Las mamás hacen todo lo posible para evitar que las bacterias y los gérmenes estén en contacto con su bebé, especialmente aquellos objetos que se lleva a la boca. La mayoría utiliza el agua y el jabón para limpiar los chupetes (chupones), otras hasta los esterilizan. Sin embargo, un estudio reciente decidió evaluar una forma de limpiarlos que quizá no te parezca muy atractiva: chuparlos tú misma. Aquí te presentamos los resultados.
Cuando Silvia tuvo a su bebé, sus amigas se escandalizaban porque cada vez que a su niño se le caía el chupete (chupón), ella lo limpiaba metiéndoselo en su boca. Silvia se defendía explicando que en su familia todo el mundo lo hacía así, aunque nunca logró convencerlas. Pero según los resultados de un nuevo estudio, lo que la familia de Silvia estaba haciendo parece tener algunas ventajas, aunque todavía se requieren más estudios.
Los autores de esta investigación, publicado en la revista Pediatrics, se basaron en un grupo de mujeres embarazadas en un hospital de Suecia, e hicieron un seguimiento de los niños durante tres años, mediante controles médicos y guiándose por entrevistas telefónicas. Los resultados del estudio sugieren que los niños tenían una menor tendencia a sufrir de asma y de eczema si sus padres “limpiaban” los chupetes sucios con sus propias bocas. Es posible, por lo tanto, que el traspaso de las bacterias de la boca de los padres a los bebés refuerce la diversidad bacteriana de su sistema digestivo y su sistema inmunológico.
Aunque se sabe que los niños nacidos por parto vaginal están más expuestos a las bacterias de su madre, lo que se ha relacionado con un menor número de alergias en la infancia, hasta ahora nadie había estudiado la transferencia de las bacterias a través de los chupetes.
Los 184 bebés estudiados eran especialmente propensos a las alergias, ya que el 80% tenía por los menos un padre alérgico.
Cuando los bebés tenían seis meses, 65 padres les “limpiaban” los chupetes sucios con su boca, aunque la mayoría dijo que los lavaban también con agua de la llave (del grifo). El equipo sometió a los bebés a dos pruebas para la alergia: la primera cuando tenían 18 meses, y la segunda cuando tenían 36 meses.
En la primera prueba, 46 de los niños que participaron sufrían de eczema y 10 tenían síntomas de asma. Pero los hijos de los padres que limpiaban los chupetes en sus bocas eran 63% menos propensos a tener eczema a esa edad, y 88% menos propensos a tener asma, que los hijos de los padres que limpiaban el chupete de otra manera.
En la segunda prueba, la diferencia había desaparecido en el caso del asma, pero no así en el caso del eczema.
Según el Dr. Bill Hesselmar, del Hospital de Niños Reina Silvia, de Gotemburgo, su equipo halló que limpiar el chupete en la boca se asociaba con un riesgo 49% menor de que el niño desarrollara eczema. Pero no se encontró una relación clara entre el método de limpieza del chupete que utilizaban los padres y la susceptibilidad de los niños a los alérgenos más comunes, como el pelo de las mascotas, el maní o cacahuete y los huevos.
En un análisis más pequeño de un subgrupo de 33 bebés, el equipo detectó que cualquiera que fuera el método de limpieza que emplearan los padres para limpiar el chupete, los niños tenían distintos tipos de bacterias en la boca. Según el Dr. Hesselmar, esa diferencia respalda la hipótesis y los resultados del estudio.
Unas de las preocupaciones era si los padres podrían transmitir algunas bacterias que les causaran enfermedades respiratorias (lo que no se vio en este estudio) o el Streptococcus mutants (una bacteria que causa caries o picaduras en los dientes) y es por eso que frecuentemente los funcionarios del departamento de salud no recomiendan que se compartan los mismos cubiertos con los pequeños. Aunque el presidente de la Academia Americana de Odontopediatras (dentistas especializados en niños), el Dr. Joel Berg dice que esos esfuerzos realmente no son necesarios ya que los gérmenes se diseminan al besar a los niños y al estar muy cerca de ellos.
De todos modos, este estudio fue muy pequeño y sólo siguió a los niños hasta los 3 años, así que en este momento no hay pruebas concluyentes de que el método de limpieza del chupete evite que los niños desarrollen asma o eczema cuando sean mayores, así que es demasiado pronto para proporcionarles recomendaciones específicas y/o definitivas a los padres sobre cómo limpiar el chupete de sus bebés. Al parecer, chuparlos podría ser un buen método, pero se necesitan más estudios que demuestren que es una protección realmente efectiva.
Aun así, es bueno que sepas que existe la posibilidad que limpiar el chupete de tu bebé en tu boca podría proteger a tu bebé. Sin embargo, como siempre, lo mejor es consultar con tu pediatra. Y, desde luego, asegúrate de mantener una buena higiene oral y, si tienes cualquier problema en tus dientes o tus encías, no lo hagas y visita a un dentista de inmediato.
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