- Aunque las distrofias de retina, una enfermedad hereditaria que pueden llegar a causar la ceguera, son una enfermedad rara, se cree que en Estados Unidos podrían afectar a más de 400.000 personas
- Un estudio pionero ha logrado por primera vez corregir con gran precisión las alteraciones genéticas en células de pacientes con distrofias de retina mediante la técnica CRISPR
- La investigación en el campo de la edición genética y el uso de CRISPR para tratar la distrofia de retina está en sus etapas iniciales, y aún hay muchos desafíos y consideraciones éticas que deben abordarse
La distrofia de retina son un grupo de enfermedades degenerativas que afectan a la retina, la capa sensible a la luz ubicada en la parte posterior del ojo. Estas enfermedades hereditarias causan una pérdida progresiva de la visión y, en casos graves, pueden llevar a la ceguera. A lo largo de los años, los científicos han estado investigando formas de tratar estas distrofias, y recientemente se ha producido nuevos avances en el campo de la genética que ofrece esperanza para estos pacientes de estas raras enfermedades.
Según un estudio publicado en 2021, la prevalencia de las enfermedades retinianas hereditarias (IRD, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos oscila entre el 0.056% y el 0.133%. El estudio estimó que había entre 184.048 y 437.511 casos prevalentes de IRD en Estados Unidos en 2019. Sin embargo, este estudio no proporcionó información específica sobre la prevalencia de las distrofias de retina en particular. Otra fuente indica que la incidencia exacta de las distrofias de retina es desconocida, pero la forma más común, la retinitis pigmentaria, afecta aproximadamente a 1 de cada 5.000 personas en todo el mundo. Esta fuente también señala que la acromatopsia es más rara, con una incidencia de 1 cada 30.000.
En general, aunque no hay información específica sobre la incidencia y prevalencia de las distrofias de retina en Estados Unidos, está claro que estas condiciones son relativamente raras en comparación con otras enfermedades oculares como la degeneración macular asociada a la edad. Eso en parte explica que no se hayan producido importantes avances en la investigación de su tratamiento, algo que por fortuna ha cambiado recientemente.
La esperanza de la edición genética
Y en parte esto ha sido gracias al desarrollo de la terapia génica, que se está usando para corregir las alteraciones genéticas responsables de las distrofias de retina. La Dra. Esther Pomares, experta en genética y distrofias de retina y responsable del Área de Investigación y Desarrollo del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) de Barcelona, en España, expresa su entusiasmo por estos avance. Según la Dra. Pomares, “la terapia génica representa un enfoque prometedor y revolucionario para abordar las distrofias de retina de origen genético”.
Así, la investigadora del IMO ha liderado un estudio reciente realizado en células de pacientes con distrofias de retina, dos de ellos afectado por la enfermedad de Stargardt y un tercero con acromatopsia. Los investigadores utilizaron la técnica de edición genética CRISPR-Cas9 para corregir las mutaciones en los genes responsables de estas enfermedades. Esta técnica funciona como una especie de tijeras moleculares muy precisas que pueden cortar y editar el ADN. Está revolucionando la biología y la medicina, al ofrecer una forma más rápida, precisa y eficiente de editar ADN, con un gran potencial precisamente para tratar enfermedades genéticas. Los hallazgos han sido publicados, recientemente, en dos artículos en las revistas científicas de alto factor de impacto: Molecular Therapy-Nucleic Acids e International Journal of Molecular Sciences.
El estudio logró corregir con éxito las mutaciones genéticas en las células de los pacientes, lo que sugiere que la terapia génica podría ser una estrategia viable para tratar las distrofias de retina. Sin embargo, es importante tener en cuenta que este estudio se realizó en células en el laboratorio y aún se necesitan más investigaciones para determinar la eficacia y la seguridad de esta terapia en humanos. “Aun así, hemos constatado que no ha habido afectaciones en otras zonas del ADN, fuera de las que queríamos corregir con la terapia de edición génica para revertir las mutaciones. Esta es también una muy buena noticia, ya que demuestra que, en los casos en los que la terapia ha funcionado, esta no solo ha sido eficaz, sino también segura”, explica la Dra. Pomares.
