Si te preguntan el nombre de los integrantes de tu equipo favorito, seguro que no fallas. Y seguro que tampoco te equivocarías si te preguntan algún dato sobre política local o internacional. Pero, ¿podrías enumerar los cuatro tipos de cáncer que pueden afectarte sólo por ser hombre? No la juzgues como una pregunta frívola: hay millones de hombres en el planeta bajo riesgo de contraer algún tipo de cáncer. Estar alerta nunca está de más.
Si las estadísticas deportivas te entusiasman, éstas quizá no lo hagan, pero al menos te harán tomar conciencia de un problema global: el cáncer. Las que ofrece la Organización Mundial de la Salud (OMS) no son cosa de juego: a pesar de que hoy día conocemos mucho más sobre esta enfermedad y sobre su prevención, su avance continúa y no se le puede detener. Cada año son más personas las que lo padecen y si la tendencia sigue, se calcula que para el 2020 (no creas que está tan lejos), se le diagnosticará cáncer a 16 millones de personas (eso es, además de los casos que ya se han detectados y de los sobrevivientes). ¡Imagínate lo que significa!12.7 millones de casos de cáncer y 7.6 millones de muertes cada año y 64% de ellos ocurren en los países de mayor desarrollo.
El cáncer afecta a ambos sexos, pero hay algunos cánceres que se presentan con mayor frecuencia en los hombres. Los datos coinciden en América del Norte y en Europa en donde los hombres sufren más de cáncer de próstata, pulmón y cáncer colorrectal. En América Latina los principales son: próstata, pulmón y estómago. Con toda seguridad, no querrás ser parte de las estadísticas y la forma principal de lograrlo es la prevención. Para poder hacerlo con efectividad necesitas conocer los factores de riesgo, los síntomas que de alerta, así como las pruebas para detectarlos.
Los principales, uno por uno:
1. El cáncer de próstata
Se lleva el tristísimo gran premio de ser el cáncer que más se diagnostica en los hombres y es la segunda causa de muerte por cáncer entre ellos después del cáncer del pulmón. Cualquier hombre puede padecerlo, pero se diagnostica con más frecuencia en hombres de más de 65 años. Los factores de riesgo son: la edad (las posibilidades de contraerlo aumentan después de los 50 años), la raza (es más común en individuos de la raza negra) y tener un familiar cercano (padre, hermano o hijo) que lo haya padecido.
Los síntomas: dificultad al orinar; flujo de orina débil o interrumpido; necesidad frecuente de orinar, sobre todo durante la noche; dificultad para vaciar la vejiga; dolor o sensación de ardor al orinar; sangre en la orina o en el semen; dolor en la pelvis, en la espalda o en la cadera que no se quita; y/o eyaculación dolorosa.
Las pruebas para detectarlo: si se detecta de forma temprana, el tratamiento es mucho más exitoso. Pero no todos los expertos están de acuerdo en la efectividad de las pruebas, por la posibilidad de que arrojen un resultado falso positivo (la prueba indica que tienes un cáncer y no es cierto); por el tratamiento de los cánceres prostáticos que no lo requieren; así como por los posibles efectos secundarios severos a consecuencia del tratamiento. Lo ideal es que cada hombre discuta con su médico las ventajas y los riesgos de estas pruebas, que se informe y que tome una decisión inteligente de acuerdo a su caso particular. Las pruebas de detección más comunes son:
- Examen digital rectal (examen de tacto rectal): se realiza para evaluar el tamaño, la forma y la dureza de la glándula prostática.
- Análisis del Antígeno Prostático Específico (APE o PSA por sus siglas en inglés): este antígeno es producido por la próstata. La prueba mide el nivel de este antígeno en la sangre que si resulta elevado puede indicar la presencia de un cáncer.
Se recomienda que empieces a hacerte las pruebas a partir de los 40 años, pero debes acudir al médico de inmediato si tienes algunos de los síntomas.
2. El cáncer de pulmón
Es el tipo de cáncer que ocupa el segundo lugar de incidencia entre los hombres, y es la causa principal de muerte tanto en los hombres como en las mujeres en los Estados Unidos. El mayor factor de riesgo es el cigarrillo: fumar es la causa principal de la mayoría de los cánceres de pulmón y se agrava con los años que se ha tenido el hábito y la cantidad de cigarrillos que se fuman al día. Las personas expuestas al humo de segunda mano, o a sustancias cancerígenas también pueden desarrollar cáncer del pulmón.
