La selección de los alimentos es una de las cosas principales a la hora de cuidarte y llevar una dieta que te ayude a perder o mantener tu peso. Cuando vas al supermercado y ves los estantes llenos de ofertas que prometen ser bajas en grasa y /o calorías, puedes estar frente a tus mejores aliados o tus peores enemigos. Aquí te contamos cómo alimentarte mejor sin caer en las prometedoras trampas de los envases.
Amalia siempre dedica un buen rato a seleccionar productos bajos en grasas, sin azúcar y reducidos en calorías cada vez que visita el supermercado. De ese modo, cree que está disfrutando los alimentos que más le gustan sin renunciar a su dieta en contra de esos kilos o libras de más.
Sin embargo, la publicidad y la presentación de los alimentos muchas veces pueden ser engañosas, y seleccionar los alimentos más saludables se convierte en una tarea confusa y difícil ante la gran variedad de productos disponibles que prometen resultados inmediatos y beneficios efectivos.
Por eso, es importante aprender a seleccionar la comida de manera inteligente, así como a leer las etiquetas de los productos para saber qué nutrientes contienen y cuándo incluyen componentes que debes evitar.
Por ejemplo, una de las trampas más comunes suelen ser las galletas dulces reducidas en calorías. Si bien es cierto que pueden tener menos calorías que aquellas que no lo son, eso no quiere decir que puedes comer desmedidamente la cantidad que desees. Por el contrario, las galletas dulces reducidas en calorías suelen seguir siendo altas en carbohidratos y, aunque en menor cantidad, también contienen azúcar. Asimismo, si bien pueden tener menor cantidad de calorías, aún así éstas pueden ser excesivas para tu dieta.
Teniendo esto en cuenta, si prestas atención hasta puede resultarte entretenido buscar alimentos alternativos más sanos y nutritivos que una porción de 5 galletas dulces reducidas en calorías. Por ejemplo, puedes reemplazarlas por una fruta o yogurt, entre otras cosas.
Esto mismo suele ocurrir con otro tipo de alimentos reducidos en azúcar, que si bien pueden reemplazar el azúcar por otro tipo de edulcorantes, suelen contener almidón (que es un tipo de carbohidrato) que te aporta calorías. Por eso, es importante que corrobores cómo están compuestos y limites su consumo.
Pero si logras modificar tus hábitos alimenticios y los reemplazas por alimentos más nutritivos será mucho mejor, ya que podrás mantener tanto una buena salud, como tu peso deseado, mientras que vas descubriendo nuevos sabores y delicias para tu paladar. Y sobre todo, te darás cuenta que puedes comer más cantidad y no hará falta que te quedes con hambre.
¿Quieres otro ejemplo? Los cereales bajos en grasas, como la granola, también tienen azúcar. Es cierto que la granola posee nutrientes importantes para un buen desayuno, pero si el objetivo es consumir menos calorías, éste no será el caso: se estima que una taza y media de granola reducida en grasas supera las 500 calorías y contiene 11 cucharaditas de azúcar.
En conclusión: que un alimento sea bajo en grasas, en azúcar o en calorías, no quiere decir que no las tenga. Muchas veces, en su versión original, estos productos tienen demasiadas (calorías, azúcar o grasa) y por eso, si bien los productos reducidos pueden ser preferibles antes el equivalente sin reducción, esto no quiere decir que tienes vía libre para comer la cantidad que quieras, ya que aún así pueden ser más de las que necesites.
En efecto, si los reemplazaras por alimentos más saludables y no por eso menos sabrosos, posiblemente podrías comer más cantidad con menos ingredientes nocivos.
Recuerda que estas indicaciones también se aplican en el caso de los líquidos. Muchas veces tomamos jugos y otras bebidas sin darnos cuenta del aporte calórico que nos proporcionan. En estos casos también es preferible que elijas sodas sin azúcar, así como productos reducidos en grasas y calorías, pero siempre consumidos con moderación.
Ahora que sabes todo esto, es fácil que comprendas porque debes prestar atención a la hora de elegir y consumir alimentos reducidos en grasas, en azúcares y en calorías. En otras palabras, no existe ningún alimento “mágico” que puedas comer desmedidamente y que al mismo tiempo te permita mantenerte en forma y cuidar tu cuerpo.
Selecciona inteligentemente lo que vayas a comer. Y si acompañas la dieta con una rutina de ejercicios ¡mucho mejor! No sólo te permitirá mantener o alcanzar tu peso deseado sino también conservar tu salud y hacer que te sientas fuerte, hasta y de mejor humor.
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