Tener un familiar que sufre de la enfermedad de Alzheimer puede ser muy doloroso. Pero hay estrategias que harán que tú, el enfermo y tu familia puedan hacer de esta etapa algo más llevadero y positivo.
“¿Te acuerdas de mi?” “No… ¿Quién eres?” Este diálogo a simple vista, parece pertenecer al de dos personas que se encuentran casualmente después de muchos años y tratan de reconocerse. No tiene nada fuera de lo común, pues puede pasar con frecuencia que se nos olvide la cara de alguien después de mucho tiempo de no verlo. Sin embargo, cuando se trata de un diálogo entre madre e hija, o entre un abuelito y un nieto, es profundamente doloroso. Y lo más triste es que también sucede con frecuencia debido a la temida enfermedad de Alzheimer, que desafortunadamente y gracias al aumento de la esperanza de vida en el mundo, ha aumentado su presencia entre las personas mayores de 65 años.
En los Estados Unidos, los hispanos somos uno de los grupos más afectados por esta terrible enfermedad. Una investigación realizada por el Alzheimer’s Association realizada en el 2008, calculó que el número de latinos afectados por la enfermedad podía aumentar de las 200,000 personas de ese momento a cerca de un millón y medio en los próximos 40 años. Y esto no incluye a varios millones más en los países de habla hispana.
Además, estudios recientes han demostrado que las enfermedades cardiovasculares que pueden producirse como consecuencia de la diabetes (para la que los latinos tenemos mayor predisposición), pueden ser un factor de riesgo para desarrollar Alzheimer y demencia.
En nuestra cultura, esta enfermedad tienen un gran impacto porque tendemos a cuidar a nuestros mayores. Pero también puede que la enfermedad no sea identificada por la tendencia que tenemos los hispanos a decir que todo “es cosa de la edad”. Por experiencia propia, sé lo doloroso que es ver que un ser querido pierde su habilidad para recordar y para cuidarse a sí mismo. Los cambios de comportamiento que produce la enfermedad son grandes y hacen que estar con la persona amada se convierta en una lección de amor y paciencia. Sucede que alguien que ha sido siempre muy tranquilo, puede de repente volverse irritable y paranoico. A esto se le suma que se desorienta y no reconoce caras familiares. ¿Cómo se puede enfrentar esta situación?
Una de mis pacientes quería un consejo de cómo tratar a su mamá con Alzheimer (ella también es mi paciente) y cómo explicarle a sus hijos pequeños que a la abuela se le ha olvidado quién es y que por momentos no sabe que son sus nietos. Primero, hay que entender que es una enfermedad que no tiene cura, pero hay cosas que puedes hacer para hacerla llevadera. Tú, como mujer tienes el poder de crear un ambiente en el que toda la familia se solidarice con quien está enfermo(a).
Los pacientes que padecen de Alzheimer en una fase temprana quieren seguir sintiéndose útiles y no como una carga. Una buena idea es que les des algunas ocupaciones para que se mantengan centrados en una tarea. Por ejemplo, pídeles que le echen agua a las plantas de la casa o que te ayuden a poner la mesa. De esa forma sentirán que participan en las tareas de la casa. Es importante que le agradezcas aunque haya puesto los platos sin cubiertos o haya regado agua en el piso. Dile que aprecias lo que hace y háblale con muchas frases positivas.
Otra sugerencia es que los distraigas cuando hacen afirmaciones incoherentes. La hija de la paciente con Alzheimer, a la que vamos a llar Rosa, me cuenta que su mamá muchas veces comenta que su hermana ya fallecida va a almorzar con ellos. En lugar de discutirle y recordarle que su hermana ya no está, Rosa elige cambiar de tema para que lo olvide.
La persona con Alzheimer debe vivir en un ambiente familiar. Lo mejor para que se sienta seguro es poner fotos de sus parientes, en especial de sus padres a la vista de él o ella. Esto le da una sensación de seguridad.
Cuando se presente la situación de confusión y de que la persona olvide quién eres, sin duda es doloroso. Rosa me cuenta que sus hijos chiquitos no entienden y se desconciertan cuando su abuela no los reconoce. Si esto te sucede, dile a los niños que traten de recordar a la abuela como era y que le sigan dando tanto amor como siempre. También es una buena oportunidad para explicarles de qué se trata la enfermedad para que aprecien y entiendan el valor de la salud y sepan cuidarla. Cuéntales que aunque no tiene cura, es una enfermedad tratable con medicamentos y con mucha paciencia y amor. Recuerda: ante la duda siempre consulta al médico, pero ten en cuenta que una actitud positiva puede hacer de una enfermedad, algo menos traumático y negativo. Y la lección más importante es que les enseñas a tus hijos que con salud o enfermedad en la familia…. siempre hay amor y respecto.
Para aprender más acerca del Alzheimer y cómo lidiar con esta enfermedad, haz clic en los enlaces que se encuentran dentro de este artículo.
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