Los síntomas: tos constante y que empeora con el tiempo; dolor persistente en el pecho; flema con sangre al toser; falta de aire y ronquera; respiración con silbidos; episodios frecuentes de neumonía y bronquitis; pérdida de peso y de apetito; inflamación del cuello y de la cara.
Cómo se detecta: cuando se presentan los síntomas anteriores, y ante la sospecha de un tumor pulmonar, el especialista indicará alguna de estas pruebas para establecer un diagnóstico:
- Biopsia: se toma una muestra (un pedacito) del tejido y se ve bajo el microscopio para determinar si hay células cancerosas.
- Broncoscopia: se inserta un tubo delgado y flexible con una luz en la punta para examinar los bronquios y los pulmones y tomar una muestra del líquido o del tejido.
La mayoría de los casos de cáncer del pulmón pueden evitarse si se deja de fumar. Si fumas, considera seriamente dejar de hacerlo lo antes posible.
3. El cáncer colorrectal
Es el tercer tipo de cáncer que con mayor frecuencia afecta a los hombres en América del Norte y Europa, y la tercera causa de muerte por cáncer de este grupo de la población en Estados Unidos. Por suerte, puede prevenirse con las pruebas de detección adecuadas. Tienen mayor riesgo los hombres con antecedentes personales o familiares de pólipos precancerosos o de cáncer colorrectal, de enfermedad inflamatoria intestinal y de algunos síndromes genéticos como la poliposis adenomatosa familiar (FAP).
Los síntomas: en su estado inicial no da síntomas, por lo que es aún más importante que se realicen las pruebas de control y detección sobre todo a partir de los 50 años, o antes, si hay historia personal o familiar de pólipos precancerosos, como ya indicamos antes. Aunque se presenten los síntomas siguientes, es posible que el diagnóstico se retrase porque no se sospecha un cáncer colorrectal y se asocian a otras causas. Los síntomas más frecuentes son: sangrado rectal y cólicos; cambios en la consistencia de las heces fecales; estreñimiento; diarrea, pérdida de peso; anemia nueva y reciente.
Cómo se detecta: a partir de los 50 años, se recomiendan las pruebas de detección en búsqueda de pólipos precancerosos que deben ser extirpados (sacados) antes de que se conviertan en cáncer. Las pruebas también pueden detectar un cáncer en una etapa temprana, en la que el tratamiento es más efectivo. Si la persona tiene una historia familiar entre sus factores de riesgo, debe hacerse las pruebas a partir de los 40 años, con la frecuencia que el especialista indique. Las pruebas son:
- Colonoscopía tradicional o virtual (colonoscopia por tomografía computarizada)
- Análisis de sangre oculta en heces (o materia fecal)
- Sigmoidoscopia flexible con enema de bario (una radiografía con un medio de contraste para ver el interior del colon)
Si estás cerca de los 50 o más, consulta con tu médico para hacerte cuanto antes una colonoscopía y despejar las dudas. Tu paz mental bien vale la pena.
4. El cáncer de estómago
Es el tercer cáncer que con mayor frecuencia afecta a los hombres en América Latina. Además del género, la edad es otro factor de riesgo, así como padecer de gastritis crónica, úlceras producidas por la bacteria Helicobacter pylori, tener anemia perniciosa, fumar, padecer de pólipos gástricos y/o tener familiares cercanos que hayan padecido el mismo tipo de cáncer.
Los síntomas: en la etapa temprana puede presentarse con indigestión y malestares en el estómago, sensación de llenura e inflamación (hinchazón después de comer), náuseas, falta de apetito y acidez estomacal. Cuando el cáncer está más avanzado se caracteriza por sangre en las heces fecales, vómitos, pérdida involuntaria de peso, ictericia (la piel y el área blanca de los ojos toman un color amarillento), acumulación de líquido en el abdomen (ascitis) y dificultad al tragar.
Cómo se detecta: cuando aparecen los síntomas anteriores, el doctor utilizará distintas pruebas para examinar el estómago y el esófago, como pruebas de sangre y la endoscopía, un procedimiento que se utiliza para observar el interior del esófago, el estómago y el duodeno (la primera parte del intestino delgado).
Aunque no siempre está bajo nuestro control, hay cosas que si puedes hacer para prevenir el cáncer, como las que mencionamos en estos casos. Ya estás sobre aviso de los tres cánceres que mayor riesgo significan para ti por el simple hecho de ser hombre, así que sácale partido al llamado de alerta: infórmate, consulta con tu médico para programar las pruebas de detección recomendadas en tu caso, y ante todo, lleva una vida saludable.
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