Una revisión médica nueva, publicada en el medio Mayo Clinic Proceedings, afirma que los beneficios de la circuncisión superan cualquier posible riesgo en una proporción de 100 a 1. Esto ha sido suficiente para despertar de nuevo la polémica sobre esta práctica milenaria adoptada por muchos y criticada por otros, al punto de que se ha llegado a proponerla como obligatoria. Circuncidar al bebé, en última instancia, debe quedar en manos de los padres, pero infórmate aquí de los detalles del debate.
La circuncisión es un procedimiento quirúrgico mediante el cual se extirpa el prepucio, la piel que cubre la punta del pene. Generalmente el médico insensibiliza el pene del bebé con anestesia local antes de comenzar. A veces se le ofrece al niño un biberón endulzado durante el procedimiento, y se le puede dar un analgésico (como el acetaminofén o Tylenol) al terminar para aliviar el dolor. La herida demora de cinco a siete días para sanar. En los niños mayores y los adolescentes, la circuncisión suele hacerse bajo anestesia general. La herida puede tomar hasta tres semanas para sanar.
La circuncisión se realiza en ciertos países y grupos étnicos (como entre los judíos y los musulmanes) por razones culturales o religiosas. Pero en muchos lugares se practica casi como algo rutinario. En los Estados Unidos, por ejemplo, se suele circuncidar a los recién nacidos antes de que salgan del hospital. Los niños judíos se circuncidan cuando tienen ocho días de nacidos.
En la mayoría de los países de Europa, Asia, y América Latina, en cambio, la circuncisión es una práctica poco común entre la población general.
La opinión de los médicos ha estado siempre dividida en cuanto a la circuncisión. Como tiene tanto ventajas como desventajas, en lugar de recomendarla como cuestión de rutina en los niños sanos, los médicos en general prefieren dejarles la decisión a los padres, después de explicarles los y los riesgos de la práctica.
Esta opinión, sin embargo, puede cambiar a raíz de una revisión médica, publicada en Mayo Clinic Proceedings, que afirma que los beneficios de la circuncisión exceden a los riesgos en una proporción de 100 a 1.
Brian J. Morris, profesor jubilado de la Universidad de Sydney, Australia, partidario de la circuncisión y autor principal de la revisión, espera que los nuevos datos recopilados pongan fin de una vez al debate entre partidarios y oponentes.
Según Morris, la circuncisión ayuda a la salud del público general de la misma manera que lo hacen las vacunas, y su práctica debía ser la misma de la vacunación. Los médicos, agrega, deberían recomendársela rutinariamente a los padres.
Los beneficios de la circuncisión son muchos. Según la revisión dirigida por Morris, entre ellos están la prevención de las infecciones en el tracto urinario, del cáncer del pene y de contraer algunas enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH. Pero a veces las estadísticas pueden ser engañosas. Por ejemplo, el riesgo en la población general de contraer cáncer del pene es de sólo 1 en 100,000. Un aumento del riesgo sigue siendo una proporción mínima.
La Academia Americana de Pediatría admite en un comunicado que los beneficios para la salud sobrepasan con creces los riesgos, y se inclina por la circuncisión. Muchos médicos están de acuerdo. Quienes están en desacuerdo rechazan la circuncisión, comparándola con la “mutilación genital” femenina (aunque en realidad, a diferencia de la mutilación femenina, no se corta una parte altamente sensible que juega un papel importante durante la relación sexual) y dicen que conlleva riesgos de salud, como infección, hemorragia y lesiones en el pene.
En resumen, ¿qué debes hacer si vas a tener un bebé varón? En primer lugar, informarte acerca de los riesgos y los beneficios de la circuncisión, y después analizarlos con el pediatra. Porque en último término, digan lo que digan los debates y las estadísticas, la decisión final siempre les debe corresponder a los padres.
Imagen © Thinkstock / Nguyen Thai