En febrero no sólo festejamos el “Día de la Amistad y de los Enamorados”, también es el “Mes del Corazón” en varios lugares del mundo. El corazón es un órgano muy importante en nuestro cuerpo. La columna de hoy está dedicada a las enfermedades cardiovasculares: su frecuencia, qué son, cuáles son los riesgos y qué puedes hacer para controlarlas.
Las enfermedades cardiovasculares son la causa principal de muerte a nivel mundial. A continuación, encontrarás información muy útil acerca de ellas.
¿Qué tan frecuentes son las enfermedades cardiovasculares?
18.6 millones de personas fallecieron de enfermedades cardiovasculares (ECV) en 2019 a nivel mundial, este fue el último año para el cual se tienen estadísticas. Refleja un aumento del 17.1 por ciento comparado con la década anterior. Hubo más de 523.2 millones de casos de ECV en 2019, un aumento del 26.6 por ciento, comparado con 2010.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS): Tres cuartas partes de las muertes por enfermedades cardiovasculares suceden en países de bajos y medianos ingresos. El 85% fueron debidas a ataques al corazón y ataques cerebrovasculares (ACVs) (o sea, embolias, trombosis o hemorragias cerebrales).
De las17 millones de muertes prematuras (antes de los 70 años) debido a enfermedades no infecciosas en 2015, el 37% son causadas por ECVs, de acuerdo con la OMS.
La mayoría de las ECVs se pueden prevenir abordando factores de riesgo relacionados con el comportamiento, como el uso del tabaco, una dieta no saludable, la obesidad, el sedentarismo y el abuso del alcohol, utilizando estrategias para toda la población.
Sólo en Estados Unidos, de acuerdo con las últimas estadísticas de la Asociación Americana del Corazón basadas en datos del 2018, 217.1 por 100,000 personas fallecieron de enfermedades cardiovasculares (ECVs).
En promedio, en los Estados Unidos, una persona fallece de una enfermedad cardiovascular cada 36 segundos. Hay alrededor de 2,380 muertes al día.
En promedio, en los Estados Unidos, una persona fallece cada 3 minutos, 33 segundos de un accidente cerebrovascular (ACV). Hay alrededor de 405 muertes al día.
De acuerdo con la OMS, las personas con enfermedades cardiovasculares o que están en riesgo de padecerlas porque tienen uno o más factores de riesgo como hipertensión, diabetes, hiperlipidemia (colesterol o triglicéridos anormales) o que ya tienen la enfermedad establecida, necesitan detección temprana y manejo utilizando asesoramiento y medicina, según su caso particular.
La enfermedad cardiovascular puede afectar tanto a los hombres como a las mujeres, y a las personas en cualquier grupo étnico.
Los diferentes tipos de Enfermedades Cardiovasculares:
Hay diferentes tipos de enfermedad cardiovascular:
- Enfermedad de las arterias coronarias, que es la enfermedad del corazón más común. Se desarrolla cuando disminuye el flujo de sangre de las arterias al músculo del corazón, generalmente por depósito de placa (que contiene colesterol y otras substancias) en las arterias coronarias. El depósito de placa se llama ateroesclerosis. Cuando hay interrupción del flujo de sangre con daño o destrucción de parte del músculo del corazón, se trata de un ataque al corazón o infarto al miocardio.
- Enfermedad cerebrovascular, se refiere a un conjunto de trastornos que afectan a los vasos sanguíneos del cerebro.
- Insuficiencia cardiaca, cuando el corazón no funciona como debe. Puede deberse a enfermedad de las arterias coronarias, a presión arterial elevada, a trastornos del ritmo (arritmias). En este caso, el corazón no puede bombear adecuadamente.
- Enfermedad arterial periférica, se refiere a las enfermedades de los vasos sanguíneos que afectan a los brazos y las piernas.
- Enfermedad congénita del corazón, una persona que nace con un defecto en el corazón. Existen diferentes tipos como válvulas que no abren bien o que permiten que salga un poco de sangre cuando cierran; que falte una válvula (atresia); o que haya un agujero en la pared que separa las cámaras superiores (aurículas) o las cámaras inferiores (ventrículos) del corazón. Esto se conoce como defecto septal. No todos causan problemas. Algunos requieren tratamiento, otros no.
- Arritmia, se refiere a un latido cardiaco irregular. Es cuando los impulsos eléctricos que coordinan los latidos no funcionan bien. Puede latir rápido (taquicardia), despacio (bradicardia), uno o varios latidos prematuros (contracciones prematuras), de forma irregular (fibrilación irregular), etc. Puede o no requerir tratamiento. En algunos casos puede requerir tratamiento de emergencia.
