Las mujeres que toman las píldoras anticonceptivas más modernas tienen el doble de riesgo de desarrollar un coágulo sanguíneo que las que toman las de formulación más antigua. Así lo ha determinado un estudio reciente. Y aunque el riesgo general de la formación de coágulos de ambos tipos de pastilla se sigue considerando bajo, las autoridades sanitarias ya mandaron el aviso de alerta. Aquí te contamos más detalles sobre el tema para que puedas elegir tus píldoras de una manera segura.
El vivir una sexualidad sana y plena no sólo implica convivir con la persona deseada. También implica responsabilidades, como tomar los cuidados necesarios para evitar las enfermedades de transmisión sexual, la selección de un método de control de la natalidad y la decisión de convertirse en padres en el momento adecuado.
Para las mujeres que desean evitar un embarazo, existen varios métodos anticonceptivos. Uno de ellos son las tradicionales píldoras que, si bien son ampliamente utilizadas y han ido mejorando a lo largo del tiempo, aun hoy pueden presentar riesgos. Uno de los efectos secundarios más conocidos de la píldora anticonceptiva es la posible formación de coágulos sanguíneos.
Un estudio publicado en la edición en línea del 26 de octubre de la revista British Medical Journal ha encontrado que el uso de anticonceptivos orales que contienen los tipos más recientes del progestágeno (drospirenona, desogestrel o gestodeno) que corresponde a la hormona progesterona, junto con el estrógeno, tienen más probabilidades que otras de provocar lo que se denomina una trombosis venosa profunda, que es la aparición de un coágulo, a menudo en las venas de las piernas. Esto puede ser peligroso porque si el coágulo se desprende y llega al corazón o a los pulmones causa complicaciones graves.
Las nuevas pastillas que en los Estados Unidos se venden con el nombre Yaz o Yasmin, son las que podrían provocar este efecto secundario con consecuencias que pueden resultar graves. Ya en septiembre, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés) de ese país emitió una nota de precaución sobre el riesgo más elevado de coágulos entre las mujeres que toman ese tipo de píldoras en relación a las que usan píldoras con un progestágeno más antiguo como el levonorgestrel.
Este riesgo sería aún mayor, independientemente del tipo de anticonceptivos, cuando las mujeres tienen una condición hereditaria en las venas denominada estenosis (estrechamiento) en la vena ilíaca izquierda (una de las dos venas más importantes de la pelvis, que lleva la sangre de la mitad inferior del cuerpo al corazón). Esta condición, aunque poco conocida, la presenta un cuarto de la población.
Otro estudio previo, en este caso publicado en julio en el American Journal of Obstetrics and Gynecology, había encontrado que tener “estenosis de la vena ilíaca izquierda” y tomar anticonceptivos orales combinados (los que contienen estrógeno y progestina) aumentaba casi 18 veces el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda, comparado con la ausencia de ambos factores de riesgo.
Aun así, las píldoras anticonceptivas orales siguen siendo un método anticonceptivo efectivo y ampliamente elegido, ya que también tiene sus ventajas. ¡No te quedes con dudas! Es fundamental que hables con un ginecólogo o ginecóloga (así se llaman los especialistas en el sistema reproductor femenino) y le consultes sin vergüenza ni inhibiciones acerca de cuáles son los métodos que podrías seguir para evitar el embarazo (como el DIU, el anillo vaginal y hasta las alternativas naturales) y cuál de ellos es el que considera más apropiado para ti. Con la información correcta, puedes elegir el mejor para ti.
Recuerda que es importante que utilices algún método anticonceptivo si quieres evitar el embarazo. Todas las mujeres tienen derecho a elegir cuándo, cómo y con quien quieren ser madres. Además, recuerda de tener relaciones sexuales seguras para evitar el contagio de enfermedades que pueden ser graves como el VIH, que si bien puede tratarse sigue sin tener una cura definitiva.
Y si tienes una pareja estable, hablen juntos sobre la maternidad, la paternidad y el deseo o no de tener hijos, para que tomen la decisión que los haga sentir mejor a ambos. El dialogo claro y sincero también los ayudará a formar una pareja (y una familia) más unida en el futuro.
Imágen © iStockphoto.com / winterling