Para participar en una relación sexual satisfactoria y plena hacen falta motivación y energías, ingredientes que la depresión, especialmente la de tipo clínico, roba a manos llenas a la persona. ¿Cuáles son entonces las alternativas del que sufre de depresión clínica? ¿Debe resignarse a la falta de satisfacción o existe luz al final del túnel?
Mariana lleva meses sufriendo de una profunda depresión por la pérdida de su trabajo y ha tenido que recurrir al uso de antidepresivos. Aunque ha visto una leve mejoría, ni las finanzas del hogar, ni su matrimonio han podido recuperarse de esta etapa. Y es lógico. Mariana ya no tiene ingresos, y tampoco ganas para compartir con su familia, ¡mucho menos para el sexo! A su esposo comprensión no le falta, pero el desgano y la apatía de Mariana están comenzando a afectar la relación.
Hay muchas personas en casos similares, encerradas en el círculo vicioso de la depresión y el desgano sexual. Este no es el único efecto de la depresión en la relación de pareja, también se asocia con trastornos como la disfunción eréctil en el hombre y la incapacidad de llegar al orgasmo en la mujer. Así que si padeces de depresión clínica y experimentas a la vez problemas sexuales, no te falta compañía. Pero hay un rayo de esperanza: los médicos generalmente pueden tratar los problemas sexuales a la vez que tratan la depresión.
La conexión entre los problemas sexuales y la depresión
¿Sabías que el cerebro es uno de los órganos sexuales más sensibles? Pues así es, porque el deseo sexual empieza precisamente en el cerebro, y continúa hacia abajo gracias a los neurotransmisores. Estos son unos químicos especiales del cerebro, que aumentan la comunicación entre sus células, y producen más flujo de sangre a los órganos sexuales. El problema: si hay depresión u otros desórdenes nerviosos, esos químicos del cerebro se desequilibran. Por lo tanto, muchos hombres y mujeres que padecen de depresión, se quejan de que su deseo sexual (o libido) o es muy bajo o no desaparece. Eso, naturalmente, perjudica las relaciones íntimas.
¿Causan problemas sexuales los antidepresivos?
Cuando se tiene depresión, especialmente si esta persiste o afecta la vida diaria, tomar antidepresivos es podría ser necesario para levantar el ánimo de la persona o para mejorar su autoestima. Pero, ¿qué ocurre? Que hay algunos antidepresivos que tienen efectos secundarios no deseados. Y esos efectos secundarios, en algunas personas, a veces resultan en problemas sexuales.
Lo que ocurre: para levantar el ánimo de una persona con depresión, los antidepresivos cambian el equilibrio de los químicos del cerebro. Pero esos mismos químicos están involucrados con la respuesta sexual del organismo. Los antidepresivos cambian también ese equilibrio, y eso puede traducirse en ocasiones, en disfunción sexual. Y, al parecer, los efectos secundarios de los antidepresivos se incrementan cuando se aumenta la dosis del medicamento. Veamos algunos de los problemas sexuales que con más frecuencia se asocian al uso de algunos antidepresivos:
- Incapacidad de iniciar el sexo o de disfrutarlo.
- Disfunción eréctil (DE) en los hombres.
- Disminución del deseo sexual.
- Incapacidad de llegar al orgasmo.
Hay maneras de lidiar con los efectos secundarios de los medicamentos sin perjudicar el tratamiento. Los antidepresivos más nuevos funcionan de modo diferente, y frecuentemente no afectan la función sexual. Tu médico podría recetarte uno de los nuevos antidepresivos, que te permitirá tener una vida sexual plena. Otra solución si requieres uno de los antidepresivos que tiene efectos secundarios no deseados, es tomar medicamentos para mejorar la función sexual junto con ese antidepresivo. Es cuestión de que hables con tu médico. En todo caso, nunca debes dejar de tomar por tu cuenta el medicamento antidepresivo que te recetó el médico, es importante que hables con él o ella. Algunos antidepresivos deben reducirse poco a poco. Idealmente el antidepresivo debe de ser recetado por un especialista.
¿Qué puedes hacer si notas que el antidepresivo que tomas estás perjudicando tus relaciones íntimas? En primer lugar, discutir el asunto con tu pareja. Y luego hablar francamente con tu médico, explicándole con claridad lo que ocurre, y pidiéndole consejo para resolver la situación. Animo. Con tiempo y paciencia, te sentirás mejor.
Publicación original: 2012
Ultima revisión: 2017
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