- Latinoamérica es una de las regiones con las mayores tasas de obesidad en el mundo y ya es considerado una pandemia
- El IMC ya no es la mejor medida para definir el riesgo por sobrepeso
- No todas las personas sobrepeso tienen el mismo riesgo de salud
- Son muchos los factores que llevan a la obesidad y no necesariamente el principal es la sobrealimentación
- Pasar hambre y hacer ejercicio de “cardio” no es la mejor opción para bajar de peso
Una pandemia es cuando una enfermedad se extiende a muchos países o ataca a casi todos los individuos de una localidad o región. Hay algunas que no tienen un patógeno como responsable directo. Una de ellas es el sobrepeso y la obesidad. En esta ocasión vamos a comentar sobre lo último que se sabe y algunos mitos que se tiene sobre esta condición que se ha apoderado de Latinoamérica y la recordamos este 4 de Marzo, día de la obesidad.
Se calcula que 2 de cada 5 personas en el mundo tiene sobrepeso u obesidad. En nuestra región, la situación es una de las más alarmantes en el mundo:
- Más de un tercio de la población adulta en Estados Unidos es obesa.
- En Latinoamérica 1 de cada 5 personas tiene obesidad. Si sumamos a las personas con sobrepeso, el número total asciende a 2 de cada 3. México, Chile, Argentina y Venezuela lideran este fatídico ranking.
- 3 de cada 10 niños, niñas y adolescentes tienen sobrepeso.
- Medio millón de personas mueren en la región directamente por la obesidad.
Para definir el sobrepeso u obesidad se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC). Se toma el peso en Kg y se divide la estatura en metros multiplicada por sí misma -ejemplo, –.
- Desde 25 hasta 29,9 se considera sobrepeso
- 30 en adelante, indica obesidad.
La Licenciada en Nutrición, Maite Bahamondes, conversando con Vida y Salud, nos señala que, el IMC no es bueno para definir el riego de salud porque no dice nada sobre los huesos, la grasa y los músculos que posee la persona. Un ejemplo de otro indicador, según comenta ella, es la circunferencia abdominal: “La acumulación de grasa abdominal– señala la profesional- tiene relación directa con el riesgo cardiovascular”.
- Una circunferencia abdominal mayor a 90cm (35 in), en mujeres y 100cm (40 in), en hombres, supone un gran riesgo para el corazón y aumenta la probabilidad de tener diabetes tipo 2
- Las ‘dietas para bajar de peso rápido’ normalmente funcionan por pérdida de músculo o de la densidad ósea. El IMC baja, pero la grasa abdominal, no. Lo que se llama obeso metabólico de peso normal.
- La falta de músculo y alta cantidad de grasa corporal se asocia con ensanchamiento de las arterias, problemas pulmonares e inflamación generalizada.
¿Por qué engordamos?
Maite apunta que “nuestro cuerpo siempre se está preparando para lo peor, y lo peor es quedarnos sin energía. Todo lo que comamos que no utilicemos como energía, lo guardará para el futuro como grasa. Es decir, engordamos porque consumimos más energía de la que necesitamos. Pero tenemos que estar por mucho tiempo así”.
En otro artículo de Vida y Salud, señalamos que la clave está en la rutina alimenticia; si comemos extra un solo día y volvemos a la normalidad, esa grasa extra no se acumulará. Lo mismo sucede con las dietas esporádicas, esa baja de peso solo ocurrirá hasta que se vuelva a la rutina.
“La obesidad es una enfermedad multidisciplinaria. No basta con ir al nutriólogo o hacer una dieta que le resulta a un amigo -comenta la experta-, debe tratarse con médicos, psicólogos y profesionales de la nutrición”. Cada persona tiene sus propias características y necesidades. La obesidad no solo es “comer mucho”, tiene muchos factores involucrados que debemos trabajarlos como un todo:
- La dieta
- La falta de ejercicio físico
- El consumo de alimentos ultra procesados
- La educación y nivel socioeconómico
- El estado psicológico y mental
- La microbiota intestinal
- La contaminación ambiental y falta de áreas verdes
¿Por qué no podemos bajar de peso?
El mantenerse en una dieta efectivamente hará que se comience a perder grasa (antes se perderá músculo y densidad ósea), pero eso activará en nosotros aún más la señal de emergencia. Cada día se hará más difícil mantener la dieta, porque el cuerpo nos exigirá energía y se nos antojarán las cosas con azúcar de absorción rápida, como un pastel con mucha crema batida. “Las hormonas que nos avisan cómo, cuándo y cuánto comer se duermen totalmente, lo que significa no saber que nuestro propio cuerpo necesita”, menciona Maite. El tener horarios fijos y comer siempre a las mismas horas es clave. “No se trata de pasar hambre, se trata de aprender a comer y sentir placer”, cierra.
Mantener la pérdida de peso debe ser a largo plazo y lentamente. Actualmente, la idea ya no es ser extremadamente delgados o tener una forma corporal específicamente. La clave es estar sanos y felices. Para ello debemos elegir aquellos tratamientos que se adapten a nosotros:
- No cortar lo que nos gusta. Lo importante es sentir placer al comer. Regular nuestra relación con la comida es el primer paso.
- Aumentar al máximo las frutas y verduras. Idealmente comerlos de la forma más directas posible; no en un jugo o malteada, mejor comiendo directamente la pieza.
- Alimentar a la microbiota es clave, ya que ella es responsable también de nuestra acumulación de grasas.
- Ir ejercitándose cada vez más. Es muy importante trabajar con profesionales de salud, porque solo ellos podrán guiarte en qué necesitas hacer. Centrarse en construir músculo, más que en hacer “cardio” asegura que quema mejor y más sanamente la grasa.
- Centrarse en los hábitos más que en momentos extremos. No sirve de nada hacer una dieta extrema o solo comer ensaladas. La grasa se elimina comiendo bien y siempre a las mismas horas. “No debemos comer con hambre, porque nos pasaremos. No hay que saltarse comidas por falta de hambre. Todos los días a la misma hora enséñale a tu cuerpo que es el momento de comer”.
Por Carlos Diego Ibáñez
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