Tres horas de ejercicio vigoroso por semana pueden reducir los riesgos cardiacos en los hombres. Así lo afirma un nuevo estudio que, además, concluye que esto se logra por el efecto positivo del ejercicio sobre los niveles del colesterol en la sangre. ¿Y tú, cuánta actividad física realizas por semana? Antes de correr al gimnasio, descubre más detalles sobre estos hallazgos y cómo puedes mantener un corazón sano.
En Vida y Salud te lo recordamos continuamente: mantener una dieta saludable acompañada de una rutina de ejercicios es la clave para conservar sano al corazón y a tu cuerpo en general. Y para seguir aprendiendo más sobre la relación entre los alimentos, los ejercicios y la salud, no cesan las investigaciones.
En ediciones anteriores te contamos sobre un estudio según el cual determinados ejercicios específicos podían ayudar a quienes tienen insuficiencia cardíaca crónica, una condición en la cual el corazón funciona de manera deficiente y hace que se acumule sangre en las venas que van al corazón y que los riñones retengan líquido.
Ahora, un nuevo estudio desarrollado por investigadores de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Inglaterra, publicado en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, ha llegado a resultados similares.
Específicamente, luego de analizar a 1.239 hombres durante cinco años, han encontrado que hacer tres horas de ejercicio vigoroso por semana puede reducir en un 22 por ciento las posibilidades de que los hombres tengan problemas del corazón. Además, encontraron que alrededor del 38 por ciento del descenso en el riesgo se debía a los efectos benéficos del ejercicio sobre los niveles del colesterol “bueno” o lipoproteína de alta densidad (HDL).
El denominado colesterol “bueno” recoge el exceso de colesterol “malo” y lo lleva de regreso al hígado. El llamado colesterol “malo” o lipoproteína de baja densidad (LDL por sus iniciales en inglés) lleva ese título porque se adhiere a las paredes de las arterias y las hace duras y angostas, lo que dificulta el paso de la sangre y puede provocar graves problemas de salud.
El corazón es el encargado de bombear la sangre que, a través de los vasos sanguíneos, llega a los distintos órganos de todo el cuerpo. Por eso es tan importante que funcione bien y por esto mismo –entre otras cosas- se vincula con otros factores como el colesterol, la presión de la sangre (que se refiere a la fuerza con la cual ésta circula por el cuerpo) y los demás factores que componen el denominado síndrome metabólico o síndrome X.
Si bien no todos los médicos están de acuerdo con la definición o la causa del síndrome metabólico, se considera que una persona lo tiene cuando presenta al menos tres de estos cinco factores (que, además, están relacionados con la obesidad):
- Hipertensión arterial o presión alta.
- Aumento de los niveles del azúcar o glucosa en la sangre (diabetes).
- Altos niveles de triglicéridos (un tipo de grasas) en la sangre.
- Niveles bajos del colesterol “bueno”.
- Exceso de grasa en el área de la cintura (cuando se dice que la persona tiene el cuerpo en “forma de manzana”).
Cuantos más de estos factores tengas, mayores serán tus posibilidades de tener una enfermedad cardíaca. Asimismo, la obesidad, el tabaquismo, el envejecimiento, ciertos cambios hormonales y la falta de ejercicio también pueden afectar la salud de tu corazón.
Y si bien a veces se trata de cuestiones que no se pueden cambiar, como la predisposición por herencia o la edad, lo cierto es que hay muchos factores que pueden evitarse o disminuirse llevando una dieta sana y practicando una rutina de ejercicios y actividad física regular.
En este último caso, si sabes que tienes problemas cardíacos, es importante que consultes con tu médico antes de comenzar cualquier actividad física regular, pero no por eso dejes de tenerla. Despeja todas tus dudas con un profesional y anímate a adoptar nuevos hábitos de vida más saludables.
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