Te quedan tan cómodos que te daría pena deshacerte de ellos. Pero la comodidad no es precisamente el mejor indicador de que el tiempo de vida de tus zapatos deportivos ha llegado a su final. El desgaste no solamente afecta tu desempeño, sino que hasta pudiera ocasionarte lesiones. Aquí te damos una guía para saber si es hora de decirles, con mucha pena, ¡adiós!
Los zapatos o zapatillas son parte fundamental de tu equipo deportivo. Por eso hay que seleccionarlos con cuidado según el tipo de actividad física o deporte que se practique (ya sea caminar, correr, practicar fútbol o baloncesto). Tan importante como seleccionar el más adecuado y el de la talla correcta, es calcular cuál es, por así decirlo, la fecha de caducidad de este tipo de calzado, ya que cada vez que das un paso, estás contribuyendo a desgastar el material que le proporciona a tus pies soporte y acolchonamiento.
Hay quien decide descartarlos porque ya están demasiado sucios, porque tienen mal olor, porque las costuras se han abierto o la suela ha comenzado a desprenderse. Pero aunque no haya una fórmula definitiva, si hay una guía de uso y tiempo para reemplazar este tipo de calzado. Por lo general, los zapatos o el calzado deportivo se fabrican para que duren, en buenas condiciones, alrededor de 500 millas (804 km) para las personas que los usan para caminar, o de 350 a 500 millas (563-804 km) para los corredores de distancias largas o que tienen un paso pesado.
Debes tener en cuenta que los zapatos llamados minimalistas y los de competencias, debido al acolchonamiento del centro), duran un poco menos que los regulares. La vida útil de este tipo de zapatos es un poco menor: de 186 a 310 millas (300 a 500 km aproximadamente).
Además de la distancia recorrida hay otros factores que también influyen, como son tu peso y el uso que les des. Mientras más peses y más uses tu calzado deportivo, se desgastará con mayor rapidez. Si eres un corredor(a), el tipo de terreno sobre el que corras también influye. El asfalto es el que más desgaste causa en la suela y el que más la favorece es el tartán (el material que cubre las pistas de atletismo ya que éste mejora la caída y el impulso de los pasos ofreciendo mejor amortiguación). Recuerda que, por lo general, la mayoría de los zapatos deportivos, si los usas frecuentemente, se deben reemplazar cada 3 a 6 meses para que te den el máximo rendimiento.
A veces, basta con mirar los zapatos para darse cuenta es tiempo de reemplazarlos. Revísalos para asegurarte que todas sus partes (la suela, la suela del medio y la parte superior) estén bien unidas. Si la suela ha comenzado a despegarse, es momento de cambiarlas.
La suela es la parte que mayor abrasión y desgaste sufre. La parte anterior es la que más se desgasta ya que es la que da el impulso al pie. Si notas que los colores de los tacones de la suela han desaparecido, ya se encuentran muy desgastados: cámbialos.
Lo mismo ocurre con la suela del medio o mediasuela, la capa de la zapatilla deportiva por encima de la suela que es la que le brinda soporte al pie. Con el uso, la mediasuela se adelgaza, perdiendo su capacidad de amortiguación que absorbe gran parte del impacto del suelo que recibes con cada paso. Si usas un zapato con una suela del medio desgastada las consecuencias pueden ser molestias en los músculos y las articulaciones, y hasta puedes lesionarte.
Por último, evalúa la estabilidad del zapato. Apóyalo sobre una superficie plana, presionándolo por el centro hacia abajo e inclinándolo hacia un lado y hacia el otro. Si el zapato se mueve demasiado, sería poco probable que pueda estabilizar tus pies. Es el momento de despedirse.
Si compruebas que el desgaste es pronunciado, deséchalos sin pensarlo dos veces. Pero si la parte superior todavía está en buen estado, quizás puedas utilizarlos en otras labores, como para trabajar en el jardín y de esa manera, prolongarles la vida. Recuerda que tus zapatos deportivos son unas herramientas y por eso deben estar en el mejor estado posible para que puedan cumplir bien su trabajo.
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