Tres pasos para lograr la corrección de las mutaciones
Para conseguirlo siguieron tres pasos. El primer paso del proceso consistió en recolectar células de la piel de los propios pacientes, que son de muy fácil acceso. Estas células fueron seleccionadas, además, porque contienen la misma información genética que se encuentra en el resto del cuerpo. Luego, los científicos realizaron una “reprogramación” de estas células de la piel, convirtiéndolas en células madre, que tienen la capacidad de luego evolucionar a cualquier tipo de célula de nuestro organismo.
Una vez que obtuvieron las células madre, los investigadores aplicaron la técnica de edición genética conocida como CRISPR. Para hacer esto, diseñaron una guía ARN específica que tenía como objetivo buscar y reconocer las mutaciones responsables de las patologías presentes en los pacientes. La guía ARN se unió a la enzima Cas9, que actúa como las “tijeras moleculares” de CRISPR, y juntas buscaron y encontraron las mutaciones específicas en el ADN de las células madre. Una vez encontradas, Cas9 cortó el ADN en esos puntos precisos.
Este corte controlado activó los mecanismos de reparación del ADN del cuerpo, que comenzaron a corregir las mutaciones. Gracias a este proceso, las células madre modificadas comenzaron a tener la información genética corregida en comparación con las células originales de los pacientes.
El objetivo final de este proyecto era tratar las patologías genéticas de los pacientes. Al corregir las mutaciones responsables de esas enfermedades, se espera que las células madre modificadas puedan ser utilizadas en futuras terapias y tratamientos. “De esta forma, se puede esperar que los resultados obtenidos sean prácticamente idénticos a los que tendríamos si aplicásemos la terapia de edición génica, directamente, en estos pacientes”, añade la Dra. Pomares.
Lejos todavía de la práctica pero con esperanzas de futuro
Es importante destacar que la investigación en el campo de la edición genética y el uso de CRISPR está en sus etapas iniciales, y aún hay muchos desafíos y consideraciones éticas que deben abordarse. Sin embargo, estos avances científicos ofrecen una nueva esperanza para el tratamiento de enfermedades genéticas y pueden tener un impacto significativo en la medicina del futuro.
La Dra. Laura Siles, oftalmóloga especializada en distrofias de retina del IMO, destaca la importancia de continuar con la investigación y los ensayos clínicos para evaluar la eficacia y seguridad de la terapia génica. Según la Dra. Siles, “si bien este avance es emocionante, es crucial que se realicen más estudios para comprender plenamente los beneficios y posibles riesgos de la terapia génica en el contexto de las distrofias de retina”.
En este sentido, la Dra. Siles precisa que “en el marco de nuestro proyecto, la tasa de éxito inicial de la terapia en los pacientes con Stargardt fue del 11 %, lo que nos llevó a implementar mejoras y a lograr, así, una tasa de corrección de la mutación del 70 %, que es muy elevada, teniendo en cuenta que hemos sido el primer grupo de investigación en lograr corregir las alteraciones genéticas en células derivadas de este tipo de pacientes y con este nivel de precisión”. En el caso de las células derivadas del paciente con acromatopsia, la eficacia de la terapia ha sido aún mayor, logrando corregir el 80 % de las células tratadas.
Necesario seguir investigando
Tanto la Dra. Pomares como la Dra. Siles coinciden en la importancia de brindar esperanza a los pacientes con distrofias de retina, pero también enfatizan la necesidad de realizar investigaciones adicionales para garantizar la eficacia y seguridad de estas terapias. Ambas expertas están comprometidas con el avance científico y el desarrollo de tratamientos innovadores que puedan mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por estas enfermedades degenerativas.
A pesar de las limitaciones actuales, este avance es motivo de gran optimismo para los pacientes con distrofias de retina. Si la terapia génica resulta exitosa en ensayos clínicos futuros, podría ofrecer una solución prometedora para preservar o mejorar la visión en aquellos afectados por estas enfermedades degenerativas.
Además de la terapia génica, también se están desarrollando otras estrategias de tratamiento para las distrofias de retina. La medicina regenerativa, por ejemplo, busca desarrollar técnicas para reemplazar las células dañadas o perdidas en la retina y restaurar la visión. Los avances en la tecnología de prótesis visuales también han brindado esperanza a aquellos con pérdida de visión grave.
Por Miguel Ramudo
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