Actualmente existen diversas alternativas para ayudar a las parejas con problemas de fertilidad a conseguir el tan deseado embarazo. Sin embargo, en ese proceso el placer y el deseo sexual pueden verse afectados. Aquí te contamos lo que ha detectado un nuevo estudio que analiza cómo los tratamientos de fertilización in vitro pueden afectar la intimidad de la pareja.
La búsqueda de un hijo puede convertirse en un proceso muy angustiante cuando pasa el tiempo y las parejas no alcanzan su objetivo. Y ante la idea de lograr la concepción, es posible que el placer deje de tener importancia y la relación sexual se convierta en un mero instrumento para lograr el embarazo que no llega.
Del mismo modo, las parejas que deciden atravesar tratamientos de fertilidad deben enfrentar situaciones en las que muchas veces se mezclan la ansiedad, los temores y las molestias del procedimiento mismo. Nuevamente, en medio de tantas preocupaciones, el placer y el deseo sexual parecen quedar en el olvido.
Para obtener datos más precisos sobre esta situación, unos investigadores de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, analizaron las respuestas de 270 mujeres que completaron un cuestionario en línea, así como la opinión de 123 hombres y mujeres que se sometieron a tratamientos de fertilización in vitro y de 70 especialistas en salud, a los cuales entrevistaron.
La fertilización in vitro es uno de los tratamientos al alcance de las parejas que tienen problemas de fertilidad. In vitro significa “en un tubo de ensayo”, por lo que la fertilización ocurre fuera del cuerpo de la mujer. Se trata de una forma de reproducción asistida que consiste, justamente, en unir el óvulo de una mujer y el espermatozoide de un hombre en el laboratorio. Una vez que el óvulo ha sido fecundado, se reinserta en el cuerpo de la mujer para que el bebé se desarrolle en el vientre materno.
Al analizar los datos recolectados, los investigadores detectaron que las mujeres que se sometían a tratamientos de fertilización in vitro tenían menos deseo sexual que las parejas que no necesitaban recibir tales tratamientos.
Del mismo modo, las mujeres sentían menos interés por el sexo y tenían menos satisfacción en sus relaciones íntimas: reportaron tener más problemas para alcanzar el orgasmo así como sentir dolor durante la relación y sequedad vaginal.
Según los resultados, que fueron presentados a fines de octubre en la reunión anual de la Asociación Americana de Salud Pública, en San Francisco, estos problemas aumentaban a medida que avanzaba el tratamiento, y eran similares sin importar cuál de los miembros de la pareja tenía el problema de fertilidad, ya fuera la mujer, el hombre o ambos.
¿Estás atravesando una situación similar? Recuerda que el sexo no sólo es un modo de lograr el embarazo, también es una práctica placentera que incluso puede ser muy beneficiosa para la salud de ambos.
Y si están desanimados porque no logran el tan ansiado embarazo, no se den por vencidos. La ciencia ha evolucionado mucho durante los últimos años y actualmente hay varias alternativas y técnicas de fertilización asistida que pueden ayudarte a ti y a tu pareja a tener un hijo y convertirse en futuros mamá y papá. ¡Buena suerte!
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