Afrontar el diagnóstico de una enfermedad incurable es, sin duda, uno de los procesos más difíciles de la vida, tanto para el afectado como para las personas de su entorno cercano. Acompañar a la persona y a sus familiares en el proceso de final de vida y conseguir que se atraviese ese duro proceso de la forma más tranquila posible y con el mayor bienestar, tanto físico como emocional, es una de las metas de los profesionales de los cuidados paliativos y hospicio.
La atención psicológica en esa etapa de la vida es fundamental. Una de las herramientas que se ha mostrado eficaz para mejorar la calidad de vida tanto de los enfermos como de sus familiares es la arteterapia. Se trata de un tipo de psicoterapia que utiliza los materiales artísticos para poder facilitar la expresión de las emociones y sentimientos “y después poder reflexionar sobre lo que ha surgido, lo que se ha expresado”, explica a Vida y Salud Nadia Collette, arteterapeuta del grupo de investigación en Cuidados Paliativos del Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – IIB Sant Pau y del servicio de Oncología Médica y Cuidados Paliativos del mismo hospital.
Un poco de historia
El uso del arte como forma de expresión de las emociones data de la prehistoria, según nos explica Nadia. Nuestros ancestros, incluso los que vivían en cavernas, ya utilizaban el arte como una forma de expresión de sus sentimientos y emociones. “Es un origen que necesitamos contemplar porque nos ayuda a comprender que nos hemos inventado de manera moderna un nuevo tratamiento, sino que hemos utilizado algo que está en nuestra naturaleza: la creatividad, la conexión con los colores y las formas que tenemos de manera natural”, señala Nadia, que detalla que la arteterapia se organizó como una profesión a finales del siglo XIX integrada en la atención psicológica y psiquiátrica.
Es después de la primera guerra mundial cuando, de la mano del psicoanálisis y la atención a mente, un pintor que sirvió como soldado fue desarrollando la base más teórica de la forma en la que ayudan las artes a cuidarnos a tratar algunos traumas, entre otras dificultades que el ser humano pueda encontrar, añade esta experta.
¿Qué utilidad tiene la arteterapia?
La arteterapia puede servir en diferentes ámbitos como ayuda para mejorar la calidad de vida personas con diferentes problemas. Actualmente en diversos países se usa como terapia en cárceles, en asociaciones que atienden a personas que han sido víctimas de algún tipo de abuso, “también encontramos la arteterapia como un recurso para ayudar en el duelo, en las pérdidas, en el proceso de inmigración… ahora estamos en una época en la que los flujos migratorios son importantes en muchos países. La expresión artística puede ayudar mucho cuando existen barreras lingüísticas ya que las personas se pueden expresar de manera natural mediante el arte”, comenta Nadia.
En el campo de la medicina, la arteterapia tiene un papel destacado como parte de la atención de los pacientes oncológicos y geriátricos. También es de gran utilidad en pacientes con demencias -como el Alzheimer- y otros procesos neurodegenerativos, como la enfermedad de Parkinson, entre otros.
Acompañamiento en el final de la vida
Hay un campo en el que la arteterapia tiene un papel, si cabe, aún más destacado. Y son los cuidados paliativos. En estos pacientes que afrontan la etapa final de su vida -y no necesariamente son mayores, pueden ser jóvenes e incluso niños con enfermedades terminales- se trata de una terapia complementaria no farmacológica que se suma al tratamiento médico que la persona necesita en el proceso de transitar hacía la muerte.
“Cuando la muerte es inevitable, nuestra misión es hacer que el tiempo que quede sea óptimo en calidad de vida. La arteterapia se suma a los enfoques estándar reconocidos por la OMS como atención al paciente de forma holística o integral”, detalla esta experta, que añade que aunque en algunos hospitales en Estados Unidos y Europa -como el hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en Barcelona- ya tienen programas de arteterapia, “en muchos hospitales falta todavía el desarrollo de las atenciones más emocionales y espirituales. Todavía hay camino para llegar a lo óptimo”.
Entre los principales beneficios que aporta la arteterapia a las personas que se encuentran en la etapa de final de su vida es que “le ayuda a expresar sus emociones y eso se suele traducir en una mayor tranquilidad, menos estrés y mejor ánimo. Además, se ha observado que esto tiene una repercusión sobre la forma en la que la persona percibe el dolor”, añade Nadia. Son las conclusiones de un estudio realizado por su grupo de investigación en el IIB Sant Pau.
El trabajo analiza los beneficios de una intervención de arteterapia en pacientes oncológicos adultos internados en la unidad de cuidados paliativos e, indirectamente, en sus familiares. Los investigadores evaluaron la intensidad del dolor, la ansiedad, la depresión y el bienestar mediante la Escala de Evaluación de Síntomas de Edmonton antes y después de la primera, tercera y quinta sesiones de arteterapia.
Los resultados arrojaron que el 98% de los pacientes consideraron útil el proceso creativo durante su estancia en la unidad de Cuidados Paliativos y reportaron una reducción significativa de los síntomas de depresión, ansiedad y dolor, así como un aumento considerable del bienestar.
Los familiares mostraron opiniones similares con respecto a los efectos en los pacientes y, además, informaron un efecto útil indirecto para ellos. Las experiencias seleccionadas con más frecuencia en la lista de verificación del estudio fueron: sentirse tranquilo, estar entretenido y expresar y comunicar emociones.
En conclusión, entre los principales beneficios de la arteterapia podemos citar:
- Ayuda a expresar dificultades, emociones y dolores
- Reduce el estrés
- Disminuye la ansiedad
- Mejora el ánimo
- Ayuda a controlar el dolor
- Reduce el malestar general
Nadia finaliza diciendo que “sabíamos, porque lo vemos en nuestro día a día, que la arteterapia tiene un alto grado de aceptación entre pacientes y familiares, pero no esperábamos que la percepción de utilidad fuera tan alta. Podemos observar de forma empírica el beneficio que ofrece. Pero este estudio nos ha permitido comprobarlo científicamente”.
Por Karla Islas Pieck
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