- Cardiomiopatía hipertrófica, es una condición genética que afecta al corazón. Tiende a heredarse. En esta condición el músculo del corazón se engruesa y tiene dificultad para bombear la sangre. Es una causa de muerte en atletas y en personas menores de 35 años con antecedentes familiares de esta condición.
- Cardiomiopatía dilatada, es cuando el músculo del corazón se estira y se adelgaza, se debilita y no puede bombear bien.
- Estenosis aórtica, se refiere a cuando la válvula aórtica está muy estrecha. Esto limita la salida de sangre del ventrículo izquierdo (la cavidad inferior izquierda del corazón) a la aorta. También puede repercutir en la presión de la aurícula izquierda (la cavidad superior izquierda del corazón). Puede ser de nacimiento o adquirirse después.
- Prolapso de la válvula mitral, se debe a que la válvula mitral no cierra correctamente. Se debe a una pequeña protuberancia (una saliente o bulto) hacia la aurícula izquierda.
- Regurgitación de la válvula mitral, se debe a que la válvula no cierra herméticamente y permite que la sangre se regrese. Eso puede poner presión en las venas que van de los pulmones al corazón y, eventualmente puede causar insuficiencia cardíaca.
- La trombosis venosa profunda y el embolismo pulmonar, se refieren a coágulos sanguíneos en las piernas que se pueden desprender y se pueden trasladar al corazón o los pulmones.
¿Cuáles son los factores de riesgo más comunes para las enfermedades cardiovasculares?
Las causas más comunes de los ataques al corazón y los accidentes cerebrovasculares son una dieta poco saludable, el sedentarismo, el tabaquismo, el abuso de las bebidas alcohólicas y el exceso de estrés.
Estos comportamientos se manifiestan como: exceso de peso y obesidad, presión alta elevada, así como azúcar (glucosa) en la sangre y colesterol y/o triglicéridos en la sangre elevados.
Obviamente que hay factores fuera de nuestro control, como antecedentes familiares de enfermedad del corazón, historia de pre-eclampsia durante el embarazo, padecer de diabetes, o pobreza, que también aumentan el riesgo de desarrollar ECV.
En esta época de la pandemia, un factor de riesgo que se ha identificado para el desarrollo de hipertensión y de ECV es el aislamiento social. Y aunque seguir los protocolos para protegerse contra el COVID-19 es muy importante, es esencial recalcar que las personas necesitan encontrar la forma de estar en contacto con otras personas ya sea por teléfono, por internet, por Zoom o de alguna manera, para su salud mental, y que no deben de descuidar su cuidado médico general para prevenir complicaciones. Un ejemplo sería el desarrollo de hipertensión. La presión arterial puede no dar síntomas y si no se mide, se desconoce que está elevada.
¿Qué puedes hacer para controlar las enfermedades cardiovasculares?
Idealmente, es importante controlar lo que podemos controlar: dejar de fumar, mejorar nuestra alimentación (consumir más frutas y vegetales, legumbres, nueces, granos integrales y pescado. Limitar la sal, las grasas saturadas, eliminar las grasas trans, limitar los carbohidratos refinados, las bebidas endulzadas y las carnes procesadas), procurar mantener un peso saludable, aumentar nuestra actividad física a 30 minutos diarios, y reducir o evitar las bebidas alcohólicas.
Si tu médico te lo recomienda, tomar medicamentos para el control de la presión arterial, del azúcar en la sangre, y del colesterol y/o los triglicéridos (según sea el caso) para mantener la hipertensión, la diabetes y/o los lípidos en rangos normales para prevenir ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares. Obviamente, dependiendo del problema particular, podría haber otras recomendaciones para el tratamiento.
El utilizar la meditación, el yoga u otros mecanismos para reducir el estrés podrían ser muy beneficiosos también.
Si bien estamos viviendo una época difícil debido a la pandemia, en lo que se refiere a las enfermedades cardiovasculares hay buenas noticias. Cuatro estudios que incluyeron a 55,000 personas que tenían tanto la predisposición genética como malos estilos de vida en relación con su riesgo para enfermedad cardiovascular, encontraron que cuando cambiaron su estilo de vida: dejaron de fumar, perdieron peso si eran obesas, empezaron a hacer ejercicio regularmente y a comer saludablemente, redujeron su riesgo de ECV en un 50 %. O sea, si mejoramos nuestro estilo de vida, podemos reducir nuestro riesgo de desarrollar un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular. Obviamente, es importante hacernos nuestros chequeos rutinarios también.
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