La doctora Gloria Domínguez, especialista en cuidados paliativos, indica que la sedación al final de la vida se aplica en los momentos de agonía para evitar el sufrimiento innecesario. No obstante, resalta que existe una gran diferencia con la eutanasia porque los medicamentos suministrados no producen paros respiratorios ni cardíacos.
Detalla que este tipo de sedación también se utiliza en casos donde existe un síntoma físico que no se ha podido aliviar o cuando la proximidad de la muerte produce una gran angustia.