¿Qué puedes hacer para cambiar esto?
Las estadísticas indican que los hombres mueren antes que las mujeres por enfermedades que, en general, se pueden prevenir. Una de las causas principales es que los hombres suelen ocultar sus malestares, evitan ir al médico, y generalmente no se hacen los exámenes periódicos recomendados. Aquí te contamos porqué un verdadero hombre es fuerte y valiente y debe aprender a cuidar su salud.
¿Te has dado cuenta de que si vas por la calle es más común ver a un grupo de mujeres ancianas que a un grupo de hombres ancianos? Muchas personas también han perdido a sus abuelitos varones prematuramente, y es más frecuente que sean las mujeres las que se quedan viudas. ¿Por qué los hombres tienden a morir antes?
Varias estadísticas indican que los hombres son más propensos a sufrir más enfermedades crónicas, más enfermedades cardíacas y otras relacionadas con el sistema inmunológico, y su expectativa de vida es menor a la de las mujeres.
Algunos investigadores opinan que esto puede estar vinculado a cuestiones culturales, ya que desde que nacen les están indicando que “los hombres no lloran”. Entonces, en general, tienden a cerrarse y a ocultar sus dolores, se resisten a ir al médico, les cuesta más hablar sobre sus problemas de salud, en especial de algunos como la disfunción eréctil (que puede ser síntoma de alguna enfermedad más grave, como la diabetes o problemas cardíacos), y así también evitan hacerse análisis y chequeos preventivos.
Combinado con esto, el estilo de vida de los hombres tiende a ser más nocivo para la salud. En general fuman más que las mujeres, toman más bebidas alcohólicas y tienden a llevar una dieta menos saludable que sus parejas del sexo opuesto. Por eso, un verdadero hombre que se jacte de ser valiente no debería tenerle miedo a su visita médica ni le debería faltar coraje y dedicación para modificar esos hábitos nocivos que le quitan años de vida.
¿Te gustaría mantenerte sano por más tiempo y vivir más? ¡Anímate!
Una medida que puedes tomar hoy mismo:
- Visita a tu médico y habla claro sobre tus molestias, despeja todas tus dudas y analiza con él o ella los estudios que deberías realizarte de acuerdo a tu edad, a tus antecedentes personales y familiares y tus síntomas (si tienes alguno).
Estos son algunos de los exámenes que podría sugerirte:
- Chequeo de presión arterial a partir de los 20 años. La presión se considera normal cuando está en 120/80, y se considera elevada si está en 140/90 o más.
- Chequeo de tu índice de masa corporal (IMC). Este se determina por una fórmula de acuerdo tu peso y tu estatura. Esto indica el porcentaje de grasa en tu cuerpo y dice si estás en sobrepeso u obeso. El exceso de peso se asocia a muchos problemas de salud, incluyendo enfermedades crónicas. Lo normal es entre 18.5 y 24.5%. Entre 25 y 30% es sobrepeso y más de 30% es obesidad.
- Chequeo de tu nivel de colesterol en la sangre a los 20 años (si estás en mayor riesgo: si fumas, tienes diabetes, presión alta o antecedentes familiares de enfermedades cardíacas) y periódicamente a partir de los 35.
- Chequeo de tu nivel de azúcar en la sangre a los 20 años si tienes la presión elevada, a partir de los 30 años si estás en riesgo, periódicamente a partir de los 40.
- Chequeo para VIH, sífilis y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS) si estás en riesgo las veces que sea necesario), pero recuerda que el hecho de hacerse exámenes de detección no te protege. El limitar el número de parejas sexuales y usar condones es lo que te protege.
- Chequeo para la próstata a partir de los 40 si estás en mayor riesgo, rutinariamente a partir de los 50.
- Chequeo para la detección del cáncer del colon a los 50, antes si estás en mayor riesgo (si algún familiar cercano tuvo cáncer del colon o del recto antes de los 50 años).
- Chequeo para descartar aneurisma de la aorta abdominal: si tienes entre 65 y 75 años de edad y has fumado en algún momento de tu vida, se recomienda un examen para la detección de lo que se denomina un aneurisma aórtico abdominal, que es una arteria, o sea un vaso sanguíneo que se encuentra en el abdomen (la panza) y que en este caso se dilata (se expande) anormalmente debido a que sus paredes se han debilitado. El riesgo es que si no se trata puede explotar. Si se detecta, se puede tratar.
Otras cosas que debes considerar:
- Reconoce y busca ayuda para el tratamiento de la depresión. Los hombres se deprimen más de lo que se identifica y sus reacciones son diferentes y pueden no ser tan obvias. Por ejemplo pueden recurrir a pasar mucho tiempo viendo la televisión, bebiendo mucho alcohol, teniendo problemas para dormir, cambios en el estado de ánimo y/o desinterés sexual. Además, las estadísticas indican que mientras que las mujeres en general intentan suicidarse sin concretarlo, los hombres van directo al punto. Por eso la tasa de muertes por suicidio es mayor en ellos.
- Es importante que consideres que tu riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular (enfermedad coronaria) podría ser mayor. Este es el problema principal en los hombres, en ellos el riesgo de sufrir infartos y enfermedades cardíacas es mayor que en las mujeres. Para disminuir tu riesgo: evita fumar, lleva una dieta saludable, si tomas bebidas alcohólicas, hazlo en moderación; haz ejercicios regularmente (mínimo 30 minutos diarios), mantén un peso saludable, realízate un chequeo médico anual, y si es necesario, toma los medicamentos que te recomienda tu médico para controlar tu colesterol, tu presión arterial o tu diabetes.
Por último, si tienes molestias, dolor o alguna duda con respecto a tu salud, busca ayuda profesional de un médico. ¡Cuidarse depende de ti mismo! Así que manos a la obra que aún te queda mucho por vivir. Haz valer tu condición de hombre valiente, fuerte y saludable. Imágen © iStock / yurok