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Últimamente se ha hablado mucho sobre las vacunas contra el Covid-19. Pero hay varias otras vacunas recomendadas, sobre las cuales debes estar informado. Por eso, en Estados Unidos se ha designado a agosto como el Mes Nacional de Concientización sobre la Inmunización. ¿Alguna vez te has puesto a pensar qué significan las vacunas? Las vacunas nos dan el poder de protegernos y proteger a nuestros seres queridos contra enfermedades infecciosas. Las vacunas son seguras y efectivas y son la mejor manera de prevenir enfermedades graves. Aquí te explico más acerca de las vacunas y su importancia para ti, tu familia y tu comunidad.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia del COVID-19 ha causado un gran retroceso en la vacunación infantil. 23 millones de niños no recibieron sus vacunas básicas a través de los servicios de rutina en 2020, la cifra más alta. Esto corresponde a 3,7 millones más que en el 2019. De acuerdo con los datos publicados por la OMS y el Fondo de las Naciones Unidas para los Niños (UNICEF, por sus siglas en inglés), hasta 17 millones de niños posiblemente no recibieron ninguna vacuna en el transcurso del año, ampliando las ya inmensas desigualdades en el acceso a las vacunas. La mayoría de estos niños viven en comunidades afectadas por conflictos, en lugares remotos desatendidos o entornos informales o en donde enfrentan múltiples privaciones, que incluye el acceso limitado a servicios básicos de salud.

Si bien es cierto que muchas enfermedades no son comunes en los Estados Unidos actualmente, todavía existen y se pueden propagar, si no vacunamos a los niños. Tenemos el ejemplo de los brotes de sarampión en 2019 que nos recordaron lo rápido que se puede diseminar la enfermedad cuando no los vacunamos.

Todavía vemos muchos casos de tosferina. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), cada año se reportan entre 15.000 y 50.000 casos de tosferina en Estados Unidos desde el 2010. Y cada año se diagnostican más de 30.000 hombres y mujeres con cáncer causado por el virus del papiloma humano (VPH). La vacuna contra el VPH podría haber prevenido que se desarrollaran estos cánceres.

También en este país, miles de adultos se enferman gravemente y requieren hospitalización o incluso mueren por enfermedades que se podían haber prevenido con vacunas porque no sabían que las necesitaban. Los adultos con enfermedades crónicas como diabetes o enfermedades del corazón tienen mayor riesgo de tener complicaciones si desarrollan enfermedades que se pueden prevenir con vacunas. 

Algunas de estas enfermedades prevenibles con vacunas, como la influenza, flu o gripe, pueden hacer que la glucosa (o azúcar) en la sangre sea más difícil de controlar en los diabéticos o aumentar el riesgo de que una persona con enfermedad cardiovascular tenga un ataque al corazón.

Y los cambios en el funcionamiento del pulmón, del corazón y del sistema inmunitario durante el embarazo hacen que si una mujer embarazada contrae la gripe (influenza o flu), pueda tener complicaciones graves. A pesar de esto, sólo una de cada tres mujeres embarazadas reciben las vacunas contra la gripe y la tosferina. Ambas enfermedades comunes en este país.

En los primeros meses de vida, los bebés están en mayor riesgo de contraer tosferina y si la contraen, de tener complicaciones severas e incluso mortales. Si las madres reciben la vacuna de Tdap durante su embarazo, no sólo se protegen ellas sino que protegen a su bebé en los primeros meses hasta que el pequeño pueda recibir su propia vacuna.

Se necesitan las vacunas para prevenir las enfermedades durante la infancia y la adolescencia. Pero, también se necesitan vacunas durante la vida adulta, ya que algunas vacunas que se reciben durante décadas previas requieren refuerzos. Por ejemplo, la de tétano, que requiere refuerzos cada diez años; la de la influenza (flu o gripe) que se necesita cada año; y otras como la de vacuna contra la culebrilla que se recomienda a partir de los 50 años (se dan dos) si la persona tuvo varicela; y las vacunas contra la neumonía (hay dos tipos diferentes), que se recomiendan a partir de los 65 años, o a veces antes, si la persona tiene diabetes u otras condiciones médicas. Otras vacunas se recomiendan antes de viajar a algunos lugares. 

O sea, podrías necesitar vacunas de acuerdo con tu edad, con tus condiciones médicas, con tu trabajo, con tu estilo de vida, con tus viajes. Por eso es importante que hables con tu médico para que te asegures de recibir las vacunas que necesitas tú y que te asegures de llevar a tus hijos a sus citas con el pediatra para que reciban las vacunas que ellos necesitan, para que todos estén protegidos.

De acuerdo con el Dr. Seth Berkeley, director ejecutivo de Gavi, the Vaccine Alliance, “Los números reportados por la OMS son alarmantes, lo que sugiere que la pandemia está deshaciendo años de progreso en la inmunización de rutina y exponiendo a millones de niños a enfermedades mortales y prevenibles. Esta es una llamada de atención. No podemos permitir que un legado del COVID-19 sea el resurgimiento del sarampión, la poliomielitis y otras causas de muerte. Todos debemos trabajar juntos para ayudar a los países a vencer al COVID-19, garantizando un acceso global y equitativo a las vacunas y volviendo a encarrilar los programas de inmunización de rutina. La salud y el bienestar futuros de millones de niños y sus comunidades en todo el mundo dependen de ello “.

En esta época del año, en el hemisferio norte, saldrá la vacuna contra la influenza o gripe 2021-2022. Esta se recomienda a partir de los 6 meses. Se puede dar al mismo tiempo que la vacuna contra el COVID-19. De acuerdo con los CDC, debido a que la actividad del virus de la gripe o influenza ha sido muy baja desde marzo del 2020, la inmunidad de la población está disminuida, lo que podría resultar en una temporada de influenza o gripe temprana y posiblemente severa. Por eso es especialmente importante que las personas se pongan la vacuna contra la influenza o gripe este año para que estén protegidas y, si tienen síntomas de una enfermedad respiratoria, lo que recomiendan es que se hagan la prueba del COVID-19 y de la influenza y que permanezcan en casa hasta que tengan los resultados. El examen se debe hacer lo antes posible ya que existe tratamiento contra la influenza siempre y cuando se diagnostique y se inicie en las primeras 24 a 48 horas. Esto puede acortar la duración de los síntomas. Pero siempre es mejor prevenir la enfermedad. Aunque el COVID-19 es más peligroso que la influenza o gripe, la influenza o gripe también es causa de hospitalización y muerte. Esta vacuna también se recomienda en las mujeres embarazadas, y en las personas con sistemas inmunitarios debilitados u otros problemas médicos. De hecho, estas personas son más vulnerables si llegan a contraer la enfermedad.

En conclusión, hay que recordar que gracias a la vacuna de la polio no tenemos que preocuparnos de una epidemia de niños con problemas de parálisis en las piernas o los músculos respiratorios que les causaba la muerte; o de las personas que fallecían a causa de la viruela (la única enfermedad que se ha logrado erradicar por completo gracias a la vacuna). En fin, tanto sufrimiento y los miles de millones de vidas que han salvado las vacunas para todos los padecimientos para los que se han inventado, hacen que décadas de vida saludable para millones de personas en varias generaciones sirvan como evidencia de su valor. Las vacunas son un milagro de la ciencia. Debemos estar agradecidos de vivir en el siglo XXI y aprovecharlas.

 

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Imagen: ©Shutterstock / New Africa

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