- Un estudio escocés, publicado en BMC Medicine, revela que la falta de visitas familiares o de amigos se vincula con mayor mortalidad, subrayando la importancia de nuestras conexiones sociales.
- A pesar de la conectividad global, la soledad crece, afectando a casi la mitad de los adultos, especialmente a los jóvenes, según el Cirujano General de EE. UU.
- Investigadores escoceses, tras analizar datos de más de 450,000 participantes, revelan que la frecuencia de visitas familiares o de amigos, con una frecuencia mensual o menor, se asocia con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas y enfermedades cardiovasculares.
- El estudio destaca que aquellos que viven solos y experimentan aislamiento estructural enfrentan un riesgo especialmente elevado de mortalidad.
- Expertos, como el Dr. Josep Lluís Conde Sala y la Dra. Elvira Lara Pérez, destacan que la conexión social, evaluada de manera integral, puede ser clave para identificar poblaciones en mayor riesgo y ofrecer un enfoque más efectivo para abordar la soledad.
En un mundo cada vez más interconectado, se abren muchísimas posibilidades para conocer a personas nuevas, con intereses concretos y sin importar su edad, sexo, religión o localización geográfica. Al mismo tiempo, y paradójicamente, la soledad se ha transformado en una epidemia, tal como lo definió el Cirujano General de los Estados Unidos (CG) el año pasado. Las cifras son, cuando menos, llamativas, porque casi la mitad de los adultos se sienten solos, especialmente los jóvenes.
Pero esta soledad puede tener impacto en nuestra salud. Ahora un nuevo estudio, realizado en Escocia y publicado en la prestigiosa revista BMC Medicine, ha revelado que existe vínculo entre nuestras conexiones sociales y la duración de nuestras vidas. Los investigadores analizaron datos de más de 450,000 participantes y evaluaron cinco indicadores de soledad y concluyeron que no tener visitas de familiares o amigos estaba asociado con una mayor mortalidad por todas causas y por enfermedades cardiovasculares.
Durante un seguimiento medio de 12.6 años, se registraron 33,135 muertes, incluyendo 5112 por enfermedades cardiovasculares. Los resultados indicaron que todos los aspectos de las conexiones sociales, ya sean funcionales o estructurales, se asociaron de manera independiente con la mortalidad general y las enfermedades cardiovasculares. Además, se pudo observar que aquellos que tenían visitas con una frecuencia mensual o menor mostraron un mayor riesgo de mortalidad, sugiriendo que la frecuencia de estas visitas podría tener un impacto crítico en la salud.
La investigación también destacó que las personas que viven solas y experimentan aislamiento estructural simultáneamente presentan un riesgo especialmente elevado de mortalidad. La soledad, cuando se combina con la falta de visitas de amigos/familiares, resultó ser un factor de riesgo significativo, lo que subraya la complejidad de los vínculos sociales y sus efectos en la salud.
El Dr. Josep Lluís Conde Sala, investigador en el Departamento de Psicología del Desarrollo y de la Educación de la Universitat de Barcelona, en declaraciones al Science Media Center de España, explica que hay dos aspectos del estudio son especialmente relevantes:
- El tamaño de la muestra (458.146 sujetos) y haber analizado de forma separada y conjunta los efectos funcionales (sentimiento de soledad) y los efectos estructurales (vivir solo y frecuencia de actividades y visitas) en la mortalidad general y en la enfermedad cardiovascular.
- El estudio hace un análisis minucioso de todos los factores funcionales y estructurales. Las conclusiones no son nuevas, aunque sí más detalladas. Los que viven solos y tienen menos visitas familiares tienen un mayor riesgo de mortalidad general y de enfermedad cardiovascular.
Por su parte, la Dra. Elvira Lara Pérez, profesora ayudante doctora en el Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica de la Universidad Complutense de Madrid, añadió que “si bien los resultados están en la línea de trabajos previos que destacan la importancia de los factores sociales como predictores de mortalidad, este estudio mostró el relevante papel de la ausencia de visitas de amigos y familiares en personas que viven solas en comparación con otros aspectos estructurales de la conexión social. Los autores concluyen que la evaluación combinada de los factores de conexión social puede ser útil para identificar aquellas poblaciones de mayor riesgo”.
Por Karla Islas Pieck
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