Si te gusta comer pasta o arroz por las noches, tal vez estés usando un método para comer menos al día siguiente sin saberlo. Así lo sugiere una pequeña investigación, aunque sus resultados todavía no pueden ser considerados como definitivos. Sigue leyendo y descubre más detalles sobre estos hallazgos acerca de los carbohidratos.
Si de cuidar la figura se trata, es importante llevar una dieta equilibrada acompañada de ejercicios. Lo que no es universal es el modo, es decir, cómo ni cuándo comer o hacer ejercicios. Por ejemplo, mientras que algunos consideran que es mejor ejercitar por las mañanas otros lo encuentran mejor por las noches. Del mismo modo, los especialistas coinciden en la importancia del desayuno pero mientras que algunos especialistas consideran que es más conveniente que sea rico en proteínas, otros sugieren que lo ideal es que no sea muy abundante.
Un grupo de investigadores de Israel plantea la conveniencia de reservar el consumo de los carbohidratos para la noche. De ese modo, las personas tendrían menos hambre al día siguiente, algo que podría ayudar a los obesos que quieren mantener un plan para controlar o perder peso.
Recuerda que los carbohidratos son sustancias que contienen ciertos compuestos, que al consumirlos se convierten en azúcares, que son la fuente principal de energía del cuerpo. Los carbohidratos más conocidos se encuentran en las harinas, pero también los contienen los dulces, los granos (frijoles habichuelas o porotos, lentejas, maíz) y los cereales (como la avena). Además, hay carbohidratos en los lácteos, así como en ciertas verduras y ciertas frutas, como la papa, la zanahoria, la manzana y el banano (plátano o guineo), entre otros.
Lo importante es saber distinguir entre los carbohidratos saludables (los que están compuestos principalmente de fibra, como los granos y los cereales integrales, los vegetales y las frutas) y los no saludables o refinados (como la harina blanca o el arroz blanco y el azúcar refinada con la que se preparan tantos postres).
Sea del tipo que sea, este grupo de investigadores del Instituto de Bioquímica, Ciencias de los Alimentos y Nutrición de la Universidad Hebrea en Tel Aviv, hizo un pequeño estudio con 63 policías, hombres y mujeres, de 25 a 55 años de edad, que tenían un índice de masa corporal (IMC) superior a 30, lo que se considera obesidad.
Los científicos dividieron a los participantes en dos grupos. A unos les dijeron que consumieran la mayoría de los carbohidratos por la noche mientras que a los otros les pidieron que los distribuyeran a lo largo del día. Luego de 180 días de dieta, encontraron que quienes reservaban los carbohidratos para la cena tenían cambios hormonales que disminuían el hambre. Además, estos participantes mostraron mejoras en su peso, circunferencia de la cintura, grasa corporal y mejores niveles de azúcar en la sangre (diabetes).
Los autores de este estudio -que fue publicado en dos partes, la primera en el medio especializado Obesity, y la segunda en Nutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases– se interesaron en este tema al leer una investigación sobre las costumbres musulmanas durante una ceremonia anual denominada Ramadan, que es un mes en el cual los musulmanes comen liviano durante el día y luego tienen una cena alta en carbohidratos.
Además, hay estudios previos que afirman que el consumo de carbohidratos al final del día modifica los patrones típicos de la hormona responsable de la saciedad (o de sentirse satisfecho), denominada leptina.
Los autores también estaban interesados en otra hormona denominada grelina, conocida como la hormona del hambre, ya que es producida en el estómago y generalmente aumenta antes de las comidas para estimular el apetito, y en una proteína conocida como adiponectina, que juega un papel importante en el desarrollo de la resistencia a la insulina y en el fortalecimiento de las arterias.
Como la muestra es muy pequeña todavía es prematuro asegurar y recomendar que seguir una dieta de consumo de carbohidratos por la noche es lo apropiado. Todavía es necesario realizar más investigaciones y recopilar más datos sobre este tema.
Mientras tanto, si quieres mantenerte en forma, recuerda seguir una dieta saludable acompañada por una rutina de ejercicios. Y siempre que quieras modificar tu dieta, lo mejor es que lo consultes con tu médico o con un especialista calificado en nutrición que pueda indicarte qué es lo más conveniente para ti, de acuerdo a tus condiciones físicas y de salud, y que funcione con tus hábitos y costumbres.
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