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El 21 de abril del 2016 murió Prince, una figura trascendente en la música popular, amado y respetado en el mundo entero. Poco después se confirmó que la causa de su muerte había sido una sobredosis de Fentanyl, un poderoso fármaco que se receta para el dolor. Esta triste historia se une a la de Michael Jackson y de muchos más que han fallecido por el abuso de drogas recetadas. Esto nos debe recordar que tanto el exceso de drogas como la carencia absoluta de ellas en personas dependientes pueden generan síntomas no esperados que pueden llegar a poner en peligro la vida de la persona afectada y la de quienes la rodean. ¿Qué debes hacer en estas situaciones?

La adicción o dependencia a las drogas implica el uso excesivo de sustancias adictivas (entre las cuales se incluyen el alcohol y el tabaco). Muchas veces se utilizan drogas legales (medicinas) en dosis superiores a las recomendadas o mezcladas junto con el alcohol, en busca de una sensación diferente a los efectos terapéuticos para las que fueron recetadas.

Como muchas drogas causan adicción, quienes se hayan vuelto adictos probablemente noten síntomas de abstinencia (o sea, pueden tener una serie de reacciones) si dejan de consumirla(s) de repente. Esto puede ser controlado con ayuda profesional. También puede producirse sobredosis si se consume una cantidad excesiva en un periodo corto de tiempo. La sobredosis es muy peligrosa, ya que puede poner en riesgo la vida de las personas.

En ambos casos, las reacciones dependerán del tipo de drogas que las causen. Por ejemplo, en los casos de sobredosis, los narcóticos pueden producir somnolencia y pérdida del conocimiento; las anfetaminas, excitación, respiración rápida y aumento del ritmo cardíaco; los depresores provocan lo opuesto a las anfetaminas; los alucinógenos (como el LSD) pueden producir paranoia, alucinaciones y comportamiento agresivo o antisocial; las drogas que contienen cannabis (como la marihuana) causan trastorno en las destrezas motoras y el apetito; y las drogas legales recetadas que se toman en cantidades superiores a las recomendadas pueden causar efectos secundarios graves.

En ocasiones es difícil determinar si alguien está pasando por alguna de estas situaciones. Entre los principales síntomas de la sobredosis se encuentran el tamaño anormal de las pupilas (que incluso pueden no modificarse ante la exposición a la luz), sudoración, agitación, temblor, convulsiones, dificultad para respirar, somnolencia, pérdida del conocimiento, alucinaciones, delirios, paranoia y comportamiento agresivo. Por otro lado, los síntomas causados por el síndrome de abstinencia incluyen, entre otros: dolores abdominales, agitación, sudor frío, convulsiones, delirios, depresión, diarrea, alucinaciones, náuseas, vómitos y nerviosismo.

¿Qué hacer en estos casos? Si la persona está consciente se le debe aflojar la ropa, mantenerla templada y darle confianza para que esté tranquila. Ante una sobredosis, hay que evitar que consuma más drogas, solicitar ayuda médica inmediata (llamar al 911 o tu número local de servicios de emergencia) y vigilar los signos vitales (pulso, respiración y, en lo posible, presión arterial) hasta que ésta llegue. Si la persona entra en estado de shock puede presentar debilidad, labios y uñas azulados, piel fría y húmeda y palidez, entre otros signos.

Por último, es importante compartir con tu médico la mayor cantidad de información posible sobre el tipo de droga utilizado. Mientras tanto, no trates de razonar con la persona afectada ni des opiniones tratando de ayudar, no es momento para reflexionar sobre el por qué ni el para qué de las drogas. Ya habrá tiempo para esto más adelante.

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Imagen: ©Shutterstock / Photographee.eu

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