¡Las anécdotas que cuentan los padres de los adolescentes son legendarias y las chicas no se quedan atrás! El ayudante voluntarioso es cosa del pasado. Ahora debes tratar con un adulto inexperto con opiniones muy firmes, angustia hormonal y ciertas tendencias de rebelión. Todavía es posible, sin embargo, mantener cierto orden e incentivar hábitos saludables para el adolescente sin cortarle los vuelos.
Toma el teléfono…límpialo: Los adolescentes hablan por celular todo el tiempo. Un estudio indica que el teléfono celular puede albergar más gérmenes que el inodoro o la suela de los zapatos. De hecho, ciertas cepas de bacteria, como el estaphylococcus aureus resistente a la meticilina, puede causar espinillas, forúnculos, meningitis y el síndrome de shock tóxico. Además, algunos virus que son lo suficientemente fuertes para sobrevivir por varios días en superficies del medio ambiente, pueden infectar a las personas al encontrarse en las manillas de las puertas, el micrófono del celular… incluso en un iPhone. Asegúrate de que tu hijo limpie el teléfono con paños desinfectantes y, si no escucha tus recomendaciones, recuérdale sobre las espinillas.
Somos lo que tocamos: Aunque las manos se vean limpias, esto puede ser engañoso. Hay 50 superficies con las que los adultos y adolescentes entran en contacto todos los días que se consideran propagadoras de gérmenes: computadoras portátiles, cajeros automáticos, el control remoto, el volante del vehículo, las expendedoras automáticas (solo por nombrar algunas). Asegúrate de que tu hijo/a adolescente se lave las manos regularmente durante, por lo menos, veinte segundos y que lleve consigo desinfectante para manos a base de alcohol en la mochila.
Por favor, que no vaya: Si tu hijo/a adolescente está enfermo, haz que se quede en casa y no asista a la escuela o trabajo para evitar propagar los gérmenes a los demás. Sí, esto puede sonar demasiado bueno para ser cierto, pero también debes recordarle que debe quedarse en casa y no ir de compras, conducir ni salir con amigos… que no crea que estás siendo indulgente.