En el artículo anterior ya pudimos conocer la importancia de que nuestras encías estén saludables y del grandísimo impacto que tienen sobre toda nuestra salud. Si no las cuidamos, no sólo tendremos problemas en la boca, también puede afectar a lo que ocurre en otras partes del cuerpo, como nuestro corazón o cerebro.
¿Qué podemos hacer para cuidar de nuestras encías?
Tanto la gingivitis como la periodontitis son enfermedades perfectamente evitables. “La mejor manera para prevenir su aparición es mantener una adecuada higiene oral y remoción del cálculo o sarro, que debe realizarse en el consultorio dental”, subraya el Dr. Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas de España.
El Dr. Jerián González añade: “Además, es fundamental mantener hábitos de vida saludables, como por ejemplo evitar el consumo de tabaco, relacionado de manera muy significativa con las enfermedades periodontales”. Los especialistas en periodoncia aconsejan acudir regularmente al dentista con el fin de poder detectar a tiempo una posible periodontitis. Además, agregan que es fundamental crear hábitos de cepillar correctamente el espacio entre los dientes y usar cepillos electrónicos oscilantes rotacionales para ayudar a eliminar el sarro de toda la placa y mantener la salud de las encías a largo plazo. “El uso de colutorios o enjuagues específicos para la gingivitis o periodontitis debe reservarse para aquellos casos en los que hayan sido prescritos”, indica el portavoz del COEM.
Además, un informe elaborado por expertos de la Sociedad Española de Periodoncia (Sepa) en colaboración con la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) nos alerta de que existe mucha relación entre nuestra alimentación y la salud de nuestra boca. Al respecto, han elaborado un decálogo de recomendaciones esenciales para ayudar a mantener o mejorar la salud oral y general.
El documento elaborado por ambas sociedades científicas aconseja adoptar una serie de medidas básicas en cuanto a la alimentación, muchas de ellas ya conocidas, pero que son sintetizadas, argumentadas científicamente y explicadas de forma sencilla, añadiendo información útil sobre el impacto sobre la salud bucal de cada medida sugerida.
Los consejos generales son:
- Limita los azúcares libres en tu dieta al 5-10% de la ingesta total de energía, como recomienda la OMS.
- Evita las bebidas azucaradas, entre las que se incluyen los refrescos carbonatados o no carbonatados, zumos de frutas o verduras, concentrados líquidos y en polvo, agua con sabores, bebidas energéticas y deportivas, té y café listos para beber o leches con sabores.
- Limita las grasas saturadas.
- Aumenta el consumo de alimentos ricos en grasas mono y poli-insaturadas omega-3.
- Consume alimentos ricos en vitamina C.
- Mantén niveles adecuados de vitamina D con la ingesta de pescado azul y huevos.
- Come a diario fruta y verdura de todos los colores, fuente de antioxidantes.
- Elimina el tabaco y el alcohol.
- Bebe más agua.
- Sigue una dieta de alta calidad, como la dieta mediterránea o la atlántica, que son buenas para la salud general y la salud bucodental.
Por Miguel Ramudo
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