- Los salones de uñas han tenido un crecimiento importante en los últimos años, lo que ha supuesto una dificultad para poder realizar un estándar en los distintos tipos de productos que se usan. Eso ha generado cuestionamientos en los profesionales de la salud por el riesgo que pueden suponer diversos procedimientos.
- Los productos para las uñas han mostrado no ser del todo inocuos. Cada vez se acumula más evidencia de los peligros para la piel del uso de lámparas UV, la falta de esterilización de los utensilios y productos, polímeros, entre otros. Especialmente preocupa el uso en los niños, que son más del 15% de los usuarios de los salones.
- Si bien se conoce que los tratamientos de esmaltes y uñas postizas traen consigo peligros para la salud dérmica, es necesario tomar medidas para reducirlos: asegurar que todo esté esterilizado, visitar locales aprobados por los organismos gubernamentales e intentar evitar el uso de productos permanentes.
Los salones de uñas han visto un crecimiento importante en Latinoamérica y Estados Unidos en los últimos años. Especialmente gracias al boom de las redes sociales que muestran distintas formas para decorar las uñas, agregando a muchos hombres como clientes frecuentes. El segmento de los menores de 18 años supone sobre el 15% de todos los clientes. Sin embargo, los procedimientos que se realizan no están exentos de cuestionamientos por parte de los profesionales de la salud: los rayos UV que se usan para secar algunos productos, los químicos involucrados en los procedimientos y la constante manipulación de las uñas. En este artículo te hablamos de algunos peligros a tomar en cuenta y algunas prácticas que te ayudarán a reducirlos.
La clave está en la elección
A la hora de buscar un lugar para la manicura, la clave está en elegir aquellos que tengan la aprobación de los organismos gubernamentales respectivos para manipular las uñas. Lo mismo en relación a los productos que se utilizan. Sin embargo, aunque se siga todos los parámetros necesarios la visita a los salones de belleza (y los tratamientos en casa) no están exentos de peligros:
- Exposición a químicos: Los esmaltes de uñas, especialmente aquellos que son permanentes o semipermanentes (más aún si son de productores que buscan abaratar costos), pueden tener formaldehido, tolueno y diversos tipos de acetatos que ante una exposición prolongada puede traer peligros para la salud. La ventilación del lugar de aplicación es clave, así como optar por aquellos productos que explícitamente señalen que no los poseen.
- Radiación UV: Los rayos UV generados en las lámparas donde se insertan manos o pies para endurecer y secar productos, al parecer tienen el mismo efecto, pero en menor intensidad, que la exposición al sol en la piel. De acuerdo a un artículo del año 2023, un uso extensivo de estas lámparas trae daños en el ADN y en las mitocondrias, que aumenta con el tiempo de uso. Es decir, al igual que el sol y sus rayos UV, las lámparas también son mutagénicas.
- Alergias: Se han descrito casos, como el de una niña de 10 años, en que el uso extenso de uñas gel produce alergias al polímero metacrilato, presentándose enrojecimiento de diversas zonas de la piel o daño en los dedos. Junto a eso, algunos preservantes de esmaltes de uñas infantiles (metilisotiazolinona) también se asocia con alergias.
- Infecciones: Es común la aparición de infecciones bacterianas y fúngicas si no se esteriliza correctamente la uña durante la aplicación de esmaltes y polímeros. Además, se ha visto que a medida que pasa el tiempo los productos pueden irse contaminando y aumentar su carga microbiana.
- Daños cutáneos: Si la preparación y limpieza de la uña previo a la aplicación de uñas postizas o esmaltes se realiza sin entrenamiento previo, pueden producirse respuestas autoinmune donde, por ejemplo, la uña se separa de la piel (onicólisis). Lo mismo si se quitan los productos endurecidos ‘tirando’ de los trozos, ya que puede acarrear heridas en las uñas que a largo plazo afectan el crecimiento de estas o pueden ir debilitando las capas.
¿Qué hacer?
Para los profesionales de la salud las posibilidades de que esto ocurra son relativamente bajos si se intentan reducir los factores . De acuerdo a la Asociación Americana de la Academia de Dermatología, estos factores son:
- Cortado de uñas: Buscar que la uña tenga la forma natural en el segmento que está en contacto con la piel. Lo mismo la cutícula, idealmente que no se le haga nada.
- Elegir productos seguros: Además de buscar productos sin los químicos dañinos existen también esmaltes de uñas que son ‘respirables’.
- Preguntar por los utensilios: Al visitar a la manicurista, es importante asegurarte que todos los utensilios y áreas estén esterilizados, así como los productos que se usen no lleven mucho tiempo abiertos.
- Proteger la piel: Con la aplicación previa de filtro solar puede ayudar a reducir el efecto de las lámparas UV e intenta mantener tus manos hidratadas con cremas hidratantes.
- Retirado suave: Buscar métodos basados en productos químicos por sobre el retirado físico. Si en casa el esmalte o uña postiza se está ‘saliendo’ no lo trates de quitar, puedes romper la uña.
En síntesis, con un cuidado correcto y dándole cada cierto tiempo un descanso a las uñas no deberías tener ninguna dificultad. Ya puedes ir pensando en el siguiente color y largo a usar. Y no lo olvides, cualquier duda o cambio debes visitar al dermatólogo o tu profesional de la salud.
Por Carlos Diego Ibáñez
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