¿Has probado alguna vez leche o el queso de cabra? Quizás sea hora de que empieces a pensar en incorporarlos a tu dieta, entre otros alimentos saludables. Una nueva investigación encontró que ésta tiene nutrientes similares a la leche materna. Recuerda que la pirámide alimenticia recomienda que incorpores lácteos en tu dieta diariamente.
Si de leche y lácteos se trata, los productos provenientes de la vaca son los elegidos por la mayoría y no es sorprendente ya que es un alimento muy saludable y lleno de nutrientes (especialmente la baja en grasa de los 2 años de edad en adelante). Sin embargo, la leche de la vaca no es la única apta para el consumo humano. Existen otras alternativas para deleitarse con sabores originales, que hasta pueden aportar nuevos nutrientes al cuerpo, como las de la cabra y la de la oveja. En algunos lugares, especialmente en Europa, es común consumir productos provenientes de estos animales, en especial los quesos, que también se pueden adquirir en negocios especializados.
La leche de cabra ha sido uno de los componentes básicos de la dieta mediterránea durante siglos, y en las últimas décadas se han desarrollado distintos estudios para detectar las cualidades y los beneficios que ésta puede ofrecerle a las personas.
Entre los más recientes se encuentra uno realizado por el grupo de investigación AGR 206 del departamento de Fisiología e Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos ‘José Matáix’ de la Universidad de Granada (UGR). Los resultados les han ayudado a los investigadores a comprobar lo que instintivamente sabía ya en la práctica gran parte de la población española (y la población mundial): que la leche de cabra tiene características nutricionales benéficas que mejoran el estado de salud y contiene muchos nutrientes comparables a los de la leche materna.
Según estos investigadores, por ejemplo, la leche de cabra contiene menos caseína del tipo alfa que la leche de vaca. La caseína del tipo alfa es una sustancia que provoca la mayoría de las alergias producidas por la leche.
Además, de la investigación se desprende que el consumo habitual de leche de cabra ayuda a las personas con anemia por falta de hierro; mejora la formación de los huesos, ya que es rica en calcio y fósforo; y tiene una mayor cantidad de zinc y selenio, dos micronutrientes antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades neurodegenerativas.
Asimismo, la leche de cabra contiene menos lactosa que la leche de vaca (1% menos), un dato importante para las personas con intolerancia a ese tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. De todos modos, conviene introducirla en la dieta poco a poco, ya que siempre existe la posibilidad de que algunas personas puedan ser alérgicas igual como sucede con la leche de vaca. Por cierto, recuerda que la intolerancia y la alergia a la leche son dos cosas diferentes.
Otra ventaja de la leche de cabra de acuerdo a este estudio es que contiene más ácidos grasos esenciales (del grupo omega 6), específicamente el ácido linoléico y araquidónico. Así como más ácidos grasos de cadena media (C6-C14), 30 a 35% comparado con sólo 15 a 25% en la leche de vaca. Estos ácidos grasos proporcionan energía y son saludables para el corazón.
El nuevo plato alimenticio propuesto por el gobierno de los Estados Unidos en junio de este año 2011 (que sustituye a la tradicional pirámide alimenticia), recomienda el consumo de productos lácteos, preferiblemente bajos en grasa, en todas las comidas. La leche de cabra y sus derivados representan una nueva opción saludable a la hora de pensar y armar tu menú. Anímate a incorporar nuevos sabores y a compartirlos en la mesa familiar. ¡Buen provecho!
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