Ser VIH positivo es una noticia que causa un impacto emocional tremendo. Si a eso se le suma la discriminación de la que pueden ser víctimas las personas que son VIH positivas, nos encontramos con un panorama desalentador. Aquí te contamos de qué se trata esta epidemia de discriminación y qué puedes hacer para estar mejor emocionalmente cuando se trata del VIH.
Daniel decidió un día hacerse la prueba de sangre para determinar si tenía el VIH. Aunque estaba convencido de que saldría negativa, le habían dicho que era mejor saber. Daniel es homosexual y estaba en una relación monógama desde hacía años. ¿Cómo podría salir positiva su prueba si antes siempre tuvo sexo seguro y ahora estaba en una relación en la que confiaba al cien por ciento? El día en que fue a buscar sus resultados, no lo podía creer cuando lo llamaron a una sala aparte para darle la noticia de que era VIH positivo. Aún hoy recuerda ese momento como el peor de su vida. Daniel dice que el mundo se le derrumbó y no entendía cómo estaba contagiado con el Virus de Inmunodeficiencia Humana. La tristeza aumentó al enterarse de que su pareja le había sido infiel y que no se había protegido con un condón. Lo peor es que nunca se lo dijo, y jamás se preocupó por la salud de Daniel. Por supuesto, la relación terminó, pero Daniel jamás dejará de sentirse un tonto por haber confiado en su pareja a ciegas. Su voto de confianza terminó en el contagio de una enfermedad crónica.
El impacto emocional que tienen los que padecen el VIH es muy grande. Si tú has sido diagnosticado(a) o conoces a alguien que es VIH positivo, sabrás que el apoyo que se necesita es inmenso. Además de tener que afrontar la realidad de la enfermedad, muchas personas que son VIH positivas se vuelven el blanco perfecto de la discriminación y el estigma del SIDA (que es causada por el VIH). No es fácil para quienes tienen VIH manejar el tema con su familia y amigos. Algunos incluso, pueden ser despedidos de sus trabajos, echados de sus casas o incluso, ser víctimas de ataques violentos. Pero ¿Por qué sufren de discriminación los que son VIH positivos? ¿Qué hay detrás de el estigma de la enfermedad?
- EL VIH es una enfermedad que puede causar la muerte, por lo tanto, produce miedo entre mucha gente.
- Un estudio reciente indica que 4 de cada 10 personas en Estados Unidos creen que pueden contagiarse del VIH a través del contacto casual y cotidiano como darle la mano a una persona que es VIH positiva o tomar de su mismo vaso (algo que es completamente falso). Esto hace que tengan miedo de estar cerca de alguien que está infectado y que lo discriminen.
- Desafortunadamente el VIH y el SIDA están estrechamente relacionados con comportamientos que están estigmatizados como la homosexualidad o el uso de drogas.
- Muchas personas piensan que quienes están enfermos del VIH tienen la culpa de estarlo y les parece que es una especie de castigo por sus comportamientos “cuestionables”.
La discriminación contra los enfermos del VIH/SIDA se ha vuelto también una epidemia muy perjudicial. El miedo al rechazo hace que muchas personas no quieran hacerse la prueba del VIH, o que no le cuenten a sus amigos o familiares, lo cual lleva muchas veces a más contagios.
¿Qué puedes hacer para superar los problemas emocionales que trae la discriminación? Aquí te damos algunos consejos que pueden ayudarte:
- Busca a personas en las que puedas confiar para contarles por lo que estás pasando.
- Pregúntale a tu doctor acerca de grupos de apoyo para pacientes con VIH/SIDA. Una buena idea también es pedirle que te remita a un psicólogo, psiquiatra o a un trabajador social.
- Muchas organizaciones sociales ofrecen ayuda para pacientes que son VIH positivos. Algunos centros comunitarios, o de Lesbianas y Homosexuales (Gays) ofrecen asesoría psicológica.
- Busca en el Internet “Organizaciones de Servicio Social” o “grupos de apoyo VIH” y encontrarás un listado de lugares. En los Estados Unidos, Planned Parenthood ofrece grupos de apoyo para gays, lesbianas, pacientes con VIH y más. (http://www.plannedparenthood.org/health-center/index.htm)
No tengas miedo de buscar el apoyo emocional que necesitas. Es el primer paso para que puedas vivir con la enfermedad. Recuerda que hoy en día existen muchos medicamentos para controlarla. Pero primero, tienes que hablar. Y si no te has hecho el examen, no lo pienses más. Es mejor saber.