Tradicionalmente han sido los hombres los preocupados – y hasta obsesionados – con el tamaño de su órgano sexual. ¿Les preocupa a las mujeres el tamaño de la vagina? A muchas sí, especialmente después de varios alumbramientos. ¿Debería importarles o no? ¿Influye el tamaño en el placer que experimentan ella o su pareja en la relación sexual? Exploremos un poco el asunto para despejar las dudas.
Graciela ha disfrutado siempre las relaciones con su esposo, pero desde el nacimiento de su cuarto hijo – todos nacidos por parto natural, por cierto – siente menos placer y le parece que su vagina se ha distendido. Por pudor, no ha comentado con nadie lo que le pasa, ni siquiera a su ginecólogo.
A Marisa le pasa lo contrario: siente molestias y hasta dolor durante la penetración y se pregunta si su vagina es demasiado pequeña. Muchas mujeres como Graciela y Marisa se preocupan por el tamaño de su vagina y si éste afecta su capacidad de recibir y dar placer en el encuentro sexual, pero no se sienten cómodas hablando de este tema ya sea por vergüenza, por inhibiciones o por un tabú de índole cultural. Además de ser un tema poco comentado, la relación entre tamaño y función/satisfacción sexual no ha sido extensamente estudiada tampoco, pero sí hay datos concretos que podemos analizar. Veamos.
¿Existe un tamaño de vagina “promedio”?
Las medidas usadas con mayor frecuencia son las que provienen de un estudio realizado en 1960 por Masters and Johnson en el que se midieron las vaginas de 100 mujeres que nunca habían estado embarazadas. Según el estudio el tamaño de la vagina, sin estímulo, oscila entre 2.75 a 3 ¼ pulgadas (6.5 a 8 cm). Cuando se estimula sexualmente, el tamaño de la vagina aumenta y puede oscilar entre 4.25 a 4.75 pulgadas (10 a 11.5 cm).
Además del largo, hablemos del ancho…
La vagina es un órgano elástico capaz de adaptarse a distintas condiciones: es lo suficientemente estrecha como para sostener un tampón sin que éste se corra o se salga y a la vez capaz de estirarse y expandirse lo mismo para dar entrada al pene como para permitir que pase el bebé en el momento del nacimiento.
Cuando se estira demasiado
Es precisamente después de cada nacimiento que la vagina comienza a distenderse, cambia de tamaño y es cuando las mujeres empiezan a sentir los cambios y las molestias. Mientras más embarazos se tengan, más aumentan las probabilidades del ensanchamiento de la vagina, especialmente después de partos difíciles y prolongados. Vale la pena aclarar que la frecuencia de la relación sexual no cambia el tamaño de la vagina, como algunas personas creen. Eso no es cierto. No importa cuántas veces se practique el sexo, o cuantas parejas haya tenido la mujer, el tamaño de su vagina no va a cambiar. Los embarazos y alumbramientos sí cambian el tono muscular de la vagina y este factor sí puede influir en la satisfacción sexual de ambos miembros de la pareja.
¿Qué consecuencias puede traer una vagina distendida?
Hay varias y son:
- las relaciones sexuales son menos satisfactorias para la mujer o para su pareja
- el aire puede entrar o salir de la vagina, provocando un sonido incómodo y bochornoso
- algo mucho peor: los músculos y ligamentos alrededor de la vagina se distienden y pueden ocasionar un prolapso (o descendimiento) de órganos como el útero o la vejiga.
En el caso de un prolapso vaginal, es necesario visitar al médico general o al ginecólogo para discutir el tratamiento, que la mayoría de las veces involucra la cirugía. Si éste es tu caso, no te abandones y acude enseguida. Cuando el caso se trata de una distención muscular o de los ligamentos, se puede aliviar muchísimo practicando ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico. Estos son los llamados “ejercicios de Kegel”, que se recomiendan a todas las mujeres que han dado a luz después del parto. Ahora te explicamos cómo hacerlos:
- Comienza por familiarizarte con los músculos que tienes que contraer: imagínate por un momento que tienes muchas ganas de orinar y que necesitas aguantar hasta que llegues al baño. Para evitar la salida del orine, contraes los músculos alrededor de la uretra. Esos son exactamente los músculos que tienes que contraer.
- Contrae y mantén la contracción durante 10 segundos.
- Relaja los músculos durante otros 10 segundos.
- Contrae los músculos de nuevo durante 10 segundos.
- Continúa los intervalos de contracción y relajamiento durante 5 minutos más o menos.
- Repite los ejercicios cuatro veces al día (o siempre que puedas). Puedes hacerlo lo mismo de pie que sentada o acostada.
¿Y si la vagina es demasiado pequeña o estrecha?
Estadísticamente es muy poco probable que la vagina sea demasiado corta. Entre los síntomas que las mujeres asocian con una vagina pequeña están las molestias o dolores en el momento de la penetración, pero la mayoría de las veces esto se debe a una insuficiente o indebida estimulación antes de la penetración o a distintos grados de vaginismo, una condición que no tiene nada que ver con el tamaño de la vagina. Se debe a la contracción involuntaria de los músculos vaginales lo que provoca dolor durante las relaciones sexuales. Tiene causas físicas y psicológicas, y debe consultarse al ginecólogo para resolverlo.
¿Afecta el tamaño de la vagina la calidad de las relaciones sexuales? Descartando el caso de un prolapso, definitivamente no. Tanto el tamaño de la vagina como el del pene, en realidad poco tienen que ver con la satisfacción que experimenta la pareja durante el encuentro sexual y ésta depende en gran parte de las actitudes, expectativas y habilidades ante el sexo, así como del estado general de la relación de pareja fuera del dormitorio.
Como ves, la calidad, como en tantas otras áreas de la vida, poco tiene que ver con cantidad o tamaño. Las dimensiones de la vagina no son la excepción. Si experimentas trastornos después de un embarazo, o las relaciones sexuales te provocan molestia o dolor, consulta con tu ginecólogo. Si no, disfruta de la relación con tu pareja sin preocuparte por cosas tan relativamente poco importantes como el tamaño.
Ultima revisión: 2018
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