- Lactancia materna se ha relacionado con varios beneficios para la salud infantil, como una mejor inmunidad y un menor riesgo de enfermedades crónicas
- La duración de la lactancia materna se asocia proporcionalmente a un mayor volumen de un área determinada del cerebro en niños de 9 a 11 años
- Cuanto más tiempo reciben lactancia materna los bebés, más desarrollada tienen la región que abarca el giro frontal inferior y la corteza orbitofrontal lateral
- El mayor volumen en estas áreas del cerebro se asocia también a menores niveles de impulsividad en los niños
La lactancia materna se ha relacionado con varios beneficios para la salud infantil, como una mejor inmunidad y un menor riesgo de enfermedades crónicas. Se sabe también que fortalece el vínculo entre la madre y su bebé y que tiene otros efectos positivos también en la madre, como reducción del riesgo de cáncer de mama o de problemas de salud mental durante el postparto. Sin embargo, hasta ahora no había demasiados estudios que analizaran los efectos a largo plazo de esta práctica en el desarrollo cerebral de los niños.
Ahora, un estudio dirigido por el Dr. Christian Stephan-Otto, coordinador científico del Centro Computacional de Imagen Pediátrica (PeCIC) del Hospital Sant Joan de Déu – Institut de Recerca Sant Joan de Déu, y la Dra. Maria Portella, jefa del Grupo de Investigación en Salud Mental del Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – IIB Sant Pau, analizó imágenes de resonancia magnética de cerca de 8.000 niños entre las edades de 9 y 11 años para evaluar la relación entre la duración de la lactancia materna y el volumen de materia gris en el cerebro.
Entre las principales conclusiones del estudio, los investigadores pudieron observar que la duración de la lactancia se asociaba proporcionalmente a un mayor volumen de un área determinada del cerebro en niños de 9 a 11 años. Es decir, que cuanto más tiempo habían recibido lactancia materna los bebés, más desarrolladas tenían ciertas áreas del cerebro años después. En concreto se trata de la región que abarca el giro frontal inferior y la corteza orbitofrontal lateral, según detalla el Dr. Stephan Otto. “Además, estos mayores volúmenes se asociaron con menores niveles de impulsividad en estos niños.”
El giro frontal inferior y la corteza orbitofrontal lateral son dos regiones importantes de la parte frontal del cerebro que desempeñan funciones cruciales en el procesamiento semántico, la toma de decisiones y la regulación emocional. Aunque investigaciones previas ya habían mostrado los beneficios clínicos y cognitivos de la lactancia materna, este estudio ha permitido observar cuáles son sus efectos a nivel cerebral. Además, se ha visto, por primera vez, que el mayor volumen de sustancia gris en esta región tiene un impacto directo en los niveles de impulsividad de los niños, lo que indica que la lactancia podría ser fundamental en el desarrollo de la personalidad.
“Estos hallazgos sugieren que la lactancia materna puede tener efectos a largo plazo en el desarrollo del cerebro y de la personalidad”, añade el Dr. Christian Núñez, primer autor del artículo e investigador en el IIB Sant Pau. “Es importante destacar que estas regiones cerebrales juegan un papel muy importante en la toma de decisiones y la regulación de las emociones, entre otras funciones”.
Materia gris y rendimiento cognitivo
La materia gris es la sustancia del cerebro que contiene principalmente cuerpos neuronales, dendritas y sinapsis, y es responsable de procesar información sensorial, controlar los movimientos musculares y el pensamiento consciente. Un mayor volumen de materia gris puede estar relacionado con un mejor rendimiento cognitivo y una mejor capacidad para procesar información sensorial.
Además, algunos estudios han encontrado que un mayor volumen de materia gris se asocia con una mejor salud mental y un menor riesgo de desarrollar trastornos neuropsiquiátricos como la depresión y la ansiedad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la relación entre el tamaño de la materia gris y la función cerebral no es completamente comprendida y sigue siendo objeto de investigación.
“Estos resultados son solo el comienzo”, comenta la Dra. Portella, co-coordinadora del estudio. “Esperamos continuar investigando cómo la lactancia materna afecta al cerebro y cómo podemos utilizar esta información para mejorar la salud infantil. Con este proyecto hemos puesto la primera piedra para evidenciar que existe una relación, ahora debemos entender mejor cómo se relaciona este aumento en el volumen de materia gris con los beneficios cognitivos y clínicos que ya sabemos que tiene la lactancia materna.”
El estudio ha sido realizado por un equipo investigador del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona – Institut de Recerca Sant Joan de Déu, el Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – IIB Sant Pau, l’Hospital Clínic/IDIBAPS, la Fundación NeNe, la Universitat Autònoma de Barcelona y el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Salud Mental. El proyecto utiliza datos del Adolescent Brain Cognitive Development (ABCD) dataset, un estudio longitudinal a gran escala financiado por el National Institute of Health de los Estados Unidos.
Por Karla Islas Pieck
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