratamientos que prevengan el parto prematuro.
Se considera que un parto prematuro sucede antes de la semana 37 de gestación. Como te imaginarás, tener un bebé antes de que cumpla su término, puede traer consecuencias graves para su salud e incluso poner en riesgo su vida.
Por eso, desde que te enteres que estás embarazada es indispensable que acudas a tu médico o partera para que recibas un buen cuidado prenatal y que procures evitar los factores que podrían ponerte en riesgo de tener un parto prematuro.
Recuerda que hay diferentes factores que pueden causar un parto prematuro. Algunos tienen que ver con tu estilo de vida. Por ejemplo, si fumas, consumes drogas ilegales, tomas alcohol o aumentas de peso muy poco o demasiado durante el embarazo.
Sin embargo, otros factores pueden estar fuera de tu control o presentarse durante el embarazo por falta de cuidado. Por ejemplo, si la forma de tu útero es anormal, si el cuello del útero no se cierra como debería, si tienes problemas con la placenta (desprendimiento prematuro y/o placenta previa), cuando sufres de presión arterial alta, si desarrollas alguna infección genital o alrededor de las membranas que cubren al bebé, cuando presentas sangrado en el primer trimestre, cuando la bolsa del líquido amniótico se rompe antes de tiempo o si tienes un embarazo múltiple.
Sumado a estos factores, un estudio nuevo encontró que las bacterias que se encuentran normalmente en el canal vaginal, pueden relacionarse con el parto antes de término o parto prematuro.
De acuerdo a la investigación que aún se considera preliminar, las bacterias que se encuentran en el aparato reproductor durante la última fase del segundo trimestre y la primera fase del tercer trimestre de gestación son diferentes en las mujeres que dan a luz prematuramente comparado con las mujeres que logran un embarazo a término.
Para llegar a esta conclusión, unos investigadores de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos, evaluaron a las bacterias presentes en el tracto cérvico-vaginal de varias mujeres embarazadas.
Se valieron de muestras de tejido en mujeres embarazadas entre la semana 20 y 24 de gestación y 24 y 28. Luego, compararon a las bacterias de aquellas que dieron a luz de manera prematura con la de las mujeres que tuvieron un parto a término.
El porcentaje de mujeres con cierto tipo de bacteria denominada CST fue mucho menor en aquellas que tuvieron un parto prematuro. Esto fue particularmente visible al final del segundo trimestre del embarazo, poco tiempo antes de que tuvieran el parto antes de tiempo.
Si bien no queda claro cómo estas diferencias en la presencia de las bacterias en el tracto cérvico-vaginal influyen en el parto prematuro o en el embarazo a término, es la primera vez que se encuentra que podría existir una conexión. Se debe estudiar más a fondo el tema para poder establecer la causa y así, quizá poder prevenir el parto prematuro.
Los investigadores están listos para hacer más estudios para tratar de entender mejor la relación entre la presencia de estas bacterias y la duración del embarazo.
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