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La leche materna es ideal para el bebé: no sólo contiene todas las vitaminas y las sustancias nutritivas que necesita sino que lo protege de varias enfermedades. Los bebés que se alimentan con la leche que produce mamá tienden a sufrir menos cólicos, menos, infecciones respiratorias, del oído y meningitis y si las tienen, tienden a ser menos severas. Otro de sus muchos beneficios es la protección contra el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (o SMSL) en bebés menores de un año.  Un estudio lo confirma e incluso eleva el nivel de reducción de este riesgo. Entérate de los detalles.

Marisa está esperando su segundo hijo y ya sabe que será niña. Cuando la bebé nazca en unos dos meses será recibida por toda la familia con los brazos abiertos. Pero la niña,  desafortunadamente, no conocerá a su hermanito.  Hace unos tres años que falleció inexplicablemente mientras dormía a los 4 meses de vida.  Con el tiempo sus papás superaron el golpe y decidieron tener otro hijo. Esta vez, Marisa planea dar el pecho a la criatura todo el tiempo que pueda porque se ha informado de que esto le proporciona una protección adicional a su bebé. Y ella hará todo lo que esté en sus manos para que algo tan doloroso no vuelva a repetirse.

Por los numerosos beneficios que aporta el dar pecho, la Academia Americana de Pediatría recomienda alimentar al bebé exclusivamente con leche materna durante los primeros 6 meses de vida (aunque especialmente el primer año es beneficioso para el hijo y para la madre).  Ya era ampliamente conocido que dar el pecho reduce el riesgo de que ocurra el síndrome de muerte súbita que cobra la vida de unos 2,300 bebés cada año tan sólo en los Estados Unidos. Un nuevo estudio dirigido por el doctor Fern R. Hauck, profesor asociado de medicina familiar y salud pública de la Universidad de Virginia en Charlottesville  confirma  este beneficio y, aún más, da a conocer que el porcentaje de reducción de riesgo es todavía más alto cuando se eliminan otros factores de riesgo y la leche materna es el único alimento que recibe el bebé.  El informe se publicó en la edición en línea de Pediatrics.

En el estudio Hauck y sus colegas estudiaron la conexión entre el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) y la alimentación con leche materna teniendo en cuenta datos de otros 18 estudios previos. Este análisis mostró que en el caso de bebés que se alimentaron con cierta cantidad de leche materna por algún tiempo, se redujo el riesgo del SMSL en un 60%. Cuando se tomaron en cuenta otros factores como el nivel socioeconómico de la familia, si la madre fumaba y la posición en la que acostaban a dormir al bebé, la reducción bajo a un 45%. Pero cuando los investigadores estudiaron la reducción del riesgo en bebés alimentados exclusivamente con leche materna, ésta subió a un 73%.

“Estos resultados indican que la leche materna es una protección poderosa contra el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL)”, comentó Hauck, “y cuando es el único alimento que recibe el bebé la protección llega a su nivel más alto”.

¿Qué es el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante?

Veamos ahora en más detalle qué es el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.  Se trata de la muerte inesperada e inexplicable de una criatura de menos de 1 año durante el sueño. La mayoría de los casos se presentan antes de los 6 meses de vida y tiende a suceder con más frecuencia en los meses de invierno, afectando a más varones que a niñas.  Ocurre lo mismo de noche que de día, mientras el bebé duerme en su cunita, el coche, la sillita del automóvil, y hasta en los brazos de sus padres.  Su causa exacta se desconoce. Lo que sí se conoce son ciertos factores de riesgo que contribuyen a aumentar el peligro de que ocurra. Entre ellos están:

¿Qué se puede hacer para reducir el riesgo de la muerte súbita o SMSL?

Los padres deben estar pendientes de:

  • Acostar al bebé a dormir boca arriba.
  • Evitar que el bebé duerma en la cama con los padres.  Pueden compartir la habitación (de hecho, esto puede facilitar la alimentación del bebé durante los primeros meses), pero NO la cama.
  • Evitar superficies que no sean su cunita o su coche. No deben acostar el bebé con otros niños o con otros adultos.
  • Evitar superficies demasiado blandas, edredones (quilts en inglés)  y almohadas. El colchón de la cunita debe ser firme y quedar estirado. Si hay que cubrir al bebé, se debe usar una colcha (manta, frazada) o sábana ligera.
  • Controlar la temperatura de la habitación. Esta no debe estar muy caliente.
  • Evitar a toda costa el humo del cigarrillo.  Se debe ventilar bien la casa al menos una vez al día.
  • Y, como recomienda el estudio, dar el pecho al niño durante los primeros seis meses de vida. Si por razones de regreso al trabajo, o estilo de vida la madre no puede amamantar al bebé durante todo ese tiempo, puede hacerlo durante algún tiempo, o extraerse y guardar la leche para que se la den al bebé la nana o la abuelita.

Marisa y su familia van a tener muy en cuenta estos consejos, especialmente el último. Ahora que ya saben qué hacer, podrán ofrecer a su bebita las mejores opciones para una vida larga, saludable y feliz.

 

Publicación original: 2011

Ultima revisión: 2017

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Imagen © iStock / Rohappy

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