La recomendación sigue siendo que no, aunque un estudio reciente detectó que el consumo ligero de este tipo de bebidas luego del tercer mes de embarazo no daña el desarrollo normal del bebé. Pero esta investigación puede llevar a confusiones. Sigue leyendo para que, si te llegaras a cruzar con este estudio, sepas en detalle lo que dice y así no corras el riesgo de confiarte y terminar por hacerle daño a tu bebé.
El alcohol y el embarazo son como el agua y el aceite. Seguramente sabrás que una de las primeras recomendaciones si estás embarazada, es que te despidas de las copas. Pero, recientemente, muchos medios publicaron una noticia que puede causar interrogantes y hasta confusión en relación al tema de tomar alcohol durante el embarazo: “Las mujeres que toman una o dos bebidas alcohólicas por semana durante el embarazo no dañan el desarrollo del comportamiento o intelectual de sus hijos”.
¿Significa esto que puedes salir a festejar sin preocuparte o que puedes tomar alcohol cada vez que te plazca? ¡Por supuesto que no! Se sigue recomendando evitar el alcohol durante todo el embarazo.
Entonces, ¿de dónde surge la afirmación de que las bebidas alcohólicas (en moderación) durante el embarazo no son tan malas?
Estos datos surgen de un estudio desarrollado por unos científicos británicos, que consideraron una muestra representativa de 11,513 niños británicos que nacieron entre septiembre del 2000 y enero del 2002, cuyas madres fueron consultadas sobre sus hábitos en relación con las bebidas alcohólicas durante el embarazo y sobre la conducta de sus hijos a los 3 años. Además, a los 5 años se midió formalmente el avance conductual e intelectual de los niños.
Las madres fueron clasificadas como abstemias (que no bebieron ninguna bebida alcohólica), bebedoras ligeras (1 o 2 copas por semana), moderadas (entre 3 y 6 copas semanales) y fuertes o compulsivas (7 o más copas de alcohol por semana o seis copas de una vez).
En base a esta clasificación, lo que los investigadores del University College de Londres detectaron es que “hasta los 5 años no hay mayor riesgo de resultados negativos en el desarrollo socio-emocional o cognitivo en los niños nacidos de madres que bebían no más de una o dos unidades de alcohol por semana durante el embarazo”. Es decir, que los hijos de las “bebedoras ligeras” (o que toman alcohol ocasionalmente) no tuvieron problemas a la hora de desarrollarse emocionalmente, de interactuar en la sociedad, ni de comprender el mundo que los rodea.
Pero si bien no se encontraron grandes consecuencias en el desarrollo de los niños nacidos de madres que bebieron con moderación, mi recomendación es que NO consumas alcohol durante el embarazo. ¿La razón? existen muchos más estudios científicos que sí demuestran los efectos que puede tener el consumo de alcohol en exceso durante el embarazo, que tiene efectos dañinos en el feto e incluso, que puede llevar a discapacidad y a problemas médicos permanentes en el niño después del nacimiento.
Si estás tentada, recuerda que el alcohol que tú bebes también lo consume tu bebé, ya que el alcohol viaja a través de la sangre hasta la placenta, que es el órgano que se desarrolla durante el embarazo para proporcionarle los nutrientes al feto.
Y como el alcohol se asimila (descompone) mucho más lentamente en el cuerpo del bebé que en un adulto, el nivel de alcohol en la sangre del bebé permanecerá elevado por más tiempo que en la madre, lo cual es muy peligroso y puede causarle daños de por vida.
¿Cuáles son los daños que puede causar el alcohol en tu bebé? Los efectos o consecuencias se conocen como Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) o Síndrome del Alcoholismo Fetal (SAF) e incluyen problemas físicos, de conducta y de aprendizaje. Por ejemplo: crecimiento deficiente mientras el bebé está en el útero y después de nacer, problemas de succión y del sueño cuando son bebés, disminución del tono muscular y mala coordinación, defectos cardíacos, problemas de audición, de la vista, de los riñones y de los huesos. Características faciales anormales (como un espacio liso entre la nariz y la parte superior del labio), cabeza pequeña, estatura y peso más bajos que el promedio, conducta hiperactiva, dificultad para prestar atención, mala memoria, discapacidades en el aprendizaje y retrasos en el habla y el lenguaje.
La buena noticia es que todo esto se puede prevenir al 100%. Evitando el alcohol durante el embarazo cuidas la salud de tu bebé y la tuya. Una vez que haya nacido, ya habrá tiempo para brindar.
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